Paula Badanelli, candidata número 2 de Vox al Congreso
«Si no se respeta la vida como sociedad, solo nos queda el abismo»
La candidata de Vox al Congreso aborda, en la siguiente entrevista, la actualidad electoral y los grandes temas (familia y vida) que distinguen a su formación
«No hay tibieza, el aborto jamás debe ser un derecho, el único derecho que hay es la vida». En esos términos se expresa la candidata número 2 de Vox por Córdoba al Congreso de los Diputados, Paula Badanelli.
Actual portavoz de la formación en el Ayuntamiento de Córdoba, también lo fue en el anterior mandato, donde rezó un Ave María durante un pleno. Aquella oración se hizo viral y se produjo en un contexto muy concreto, ya que se debatía una moción de Podemos que pretendía criminalizar a quienes rezan ante clínicas abortistas.
De esas cuestiones y de la actualidad de la campaña reflexiona Badanelli en la siguiente entrevista.
- ¿Cómo lleva la campaña?
- Bien, tengo una capacidad de trabajo bastante importante y para mí la intensidad en el trabajo es siempre la misma, que es trabajar desde que me levanto hasta que me acuesto, de lunes a domingo. Siempre lo he hecho en todas las profesiones que he tenido y en política no iba a ser distinto, sino al revés, más.
- Lleva dos campañas seguidas, qué tiene esta de diferente con la anterior.
- Prácticamente no hemos tenido capacidad de reacción, porque se han convocado de una forma torticera, al día siguiente de las municipales. Para un partido nuevo como Vox, con poca o ninguna estructura y pocos recursos es muy complicado en tres, cuatro semanas organizar y poner en marcha una campaña como se entiende una campaña. Lo suplimos con muchísimas ganas e interés en que las cosas salgan.
- ¿Tener poca estructura es necesariamente malo o puede ser positivo?
- Depende, porque cuando te comparas con partidos como el PSOE o el PP -que tienen a cientos de personas en Córdoba y a miles y miles con un sueldo público en todo el territorio español- realmente es David contra Goliat. Si a esto le sumas que muchos recursos públicos se invierten en subvencionar a medios de comunicación, que al final se deben al poder establecido, es muy, muy complicado competir en el mismo campo, pero con diferentes reglas. Creo que tener poca estructura es bueno porque no tienes mochila, no tienes hipotecas y eres libre y, por eso, puedes cumplir tus compromisos. Pero no jugamos todos en partido con las mismas reglas y para nosotros todo es mucho más difícil que para el PP o el PSOE.
- ¿Hay libertad de información?
- Hay, pero también las consecuencias de la libertad de información. Tú eres libre de publicar lo que quieras, pero si luego no gusta al que paga la publicidad o te da las subvenciones, pues te corta el grifo. Y cuando hay que pagar nóminas y vivir en muchos casos -desgraciadamente- de lo público (porque tampoco las empresas y los autónomos están en su mejor momento para invertir en publicidad), los medios están muy condicionados y entonces la libertad hay que ponerla con minúsculas.
- ¿Qué percibe de la gente en esta campaña?
- Cada campaña siempre incrementamos votos, sin ir más lejos en las últimas municipales hemos subido cuatro puntos (de un 8% a un 12%). Siempre notamos en la calle muchísima simpatía, cariño y muchas ganas de que gane Vox y sea el que marque el ritmo de la política. Eso lo notamos en esta con más intensidad. La gente está cansada y necesita un cambio de verdad, no una alternancia, sino una alternativa de verdad. Creo que solo la ven en Vox, porque han mentido tanto en el PSOE como en el PP, que la gente cree que es imposible hacer las cosas. Y no es imposible, se puede si se quiere. No es fácil, las cosas no se pueden hacer en un mes, en un año ni algunas de ellas ni tan siquiera en cuatro años, pero lo que tenemos que tener claro es a dónde queremos llegar, poner un rumbo fijo vengan las tormentas que vengan, mantener el timón firme. En este sentido, solo queda Vox para mucha gente.
- Hay un mensaje de miedo contra Vox de los otros partidos en materia de igualdad ¿Qué hay de verdad en eso?
- Absolutamente nada, es el discurso más falso e irreal que he visto en mi vida. Lo increíble es que todavía haya gente que compre esas campañas mediáticas de desprestigio que lanzan nuestros enemigos. Llevo en Vox desde 2018 y, realmente, nunca me he sentido en absoluto incómoda, discriminada por ser mujer. La igualdad es total. Somos los únicos que llevamos políticas concretas para defender la igualdad real, tanto laboral, doméstica, como en materia de seguridad. Todo lo que no sea eso es engañar a la gente para seguir montando chiringuitos, utilizando a las mujeres. Y cuando las mujeres no nos queremos dejar utilizar no permitimos ni que se nos tutele ni que se nos considere víctimas o inferiores.
En el PP depende de la comunidad autónoma, del perfil del candidato o del momento de la campaña son capaces de decir que el aborto es un derecho o que no
- Y cuando esos mensajes vienen del PP, ¿cómo se sienten?
- En contra de lo que pueda parecer somos muy diferentes al PP y, cuando la gente del PP lo entiende así ya no quieren ser más del PP y quieren ser de Vox. El Partido Popular siempre monta estrategias, campañas mediáticas trabaja muy bien el marketing y los eslóganes y hace lo que debe hacer en cada momento para conseguir más votos. Eso le hace, a mi juicio, perder mucha credibilidad de cara a la gente, porque pega vaivenes que no se sabe muy bien a qué lado de la línea está. Y lo hace, exclusivamente, porque en ese momento considera que ahí está su nicho de votos. En Vox decimos siempre lo mismo, nos cueste votos o no nos cuesten, porque creemos que ahí está nuestra fortaleza: defendemos lo mismo en Algeciras que en Santander; en municipales o en europeas. Ahora toca criminalizar a Vox (el PP) igual que lo hacen Sumar y el PSOE, porque se quieren centrar y consideran que el precio por irse al centro es atacar a Vox.
Pasa lo mismo que con la defensa de la vida, que para nosotros es un pilar fundamental sin tibiezas ni ambigüedades. Y, sin embargo, en el PP depende de la comunidad autónoma, del perfil del candidato o del momento de la campaña son capaces de decir que el aborto es un derecho o que no. Y mi pregunta es, ¿qué piensa de verdad el PP como partido? Obviamente, el único partido que defiende la vida, que no considera que el aborto sea un derecho y que hay que acompañar al enfermo hasta el último aliento, hoy por hoy es Vox. Eso debería ser determinante para mucha gente a la hora de votar y no hablo solo de católicos.
- Se les cuestiona mucho por la igualdad, pero en el resto de formaciones no se habla de la vida ni de la familia.
No quieren tener posicionamientos claros, porque consideran que les quitan votos. La izquierda entiende que tiene que minusvalorar la vida porque ahí está un nicho importante de votos y el PP, como un día tiene una patita en el PSOE y otro día en la antigua AP, dice una cosa o dice otra. Para nosotros, si no se respeta la vida como sociedad, solo nos queda el abismo. No hay tibieza, el aborto jamás debe ser un derecho, el único derecho que hay es la vida. Y, desde luego, todos aquellos que hablan de la eutanasia como si fuese algo bonito, que se hace por amor, yo les digo que por amor se acompaña a un enfermo, se le coge de la mano, se cuida a un padre, a un hijo y, por amor, no se acaba con la vida de nadie. Eso es imposible justificarlo y para nosotros es una línea roja, que es como un muro de hormigón. No vamos a ceder.
Desgraciadamente, tengo a personas muy cercanas que en momentos de su vida tomaron la decisión de abortar y acabar con la vida de su hijo, y han pasado más de 30 años y no hay un solo día en que no tengan un recuerdo para ese niño que está en el cielo. Tienen otros hijos, pero les marcó su vida y tengo claro que son decisiones irreversibles y que hacen un daño inmenso.
- ¿La eutanasia tampoco es un derecho?
- Por supuesto que no. El derecho es tener una muerte digna. Hoy en día, además, hay cuidados paliativos y se puede evitar el sufrimiento de las personas. La vida es sagrada y si no la respetamos no nos queda nada. La justificación no puede ser el sufrimiento. Al principio se empieza así, pero esto es la teoría del plano inclinado: empezamos matando por amor y acabamos haciéndolo porque lo decide el Estado o un hospital.
Era tal atentado contra la libertad que vi la necesidad de llamar la atención, para que todo el mundo supiera lo que estaba pasando
- ¿Qué siente cuando se criminaliza a las personas que rezan ante las clínicas abortistas?
- Aquí (en el Ayuntamiento de Córdoba) trajo esa moción Podemos, cuando se quería reformar el Código Penal para que fuese un delito rezar, y yo recé un Ave María que fue muy sonado y lo hice porque me pareció tan grave lo que estaba sucediendo en ese salón de planos, era tal atentado contra la libertad que vi la necesidad de llamar la atención, para que todo el mundo supiera lo que estaba pasando. Tienen tanto miedo a los que tenemos principios firmes, porque quieren que la gente no piense, no decida y que los pilares básicos que nos han traído hasta donde estamos como sociedad, desaparezcan. Y cuando alguien dice no van contra ti con una virulencia que es peligrosísima. Salirse de lo políticamente correcto, elevar la voz contra el consenso progre que nos impone ciertas doctrinas está demonizado. Pero como dijo nuestro líder Abascal, nosotros los insultos nos los ponemos en el pecho. Me siento orgullosa de pensar lo que pienso, de estar donde estoy y de defender lo que defiendo. Y lo voy a seguir haciendo.
- Ser católico y defenderlo en público es muy complicado.
- Necesitamos que recen por nosotros, porque esto no es fácil. Insisto, es David contra Goliat. Somos los únicos que somos capaces de defender con valentía ciertas cosas que están mal vistas. Tengo la suerte de tener fe y me aferro a ella en muchas ocasiones y circunstancias de mi vida. Confío en Dios y creo que me ayuda. Hay buenísima gente que no tiene fe y no por eso dejan de defender la vida, la familia, su patria y sus valores. No somos ni mejores ni peores por ser católicos, me siento orgullosa de serlo y, desde luego no me voy a esconder, a tapar, ni me voy a esconder jamás.
- Tampoco dejan defender el modelo de familia.
- Ni el modelo de familia ni a las mujeres. Todo lo que no sea lo políticamente correcto se castiga con una animadversión que da miedo. Ha habido veces que he temido por mi integridad en el propio salón de plenos, con feministas diciéndonos barbaridades. Con el modelo de familia pasa exactamente igual. Ahora a los niños, desde pequeños, hay que decirles que da igual ser hombre o mujer, que puedes ir cambiando de sexo, que da igual casarse o no, que da igual tener hijos o mascotas (las igualamos con los niños, las humanizamos en paralelo a decir que el aborto es un derecho). Esto es de locos. Respetando a todo el mundo se puede ser firme en nuestras tradiciones y en nuestro modelo de vida. Al final, el núcleo familiar es siempre un refugio y es el pilar de nuestra sociedad. Eso no quita que pueda haber excepciones y que no hay que criminalizar a nadie, pero no se puede hacer regla la excepción.
- En plataformas de televisión (series, anuncios, películas, etc.) todos los mensajes van en contra de ese modelo.
- Nos atacan por todos lados. Los que ahora mismo tienen niños pequeños, entiendo su preocupación. Les van dirigiendo en un sentido -en contra, muchas veces, de la voluntad de los padres- y eso no se puede permitir, porque la educación de los hijos depende de los padres. Muchas veces, a los niños se les meten ideas en la cabeza que son nefastas ¿Por qué son malos los príncipes azules, porque son hombres¿ ¿Por qué son malas las princesas, porque son femeninas? ¿Qué hay de malo en que una mujer sea femenina y en que tengas un enamoramiento maravilloso con un hombre? Ahora ya es malo todo, cualquier cosa que diferencia al hombre de la mujer, que cree un vínculo entre ellos parece malo. Estamos llegando al absurdo, los hombres tienen miedo a dirigirse a una mujer porque no saben si se va a malinterpretar o si un comentario, dicho desde el cariño, puede acabar con él en el calabozo. Pero la gente empieza a estar cansada de este disparate que nos lleva al abismo como sociedad.