Audiencia provincial Lugo

Cinco años de prisión para una lucense por encerrar y vejar a una octogenaria a la que sustrajo más de 33.000 €

La mantuvo meses encerrada en condiciones insalubres y abandonada

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo ha condenado a cinco años de cárcel a una mujer por apropiarse de 33.630 euros a una octogenaria a la que mantuvo meses encerrada, en condiciones insalubres y abandonada.

El tribunal ha considerado a la lucense, autora de un delito de estafa agravada y de otro delito contra la integridad moral. Además, como cómplice de este último, ha impuesto a otra acusada tres meses de prisión. Ambas deberán indemnizar a la víctima con 6.000 euros por el daño moral causado y, la principal condenada, deberá abonarle los 33.630 euros de los que se apropió.

El tribunal considera probado que una de las procesadas, «actuando mediante engaño y con el ánimo de obtener un lucro ilícito», en torno al mes de mayo de 2020, entabló una «relación asidua» con la víctima, que iba a cumplir 81 años.

La octogenaria presentaba un deterioro cognitivo que «afectaba a sus facultades intelectivas y volitivas y a su capacidad de autogobierno en la esfera personal y patrimonial», recoge la sentencia.

Además, residía en una vivienda que presentaba «deficientes condiciones de habitabilidad», en la cual recibía ayuda de los servicios sociales del ayuntamiento.

Situación de vulnerabilidad

Además, el tribunal considera que la acusada «se prevalió de su situación de vulnerabilidad, derivada de su avanzada edad, su precario estado de salud, con importantes limitaciones de movilidad, su estado mental y psicológico, y la ausencia de familiares o personas que se encargasen de su cuidado».

De esta forma, señala que, actuando con la finalidad de apoderarse de sus ahorros, se ganó paulatinamente su confianza y tras convencerla de que se fuese a vivir con ella a Villalba alquiló una vivienda en esa localidad, donde pasó a residir sola la víctima.

Su cuidado, según la sentencia, se lo encargó a la otra acusada, empleada suya en un bar que regentaba, para que le llevara periódicamente la compra y le bajara la basura.

«No resulta probado que las acusadas encerrasen y retuviesen contra su voluntad a la víctima, sin posibilidad de comunicación con el exterior, con la finalidad de apropiarse de sus ahorros», indican los magistrados en la resolución, en la que señalan que, sin embargo, la acusada utilizó la cartilla de la octogenaria para realizar sucesivas retiradas de efectivo sin su conocimiento ni consentimiento dejando a la víctima «sin ahorros de ningún tipo y en una precaria situación económica», destaca la sentencia.