El descarrilamiento del tranvía turístico de La Coruña: de la euforia a su último viaje en 14 años
El Ayuntamiento ordenó paralizar su funcionamiento en 2011 tras un accidente
«Aprovechamos nuestra intervención de kilómetro y medio para soterrar o retirar, dependiendo del tramo, los raíles, que saben que es una demanda de los coruñeses», aseguraba la alcaldesa socialista de La Coruña, Inés Rey, durante una visita realizada a finales del pasado mes de mayo para comprobar cómo había quedado la renovación de una parte del paseo marítimo. Hacía referencia a la vieja infraestructura que entre 1997 y 2011, un total de 14 años, permitió la circulación del servicio del tranvía turístico, cuya puesta en funcionamiento llegó a ser todo un acontecimiento en la ciudad y que no tardó demasiado tiempo en caer en desgracia.
Las únicas señales que quedan hoy en día de aquel medio de transporte que recorría cerca de seis kilómetros del borde litoral son el recinto de las cocheras en las que se almacenaban los vehículos, alguna marquesina en la que esperaban los viajeros (actualmente usadas solo para los autobuses) y las propias vías, aunque, poco a poco, el Ayuntamiento las elimina en cada intervención nueva que realiza en el paseo marítimo. Como es de la remodelación que ha acometido en la zona de Orillamar, donde ya no queda ni rastro. En otros puntos desaparecieron tras la construcción de un carril bici y otro de corredores.
Ahora caído en el olvido, el tranvía turístico vivió tiempos de popularidad. Su inauguración fue todo un acontecimiento en La Coruña. Fue el 10 de mayo de 1997, poco antes del mediodía, cuando el entonces alcalde, Francisco Vázquez, y exministro de Obras Públicas, Josep Borrell (que había impulsado la creación de este servicio durante su etapa en el ministerio), presidieron el viaje inaugural, hasta el castillo de San Antón. El vehículo iba a rebosar y decenas de curiosos se agolpaban en las proximidades de las cocheras para presenciar tal momento.
De este modo, el tranvía regresaba a las calles de la ciudad tras 35 años de ausencia. Vázquez destacó la trascendencia de la puesta en marcha de estos vehículos y aludió a que grandes ciudades europeas apostaban por este sistema de movilidad. También anunció que la red se iría ampliando poco a poco. Dos años después, en 1999, los coruñeses pudieron ver por sus calles un moderno metro ligero, denominado Combino y que fue cedido por Siemens para realizar unas pruebas.
Los raíles llegaron a enlazar la zona de Riazor con la Torre de Hércules hasta llegar a la Dársena de La Marina, de tal modo que se podía viajar a bordo de un tranvía y recorrer toda la costa de La Coruña.
La muerte del tranvía
De la euforia inicial se pasó a la decadencia en pocos años. El Ayuntamiento ordenó suspender de forma urgente el funcionamiento de estos vehículos en julio de 2011 tras producirse un descarrilamiento, que obligó al Gobierno local a encargar un estudio sobre el estado de las vías tras constatarse su deterioro.
El tranvía turístico nunca más volvió a transportar a más visitantes o vecinos. Durante el mandato del Ejecutivo local de Carlos Negreira (2011-2015) nunca se dijo que no volvería a circular e incluso se realizó algún estudio. Pero esta maquinaria nunca volvió a ponerse en marcha.
En los años siguiente permaneció inactivo y el propio Ayuntamiento desmanteló la catenaria que suministraba la electricidad. En 2020 llegó su muerta definitiva. El Ejecutivo municipal encabezado por Inés Rey certificó la finalización del servicio y liquidó el contrato con la empresa concesionaria al entender que el servicio como «ineficiente e insostenible» y debido al «deterioro» de la instalación y de los propios tranvías.