José Javier Rodríguez Alcaide, José Manuel Otero Novas, Benito Gálvez y Pablo González PolaJesús Caparrós

‘El Grupo Tácito’: los democristianos que colaboraron para que la democracia llegara a España

Se presenta en Córdoba una antología de artículos de este grupo de opinión que jugó un papel fundamental en la Transición

Ahora a este tipo de asociaciones se les conoce con la denominación inglesa Think Tank, pero hace 50 años eran un comprometido grupo, de raíz católica, que deseaba una apertura del régimen de Franco cuando, en sus últimos años de vida, el gobierno de la nación estaba fundamentalmente controlado por los tecnócratas bajo el mando del almirante Carrero Blanco. La sociedad civil ya jugaba un papel importante en lo que se puede considerar una tímida semilla de la democracia posterior. Existía una ‘oposición tolerada’ que se reunía en torno a asociaciones, clubes y publicaciones que, si bien era minoritaria, constituyeron el germen de algunos partidos protagonistas de la Transición, sobre todo de UCD. El Grupo Tácito, que tomó su nombre del político latino , estaba formado por intelectuales, juristas y periodistas del Régimen, con un núcleo fundador perteneciente a la Asociación Católica de Propagandistas.

Ha sido la ACdP la que ha organizado en Córdoba la presentación de Tácito. Precursores y actores de La Transición, publicado por CEU Ediciones, que en dos volúmenes recopila los 180 artículos que el grupo publicó desde 1973 (fundamentalmente en el Diario Ya ) y de los que ahora se cumplen 50 años..

Momento de la presentaciónLVC

La presentación se ha llevado a cabo en la Fundación Miguel Castillejo y ha contado con la presencia del delegado provincial de la ACdP, Antonio Muñoz, y Pablo González Pola, editor y director del Instituto de Estudios para la Democracia, además de coordinador de la obra. Los ponentes, en palabras de González Pons, representaban los tres poderes: el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial. José Manuel Otero Novas, uno de los fundadores de Tácito, ha sido ministro con Adolfo Suárez en la presidencia del Gobierno y en Educación, y ha estado acompañado por dos testigos de excepción de la Transición, el ex-magistrado del Tribunal Supremo Benito Gálvez y el ex-diputado de UCD y Secretario General Técnico del Ministerio de Agricultura, José Javier Rodríguez Alcaide, cordobeses ambos que si bien no pertenecieron a Tácito, sí conservan recuerdos y vivencias de primera mano de una apasionante época histórica de nuestro país.

No repetir los errores de 1931

José Manuel Otero Novas se ha referido a algunos de los errores cometidos desde el 14 de abril de 1931, cuando en España se produce una ruptura con la llegada de la II República, un cambio de régimen que no consensuó la Constitución de entonces y que no contemplaba un referéndum para la misma, aspectos estos tenidos en cuenta a la hora de proponer una democracia tras la muerte de Franco, porque lo que los Propagandistas y el Grupo Tácito tenían claro es que en las postrimerías de los regímenes políticos las revoluciones encuentran un excelente caldo de cultivo. La II República acabó en sangre y España no se podía permitir de nuevo lo mismo. Frente a la ruptura que proponían, entre otros, el PCE, los democristianos abogaban por la democracia liberal. El Grupo Tácito, a través de sus artículos, analizaban los problemas de la sociedad española de entonces y proponían soluciones desde la democracia. ¿Podían hacerlo enfrentándose a la censura y la falta de libertades? «Sí, porque conocíamos los límites», dice el jurista Otero Novas. De hecho, de los 180 artículos publicados solo uno les dio dolor de cabeza, el referido a «los sucesores» del generalísimo «que no eran otros que los españoles». Otero Novas recuerda con «emoción» aquella época. «Hicimos un pacto de reconciliación. No es verdad que fuera un pacto de olvido, como ahora se dice».

«Mesura» en las sentencias judiciales del Régimen

Benito Gálvez recuerda que «estuvo ahí» y valora la” opinión propia” de quien ha sido testigo de los acontecimientos. El veterano juez se va hasta 1975, concretamente al 14 de febrero de ese año, en el que el Grupo Tácito publicó un artículo referido al ‘Proceso 1001”, que no era sino el número de registro del expediente de los detenidos en 1972, en un chalé de Pozuelo de Alarcón, por ‘asociación ilícita’. Entre los detenidos, el líder de CCOO Marcelino Camacho. Gálvez defiende la actuación judicial de los magistrados de entonces, « porque lo hacían en función de la legalidad vigente». El cordobés entonces era un jovencísimo juez de instrucción con las oposiciones recién aprobadas. El Grupo Tácito pedía mesura en las sentencias que oscilaban entre los 19 y 20 años de prisión. Se consiguieron rebajar, y el ex-,magistrado, eso sí, ha confesado que le «producía pudor esas condenas altas por delitos formales». Gálvez ha destacado «la visión de la condición humana» del Grupo Tácito «desde una posición cristiana, que no confesional»

El Juan XXIII, nuestro grupo de opinión

José Javier Rodríguez Alcaide, sin desmerecer la labor del Grupo Tácito «fundamentalmente desde Madrid», ha reivindicado el papel regionalista y provincial de la Transición. «Las provincias también tenían importancia», cosa que, ciertamente, se suele olvidar desde el prisma de la capital. Rodríguez Alcaide recuerda la creación, en Córdoba, "en la Ermita de la Alegría, al lado de San Hipólito”, del Círculo Cultural Juan XXIII, a cargo de miembros de Acción Católica, aunque posteriormente el grupo sufriera un giro marxista hacia la izquierda. Rodríguez Alcaide ha recordado que tuvo el privilegio de conocer la democracia antes de 1976. Como estudiante, profesor o veterinario estuvo con la tuna a finales de los 50 por Europa, en el 63 viajó a EEUU « y vi como Lindon Johnson juraba el cargo de presidente en un avión tras el asesinato de Kennedy». Conoce la democracia inglesa en Cambridge y también la Yugoslavia del general Tito. Y llegó al Congreso de los Diputados con un espíritu andaluz «y un enfoque regional».

«Yo viví la Transición como alguien que no está en Madrid. Y eso es importante», ha dicho Rodríguez Alcaide, que no es precisamente optimista con el panorama actual. «Ahora hay una indigencia intelectual absoluta», ha dicho, refiriéndose sobre todo a la clase política ,y ha añadido que «la luz de la razón ha desaparecido, solo hay emociones», para concluir que «no hay otro Grupo Tácito que escriba».