José María Bellido en el pleno del Ayuntamiento de CórdobaJesús D. Caparrós

Ayuntamiento de Córdoba

Las dos realidades de Córdoba en el último pleno ‘político’ del mandato

El debate sobre el estado de la ciudad muestra los dos bloques que hay en el Consistorio

El debate sobre el estado de la ciudad ponía, este jueves, el broche al actual mandato municipal en la capital, al menos, a lo que a debates políticos se refiere en el salón de plenos de Capitulares.

El pleno prometía intensidad y no defraudó. De hecho, desde los prolegómenos ya se palpaba una tensión propia del poco más de un mes que resta para las elecciones municipales, aunque todos los actores implicados negaran estar haciendo campaña. Unos porque no siguen y otros porque seguramente no la necesiten.

Lo cierto es que en la comparecencia previa ya se apreció un clima de tensión, que podría catalogarse de exagerado. Para empezar el concejal no adscrito, David Dorado, compareció para afear la actitud del alcalde hacia él, a cuentas del proceso judicial en el que el edil está inmerso. Y, después, para mostrar una conversación de WhatsApp sobre una supuesta comida con amigos, cargada al grupo municipal de Ciudadanos el pasado mes de agosto por el ahora primer teniente de alcalde, Manuel Torrejimeno. Este último no desmintió la conversación, aunque ya en el pleno advirtió de posibles medidas legales contra Dorado.

Pero antes de las dos sesiones (la ordinaria y la del debate sobre el estado de la ciudad), la oposición en bloque cargó contra el sistema de acreditaciones escogido para las sesiones plenarias, que la Policía Local estuviese controlando el acceso al edificio y que se entregara a quienes se acreditaban una hoja con artículos del Código Penal. El portavoz del PP, Miguel Ángel Torrico, respondió a las críticas y recordó que entra dentro del reglamento (aprobado hace más de una década) y que ese procedimiento se sigue en capitales como Sevilla, donde manda el PSOE.

Protesta de la oposición

Con ese rifirrafe se llegó al pleno ordinario, donde la oposición en bloque, tras protestar, abandonó la sala. Si bien, llegado el debate sobre el estado de la ciudad, los ediles que dieron la ‘espantá’ regresaron para confrontar. Ya en esa segunda sesión, el alcalde, José María Bellido (PP), repasó toda la labor realizada en este mandato, bajo la máxima de que Córdoba avanza.

Balance del alcalde

En ese sentido, el primer edil puso datos sobre la mesa como los más de 2.000 parados menos en el último año o las cerca de 5.000 viviendas construidas. También aludió a las bajadas de impuestos y a las ayudas otorgadas para salir de una situación tan compleja como la que dibujó la pandemia, con más de 20 millones de euros en ayudas a empresas y más de 12 en cuanto a las sociales se refiere.

Proyectos de ciudad

Con un plan de ciudad bajo el brazo, la base logística en proceso, un buen número de proyectos urbanísticos realizados o avanzados, con unas notables políticas de accesibilidad (con reconocimientos europeos incluidos), las empresas municipales revitalizadas y proyectos de ciudad (donde impera la sostenibilidad) definidos a medio y largo plazo, el alcalde repasó cuatro intensos años.

La otra visión

En el otro lado, la oposición acudió a «lugares comunes» -como señaló el propio alcalde-, para afearle lo que consideran falta de gestión y «dejadez», recurriendo a la suciedad de las calles como uno de los ejemplos paradigmáticos. Y, mientras la izquierda se lamentaba de que la bajada de impuestos solo ha beneficiado a los que más tienen, Vox aseguraba que había sido mínima. Y todo esto sin pasar por alto una presunta falta de ejecución del dinero municipal.

En definitiva, el último pleno de corte político del mandato sirvió para mostrar dos conceptos, dos formas de afrontar la realidad y una de las dos será la que refrenden las urnas el 28 de mayo.