Córdoba cumplirá la última voluntad de un soldado de la Armada Invencible 436 años después
Antonio de Ulloa y Sandoval escribió en su última voluntad el interés de recibir «tres misas de luz» en la capilla de San Agustín
La devoción a la Virgen de las Angustias de Córdoba era una realidad incluso antes de su bendición. Una reciente investigación sobre la Armada Invencible ha dado con el documento de un soldado náufrago, Antonio de Ulloa y Sandoval, que dejó por escrito en su testamento (1588) su última voluntad de recibir tres misas en San Agustín en el altar de Nuestra Señora de las Angustias.
La hermandad, según ha podido confirmar este periódico, se enteró de este hito, publicado en el portal de estudio y divulgación de la armada de 1588, hace apenas unos días y que está a la espera de recibir una copia del documento original para hacerlo constar en la historia de la cofradía. Además, cumplirá la última voluntad de este soldado esta Cuaresma, durante el septenario en honor a la Virgen de las Angustias, con las siete misas en su honor. «No hay acto más solemne e importante para nosotros que el septenario, por lo que lo haremos ahí», confirmó Antonio Susín.
La historia
El investigador Pedro Luis Chinchilla recoge en la web de divulgación de información de la Armada Invencible, el contenido del testamento del náufrago Antonio de Ulloa y Sandoval, escrito momentos antes de ser decapitado en la carcel de Galway (Irlanda) por orden de los ingleses. Ulloa nació en Zamora y hasta ahora se desconocía su vinculación con Córdoba, donde residió, según se ha indicado a la hermandad. Tras ser apresado escribió el testamento que un capitán inglés de la prisión donde estaba entregó al capitán español de la compañía en un acto humanitario.
«Mando que se digan por mi ánima la misa que mandé que se digese por las ánimas del purgatorio (…), mando que se digan por mi ánima tres misas de lus en el altar de Nuestra Señora de las Angustias en San Agustín, mando que se digan en el propio monasterio de San Agustín, en el artar de Nuestra Señora de Gracia, sinco misas por mi ánima (…)». A esas peticiones en San Agustín se sumaron otras como la de «cada lunes en los Mártiles de la Puerta en Colodro». «El berdugo no me da más lugar. De don Antonyo de Ulloa y Sandoval», firmó al final del testamento.
La actual imagen de la Virgen de las Angustias, obra de Juan de Mesa, fue bendecida en 1628 y la carta fue escrita 40 años antes. Sin embargo, en los documentos de la hermandad se refleja como en 1558 se tiene como la fecha con el primer testimonio en el que se habla de hermandad. En este primer testimonio, se conoce que la cofradía poseía en aquel momento una imagen titular de Nuestra Señora de las Angustias de la que actualmente nada se sabe y con la que los hermanos de luz y disciplinantes de la época realizaban su estación de penitencia en la noche del Viernes Santo.
Ahora, varios siglos después y tras esta confirmación, la hermandad de las Angustias de Córdoba cumplirá la voluntad de este soldado, que profesaba su fe hacia la Virgen de San Agustín y que cayó formando parte de la Armada Invencible.