El misterioso bosque mediterráneo perdido en mitad de Galicia

en la provincia de Pontevedra, entre Agolada, Lalín y Vila de Cruces se encuentra un misterioso bosque más propio de climas mediterráneos que del que se disfruta en tierras gallegas. Se trata del bosque de Sobreiral do Arnego declarado Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) y añadido a la Red Natura 2000 por las particularidades de ecosistemas.

Este bosque es prácticamente una excepción en el territorio en el que se encuentra. Tiene 1.080 hectáreas en las que el árbol predominante es el alcornoque, planta a la que se le atribuye su nombre ('sobreiral' es 'alcornoque' en gallego). Este árbol es de hoja perenne y es originario de Europa y el norte de África, por lo que es un árbol mediterráneo. Sin embargo, se puede encontrar excepcionalmente en el norte de España, cerca de valles fluviales, como es el caso de este bosque. Muchos de los alcornoques que habitan el lugar son centenarios y miden más de 25 metros de altura.

A pesar de que abundan en este bosque, los alcornoques también se mezclan con otros árboles más propios de Galicia, como los son el roble, los castaños y los alisos. El bosque está atravesado por el río Arnego, que se ve poco si vas caminando, ya que la vegetación lo oculta. En la zona del bosque donde no llega el río, la vegetación cambia y empiezan a abundar los pinos, junto con praderas y campos cultivados que sí son propios de la zona rural de Galicia.

Más allá de su riqueza vegetativa y paisajística, el Sobreiral do Arnego tiene una fauna muy diversa y vinculada a este tipo de ecosistema donde proliferan los matorrales. En las aguas del río se puede encontrar especies como el mejillón de río y la almeja de agua dulce, ambas en peligro de extinción. Fuera del agua nos podemos encontrar con la lesma manchada, la rana roja e incluso con murciélagos ratoneros.

Si te gusta el senderismo, el bosque ofrece distintas rutas para recorrer. Existe una ruta muy sencilla que va desde el área recreativa de Carmoega hasta el embalse de Portodemouros, que justo se encuentra en la frontera entre las provincias de Pontevedra y La Coruña. El camino no presenta ninguna dificultad, ya que buena parte de esta es en una superficie plana y rodeada de vegetación que no permite que entren fuertes rayos de sol, manteniendo fresco a todo el que camina.

De igual manera, si lo que disfrutas es darte un respiro entre la naturaleza, este lugar también es ideal, ya que cuenta con rutas y caminos diseñados, un área recreativa junto al río Arnego y algunos molinos de agua en los que si tienes suerte puede divisar alguna nutria.