La Guardia Civil investiga la procedencia de una narcolancha varada en playa de Salobreña

NarcolanchaEFE

La tapadera de los narcos de 'coca' gallegos con trabajos legales y coches discretos: «Los puedes ver mariscando»

Aquellos dedicados al narcotráfico saben que se trata de un negocio inestable y buscan alternativas legales que complementan con las que no lo son

El narcotráfico en Galicia está marcado por varios factores. El más determinante es que la comunidad es una de las principales entradas de la droga en España y Europa. Sin embargo, aunque este tipo de actividad delictiva lleva muchos años en la región, el perfil de los implicados ha cambiado.

La acción de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado ha provocado una consecución de operaciones exitosas que han supuesto duros golpes contra el narcotráfico gallego.

«El narcotráfico no es tan ostentoso como antes», explica en conversación con El Debate Tomás García, comandante jefe de la Policía Judicial de la Guardia Civil. «No tienen por qué llevar un coche bueno ni nada de eso. Los narcotraficantes ahora los puedes ver mariscando», asegura confirmando que el perfil del narcotraficante ha cambiado. Esta doble vida no responde únicamente a la intención de crear una tapadera, sino que ocurre como respuesta a la inseguridad de un mundo que no tiene estabilidad alguna.

Ahora, los narcotraficantes cuentan con otro trabajo de carácter legal. «Tienen una actividad simultánea a la ilegal. Eso nos hace más difícil identificarles», añade el comandante. «Son conscientes de los palos que les han pegado estos años», asegura.

Los narcotraficantes de origen gallego se complementan con las mafias que actúan junto a ellos. Mientras los nacionales se encargan, principalmente, de la recepción y el almacenaje, las mafias sudamericanas o albanesas interpretan otro papel. Normalmente, son estas mafias las encargadas de que la droga cruce el Atlántico en contenedores o con submarinos, tendencia creciente en el último tiempo según defiende el comandante Tomás. A su llegada se descarga en lanchas de alta velocidad –comúnmente conocidas como narcolanchas– para que sean los locales los que reciban el producto.

La droga se fabrica en países de Sudamérica como Brasil, Colombia o Venezuela, donde los grupos paramilitares se financian con el tráfico de estupefacientes. Ya a su llegada se almacenan en lugares naves, «concretamente en furgonetas», asegura García. «El almacenaje suele ser logística gallega porque no tienen esa infraestructura», añade.

Por el momento, el reto continúa siendo localizar esa droga e impedir que llegue al mercado español y europeo. Sin embargo, la dificultad de localizar los desembarcos se potencia por la complejidad de la costa gallega y la falta de efectivos.

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