Jorge Buxadé (Vox): «Hay que devolver la palabra al pueblo español»

Una de las cosas que hay que reconocerle a Abascal y a sus gentes es que han recuperado la hermosa palabra 'pueblo' para referirse a los españoles. El pueblo español fue el protagonista de la transición a la democracia y el pueblo español se abanderaba sobre todo desde la izquierda de chaqueta de pana y conciencia de clase, la que pedía la reforma agraria y también los estatutos de autonomía. Esa izquierda ya no existe como no existe la España a la que Jorge Buxadé se ha referido en su acto cordobés pero que Vox quiere recuperar. Y el pueblo, por cierto, mutó en ciudadanía.

El vicepresidente de acción política del partido conservador, ante un centenar de simpatizantes y afiliados que se han dado cita en el Hesperia en la tarde del martes, se ha referido al comienzo de su intervención al orden y sentido común que acompañó a los españoles antes y durante los primeros años de la democracia, cuando no se discutía la utilidad de un pantano o la autoridad de un profesor. Y la teoría de Vox es que nos han quitado todo eso y más sin ni siquiera avisarnos en los programas políticos de los grandes partidos de que querían hacernos una sirla tan grande. «Los nuevos caciques son los políticos profesionales», ha dicho Buxadé no sin antes también darle un repaso a los medios de comunicación y a sus directores, que «manipulan la información» y callan ante la tropelía. Argumentos así son los que también un redactor debe apuntar y contar, porque va en el sueldo.

«Córdoba no falla»

Antes de la intervención de Bouxadé, la presentación del acto la llevó a cabo el nuevo presidente provincial, Rafael Saco, que destacó que «Córdoba no falla» en referencia al público asistente - escaso en ese momento, la verdad- pero sobre todo a las previsiones de cara a las elecciones municipales. La candidata a la alcaldía de Córdoba le siguió «emocionada porque se siente muy apoyada». Yolanda Almagro dijo que estaban «preparando los problemas» que preocupan a los cordobeses y avanzó que pretenden transformar el Guadalquivir «ese río lleno de ratas y fango» en «la milla de oro de Córdoba»(sic). Almagro animó al optimismo, al pensamiento positivo y a «transmitir ilusión». Como en el Mayo del 68, apeló a la imaginación como herramienta de transformación. Hay lugares comunes que no caducan y son transversales.

La inmigración ilegal, el agua y las subvenciones

También estuvo en el acto del Hesperia el portavoz parlamentario andaluz Manuel Gavira, que apeló al Título II, capítulo 2º de la Constitución para explicar lo de 'España decide', artículo que recoge la posibilidad de un referendum consultivo para asuntos trascendentes. «La soberanía reside en el pueblo español», recordó Gavira apuntando que, precisamente, es algo que no habría que recordar. El gaditano centró su intervención en lo que es habitual en el discurso de los de Abascal, a saber, la inmigración ilegal y sus consecuencias - los medios volvimos a llevarnos rasca por «manipuladores»- las infraestructuras hidráulicas y el problema del agua, además de las subvenciones. Respecto a esto último apuntó algo que no ha cambiado, en su opinión, en Andalucía: «El gobierno de Juanma sigue subvencionando».

El globalismo como problema

Jorge Buxadé no ha contado en Córdoba nada que ya no sepamos del ideario de Vox. De hecho el mensaje sigue siendo el mismo que el ex-asesor de Trump, Steve Bannon, empleó hace años y que parece que sigue vigente en la Europa de 2023 y de utilidad para las formaciones de la denominada nueva derecha: las naciones deben ser soberanas y protagonistas de su propio destino, entendiendo por destino fundamentalmente la economía. Y en el argumentario del Vox de 2023, la soberanía energética es el principal asunto.

«Esta es una batalla contra el globalismo, no contra las derechas y las izquierdas», ha dicho el catalán, que ha dado un repaso a todos los asuntos que Vox pone encima de la mesa: la «inmigración masiva y descontrolada», el separatismo, la Agenda 2030 o la ideología de género «que ha acabado con la presunción de inocencia y, por tanto, con la civilización occidental». El ejemplo que acredita parte de las denuncias de Vox lo ha comprobado Buxadé, de manera doméstica, en el paseo que le han dado durante la sobremesa por Ciudad Jardín, donde ha encontrado «degradación, suciedad, cierre de comercios y guetos multiculturales».

El europarlamentario, como Vox, entiende que las grandes decisiones , las que afectan al día a día de las personas, se toman fuera de España, a cargo de determinadas corporaciones o de Bruselas. «Hay que devolver la palabra al pueblo español», ha repetido en varias ocasiones el vicepresidente de acción política.

Por último Buxadé ha alertado sobre el almacenamiento y uso de nuestros datos digitales, otro de los frentes abiertos que pueden afectar a la soberanía nacional además de la intimidad de las personas.

Una señora asentía, con aparente preocupación, mientras miraba el móvil, después de hacer la enésima foto del acto.