El hotel más grande del mundo: la primera gran infraestructura de acogida a peregrinos en Santiago
Fue inaugurado en 1965 con motivo del Año Santo Jacobeo
Los albergues del Camino de Santiago son un elemento fundamental para los peregrinos que recorren las diversas rutas de peregrinación. Estas instalaciones ofrecen un lugar donde los caminantes pueden descansar, reponer fuerzas y compartir experiencias con otros peregrinos.
La hospitalidad y el ambiente acogedor son características comunes en este tipo de hospedajes, lo que ayuda a fomentar un espíritu de camaradería entre los que comparten esta experiencia.
Además, los albergues suelen estar ubicados estratégicamente a lo largo de las diferentes rutas, lo que facilita la planificación de las etapas de la peregrinación enriqueciendo la experiencia.
En 1965 Santiago contaba con el hotel más grande del mundo, una edificación construida para promocionar el Año Jacobeo y atraer así a los peregrinos.
Un proyecto colosal
Se trata del Burgo de las Naciones que, aunque hoy en día una residencia universitaria del Campus Norte de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), tuvo originalmente una función muy diferente.
Fue inaugurado en 1965 con motivo del Año Santo Jacobeo y se convirtió en el hotel más grande del mundo, con capacidad para más de 4.000 huéspedes. Un proyecto que marcó un hito al construirse en Santiago de Compostela la primera gran infraestructura de acogida para peregrinos.
Esta colosal instalación fue diseñada para recibir a los miles de peregrinos que llegaron a Santiago durante el Año Jacobeo, cuando la ciudad superó por primera vez el millón de visitantes.
En su primer año de funcionamiento, el Burgo de las Naciones ofreció 126.000 pernoctaciones y sirvió 112.000 comidas en su amplio comedor de autoservicio, que tenía una capacidad para albergar sobre 4.500 personas. La infraestructura contaba con 47 pabellones de estructura metálica y tejados de uralita.
El arquitecto Julio Cano Lasso, responsable de su diseño, también fue el encargado más tarde del Auditorio de Galicia. La construcción del complejo se realizó en tiempo récord, comenzó en 1964 y en julio del año siguiente ya fue inaugurado por Francisco Franco.
Aunque funcionó brevemente como parador nacional, su actividad hotelera cesó en 1974, y los pabellones fueron reutilizados para diversos fines, como una residencia de posgrado, aulas universitarias, una guardería, una imprenta universitaria y hasta una comisaría de la Policía Nacional.
En 1979, el complejo se transformó en una residencia universitaria mixta, hasta que en 1992 fue sustituido por el nuevo edificio que hay en la actualidad.
A pesar de su desaparición, el impacto del Burgo de las Naciones en la promoción del turismo en Galicia y en el Camino de Santiago fue clave, contribuyendo de manera significativa a la popularización del fenómeno jacobeo tal como lo conocemos en la actualidad.
Símbolo del impulso civil en el Jacobeo
Si por algo destacó el Año Santo Jacobeo de 1965 fue por la colaboración entre el poder civil y la estructura eclesiástica en la organización del evento, impulsando por primera vez una campaña de promoción cultural y turística tanto en España como en otros países.
El Burgo de las Naciones formó parte de una estrategia turística. Hasta ese momento, la organización de los Años Santos había sido mayormente eclesiástica, pero en este Jubileo, el poder civil asumió un rol organizativo paralelo, lo que trajo consigo una campaña turística sin precedentes y la creación de infraestructuras destinadas a los peregrinos.
El Año Santo de 1965 fue también el primero en el que se promovió activamente el Camino Francés, una acción que inspiraría las campañas posteriores de 1971, 1976 y 1982. Esta promoción no solo se limitó a España, sino que alcanzó otros países, consolidando la importancia internacional del Camino de Santiago.