Así se vive el asilo de los inmigrantes en Mondariz: «No me parece bien ni la idea ni la cantidad»
Algunos de los vecinos se sienten temerosos y recelosos ante este acogimiento tan numeroso, que ha aumentado la población del municipio un 25 %
Pasear estos días por Mondariz (Pontevedra) presenta una estampa poco habitual: inmigrantes caminando por el pueblo, bien en grupo o en solitario. En cualquier caso, para los locales de esta población que roza los 700 habitantes, es llamativo.
Y es que hace unos días este pueblo acogía a casi 200 de inmigrantes llegados en su mayoría de Malí, aunque también los hay de Gambia, Mauritania y Senegal. Una acogida realizada dentro del marco de acogimiento acordado entre el Gobierno central y las comunidades, entre ellas Galicia.
El alcalde de Mondariz declaraba hace unos días que «es verdad que llaman la atención en un pueblo tan pequeño, pero se está viviendo con normalidad y sin ninguna incidencia». Sin embargo, la realidad es muy diferente al hablar con alguno de sus vecinos, que ven el aumento de población, de un 25 % más o menos, con cierto recelo y temor.
«Obviamente esto no es un hecho normal y menos en un pueblo de 475 habitantes porque, aunque estemos acostumbrados a los acogimientos como fue el caso de los niños saharauis o ucranianos, que sean casi 200 hombres en acogida son demasiados», comenta un vecino que sospecha que detrás de todo haya exclusivamente un interés de los que gobiernan: «La política ya sabemos cómo es y al final el que siempre baila con el más feo es la población. No me parece bien ni la idea ni la cantidad», concluye.
Una cantidad de la que no se sabe la cifra exacta. Si bien se hablaba de unos 180 inmigrantes, el responsable de la ONG Accem, que en estos primeros días están cubriendo sus necesidades básicas de alojamiento y manutención, Daniel Bóveda, no confirma ni desmiente: «Este dato quien debería de aportarlo es la Delegación del Gobierno, pero hay más de un centenar de inmigrantes».
Independientemente del número, la acogida no gusta a alguno de los vecinos: «También aquí hay gente pasando hambre y eso no lo dicen; para los de aquí no hay recursos para ayudarlos y sin embargo se traen a los de fuera. Esto queda muy bien en la foto, pero la realidad es bien distinta. A la larga esto traerá problemas», comentan a este periódico.
Mientras tanto, los jóvenes inmigrantes conviven en el Complejo Cemar en donde estos días los colaboradores de la ONG están haciendo labores de acompañamiento social y apoyo psicológico y jurídico.
Aunque no hay fecha concreta hasta la que se les acogerá, se baraja como fecha límite diciembre, aunque muchos ya abandonarán antes las tierras gallegas, ya que tienen vínculos familiares o amigos por España y Europa con los que se está intentando contactar.
«Emergencia sanitaria»
La acogida de los inmigrantes por parte de diferentes comunidades se debe a una situación de saturación en las Islas Canarias, a donde cada día llegan cientos de inmigrantes. Al respecto, Bóveda nos recuerda que «es una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo y en lo que va de año hay contabilizadas 5.000 personas ahogadas, y esto es un mecanismo de solidaridad también para bajar la presión en las Islas».
Por lo tanto estamos ante una declaración de emergencia sanitaria en la que «nosotros ya tenemos experiencia como con el acogimiento de los ucranianos», afirma el responsable de Accem. De hecho, muchos de ellos solicitaron protección internacional por la guerra de Mali, pero otros tanto por motivos como la persecución por orientación sexual o por minoría étnica, entre otras circunstancias.
En estos días empezarán a recibir clases de español, educación vial y orientación laboral. Aunque muchos de ellos se defienden con el español, a los que «ayudaremos a perfeccionarlo», la mayoría ni lo hablan ni lo entienden, a los cuales enseñarán el idioma.