Manuel FontiverosJosé Ignacio Aguilera

Manuel Fontiveros, responsable de seguridad de la Mezquita Catedral

«Lo más gratificante es cuando termina el día y no ha habido ningún incidente»

Manuel Fontiveros ha sido distinguido por la Policía Nacional con su ingreso en la Orden al Mérito Policial y la concesión de la Cruz con distintivo blanco

Posiblemente se haya cruzado con él en algún acto en la Catedral, o casi de manera fugaz un domingo tras la misa o disfrutando de un paseo con amigos mientras contemplan el Patio de los Naranjos. Manuel Fontiveros (Aguilar de la Frontera, Córdoba, 1965) es el hombre presente sin que apenas se le note. Y está casi siempre aunque tenga sus preceptivos y merecidos días de descanso. Cuidar de la seguridad de un templo monumental de las características de la Santa Iglesia Catedral no es moco de pavo.

Fontiveros lleva 30 años en dicha labor, y esta semana la Policía Nacional se lo ha reconocido con su ingreso en la Orden al Mérito Policial y la concesión de la Cruz con distintivo blanco. Aunque no ha formado parte de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, este profesional de la seguridad privada trabaja codo con codo con ellos, como no puede ser de otra manera. Con la misma discreción y seriedad - muy cordobesa- que le caracteriza en su día a día.

Manuel FontiverosJosé Ignacio Aguilera

-¿Qué le quita a usted el sueño?

- Principalmente, los problemas cotidianos del trabajo. Siempre hay algo que te llevas a casa, y en ocasiones son asuntos más importantes de lo habitual los que quitan el sueño.

- Al final, un responsable de seguridad está al pie del cañón los 365 días del año.

- Sí, este monumento está abierto todos los días del año, y contamos con un servicio de seguridad las 24 horas. Cualquier problema, por pequeño que sea, te están llamando, incluso en tus días de descanso.

- Cuando hablamos de la seguridad de un monumento como este, se aborda desde un punto de vista global. Hay muchos aspectos a tener en cuenta: la protección del patrimonio, la seguridad de los visitantes, e incluso el entorno, que suele estar bajo la vigilancia de las fuerzas de seguridad del Estado. ¿Tenemos claro qué significa proteger un edificio de estas características?

- Como bien dice, el principal reto es proteger el edificio y todo el patrimonio que alberga, tanto la estructura como los bienes que contiene. También está la seguridad de los visitantes, que en 2019 superaron los dos millones. Además, hay que gestionar el flujo de esas personas, coordinarlas y distribuirlas en los distintos horarios de visita, sin olvidar al personal que trabaja aquí, lo que requiere una gran coordinación.

- ¿Cuántas personas coordina usted en total?

- Aquí en la Mezquita-Catedral somos 38 personas, distribuidas para cubrir todos los turnos, incluyendo la torre del campanario. Aparte, hay otras diez personas en las rutas fernandinas, que atienden las diez iglesias de esa ruta. Todo eso también lo coordinamos desde aquí.

- Lleva treinta años vinculado a la Mezquita-Catedral. En su trayectoria profesional, ¿ cómo ha cambiado el concepto de la seguridad? ¿Cuáles son las actualizaciones más destacables?

- Al principio, el flujo de visitantes era muchísimo menor, por lo que la necesidad de personal de seguridad era también inferior. Los medios de la época no son comparables a los actuales. Los sistemas de detección de incendios, de intrusión, CCTV... todo ha avanzado mucho. La tecnología que hoy es de última generación, mañana ya está obsoleta. Cuando llegué aquí, el edificio apenas tenía protección contra incendios. Fue entre 1998 y 1999 cuando se instaló un sistema de detección total. Luego vino la videovigilancia, que era lo más avanzado en su momento, pero al poco tiempo quedó desactualizada. El Cabildo siempre trata de estar a la vanguardia en tecnología y formación para el personal, lo que exige una constante actualización.

El Cabildo siempre trata de estar a la vanguardia en tecnología y formación para el personal

- ¿Cómo ha sido su adaptación a todas estas nuevas normativas y exigencias de seguridad?

- La adaptación es constante, te lo va marcando el día a día. Al principio apenas había tecnología, pero conforme se ha ido integrando en el monumento, tanto yo como el resto del personal hemos tenido que adaptarnos. Si no nos adaptamos, no podríamos convivir con ella.

- El secreto está en la prevención, ¿verdad?

- Sin duda, la prevención es la clave. Intentamos prevenir antes que actuar, pero cuando es necesario intervenir, debe haber una formación previa adecuada.

- Porque también hay protocolos de actuación, ¿no?

- Sí, aquí las actuaciones suelen ser mínimas, sobre todo relacionadas con información o advertencias a los visitantes. En el caso específico de visitantes musulmanes que intentan rezar dentro del templo, tenemos un protocolo conjunto con la Policía Nacional. Cuando ocurre un incidente de este tipo, activamos ese protocolo.

- ¿Y lo hacen por desconocimiento?

- Muchos sí, por desconocimiento. Aunque se les informa antes de entrar de que es un templo católico y que la religión que se practica aquí es la cristiana, algunos alegan no haberlo leído o simplemente intentan esquivar a los vigilantes para rezar.

Manuel FontiverosJosé Ignacio Aguilera

- En estos 30 años, ¿ cuál ha sido el momento más difícil para usted?

- Uno de los momentos más complicados fue en marzo, no recuerdo el año exacto. Tuvimos un incidente con un grupo de musulmanes austríacos, más de 100 jóvenes que entraron de forma individual pero, una vez dentro, se reunieron para una oración colectiva. En cuestión de minutos, la situación se complicó, ya que era un grupo numeroso y hubo agresiones a los vigilantes. Tuvimos que pedir refuerzos a la Policía Nacional y el incidente tuvo repercusión mundial en muy poco tiempo.

- Hablando de la Semana Santa, con la Carrera Oficial pasando por el templo, ¿ cómo se organizan?

- La primera vez, en 2019, fue un reto para todos, no solo para nosotros, sino también para la Policía Local, Nacional, Cruz Roja y otros cuerpos. Tuvimos muchas reuniones previas, y aunque lo veíamos complejo, todo salió bien. Con el tiempo, hemos ido puliendo detalles y ahora la llevamos bastante mejor. También fue un desafío para la ciudad, ya que supuso un cambio en la forma de acceder a la Carrera Oficial, pero creo que el balance ha sido positivo.

- Hemos hablado de momentos difíciles, pero ¿ qué es lo más gratificante para usted?

- Lo más gratificante es cuando termina el día y no ha habido ningún incidente. Saber que hemos atendido a muchos visitantes y que todos se van satisfechos. Para mí, es un alivio cuando todo sale bien.

- Este puesto también le ha dado la oportunidad de conocer a muchas personalidades.

- Sí, aunque en realidad nosotros coordinamos con sus equipos de seguridad, ya sean de la Policía o la Guardia Civil. Antes de su llegada, se organiza todo para que no haya ningún problema.

- Últimamente se ha hablado mucho de los drones sobrevolando la Catedral. ¿Qué puede decir al respecto?

- Los drones cada vez son más frecuentes. La mayoría son turistas que no conocen la normativa española sobre el uso de estos dispositivos. Muchos lo hacen de forma inocente, sin malicia, aunque algunos pueden actuar de forma premeditada.

- ¿Están coordinados con la Policía Nacional en estos casos?

- Sí, ellos tienen un departamento especializado en drones. Si detectamos alguno, los avisamos, y ellos verifican si tiene permiso. Si no lo tiene, proceden a tomar medidas.

- Ha recibido un reconocimiento por parte del Cuerpo Nacional de Policía. ¿Qué ha supuesto para usted?

- Es una satisfacción profesional, después de tantos años. Me siento muy agradecido por este reconocimiento, aunque también es un reflejo del trabajo de todo el equipo de seguridad.

- Usted parece estar siempre en la sombra, pero es esencial.

- Exacto, debo estar presente, aunque no se me vea. Actualmente somos tres personas coordinando todo para que el trabajo no se detenga, y podamos descansar y estar siempre disponibles.