Lago de Cerceda

Las nuevas centrales hidroeléctricas que llegan a Galicia: balsas para almacenar energía

Un proyecto de Cerceda cuenta con una concesión de la Xunta para desarrollar este sistema que permite abastecer al mercado en horas de alta demanda

A unos 25 kilómetros al sur de La Coruña se encuentra situado el lago de As Encrobas, en el municipio de Cerceda. Su historia es muy llamativa, ya que anteriormente fue una mina de carbón que Naturgy utilizó para abastecer a la cercana central térmica de Meirama. La puesta en marcha de este yacimiento hace medio siglo se enfrentó a una fuerte oposición vecinal que intentó evitar la destrucción de sus hogares, aunque sin éxito, ya que fueron arrasados por las excavadoras. Una vez dejó de tener utilidad, tras cerca de 30 años de explotación, su siguiente destino fue convertirse en un lago que sirviese de reserva de abastecimiento de agua, un largo proceso que se culminó en 2021, cuando abrió sus puertas a los visitantes. Ahora otra empresa, el grupo Valtalia, a través de una de sus participadas, Coventina Renovables, quiere desarrollar en este espacio una central hidroeléctrica reversible, un sistema que permite almacenar energía para abastecer energía al mercado en horas de alta demanda.

La Xunta de Galicia, a través de Augas de Galicia (organismo que se encarga de la gestión de los ríos y embalses de la cuenca hidrográfica costera de la comunidad), otorgó a la empresa en 2022 una concesión para aprovechar parte del lago para la puesta en marcha de este proyecto. La inversión prevista es de casi 364 millones de euros y el plazo de ejecución de los trabajos es de un total de 69 meses, según recoge la documentación remitida por esta compañía al Gobierno gallego.

Este tipo de centrales resuelven el problema tradicional de las energías renovables, cuya disponibilidad no siempre coincide con la demanda, ya que solo funcionan de forma intermitente, en función de si el nivel de los embalses es alto y se pueden usar las turbinas para generar electricidad. En el caso de los eólicos, su funcionamiento depende de si hay viento o no.

Una balsa como almacén

La propuesta de Cerceda permite almacenar energía y utilizarla cuando la demanda del mercado eléctrico es elevada. ¿Cómo es esto posible? «La central aprovecha como depósito inferior el lago existente y como depósito superior una balsa de nueva construcción», recoge el proyecto. Mediante un bombeo se eleva el agua del primero al segundo durante las horas de menos demanda de electricidad, y así se dispone de un almacén al que se puede recurrir cuando sea necesario, de tal modo que se pueda generar energía cuando se desee.

La promotora del proyecto también defiende que se ha diseñado la balsa superior, de unos 150.000 metros cuadrados, «con el objetivo de maximizar el aprovechamiento del recurso, incrementar la capacidad de almacenamiento, reducir ocupaciones y movimiento de tierras y eliminar una afección sobre el patrimonio cultural».

Esta central hidroeléctrica está formada por una balsa superior, una toma, un pozo, diversas conducciones, las turbinas, una casa de máquinas y una subestación eléctrica, según señala la propuesta técnica de la empresa.