El TSJA rechaza un recurso de Carlos Aladro contra su despido del IMAE
El Ayuntamiento justificó el cese en «falta de confianza»
La Sección Primera de la Sala de lo Contencioso Administrativo con sede en Sevilla del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) acaba de fallar sobre el recurso de apelación interpuesto por Carlos Aladro y le cierra la vía contencioso administrativa para ir contra el acuerdo de la Junta de Gobierno Local que decidió su cese como gerente del Instituto Municipal de Artes Escénicas (IMAE).
En la sentencia, ante la que cabe recurso de casación, se resuelve el recurso interpuesto por la representación legal de Aladro contra el Auto dictado por el Juzgado de lo Contencioso Administrativo número 1 de Córdoba, que lo rechazó por su falta de jurisdicción para el conocimiento del asunto y lo derivó a la vía social. Ahora, el TSJA ratifica dicha decisión.
Las razones del despido
Carlos Aladro fue destituido como gerente del IMAE en febrero de este año. La primera razón que argumentó el Ayuntamiento fue la de «pérdida de confianza». Poco después se supo que las relaciones entre el cesado y los trabajadores de los teatros municipales, incluso con la propia presidenta, Isabel Albás, fueron tormentosas.
En un informe adjuntado al expediente sobre el despido se describía con detalle la convivencia durante los cinco meses que estuvo en el cargo. En el texto, firmado por Albás, se afirma que había «un trato inadecuado profiriendo voces por parte de la Gerencia a esta Presidencia, y el incumplimiento con la directrices de esta Presidencia que en ocasiones repetidas le ha instado a la moderación en el trato personal y la observación de las normas de conducta adecuadas».
Respecto al trato a la plantilla de empleados, se describen «faltas de respeto en el trato hacia trabajadores, y especialmente, hacia el equipo directivo responsable de las áreas principales de funcionamiento del IMAE», así como el uso de «métodos de funcionamiento y comportamiento inadecuados para el puesto que ocupa» y «acusaciones en reuniones a trabajadores directivos de hostilidad por solicitar información sobre asuntos laborales que están bajo su responsabilidad, y que forman parte de sus competencias».
La versión de Aladro
Una vez que toda esta información salió a la luz pública, el propio Aladro convocó en el pub Limbo una rueda de prensa para explicar su versión de los hechos. En su larga comparecencia no descendió al detalle aunque reconoció que «si esa institución está aquejada de dolencias, algunas muy graves, desde mi punto de vista, el tratamiento es doloroso si se quiere esa transformación».
En el fondo no había más que un cambio, sin transición, de la gestión del IMAE desarrollada en los últimos años a su propio modelo. De este modo reconoció que «puedo entender que yo no fuera el galeno para la tarea», porque «me habré equivocado mucho, seguro, pero mi propósito es certero».