Mensaje en la pizarraLevante-EMV

«Hemos venido a ayudar, muy pronto seguro que ya estáis en el cole»

Dos policías de Montilla que ayudan en las labores humanitarias dejan un mensaje en la pizarra de un colegio de Paiporta donde pasaron la noche

Los niños son la parte más sensible y castigada en toda catástrofe. Chiquillos que no solo pueden haber perdido su casa o incluso su familia sino que ven, de la noche a la mañana, cómo desaparece lo cotidiano en sus vidas. Ir al cole, por ejemplo. Es una situación traumática que difícilmente podrán olvidar.

Si algo está dejando la tragedia ocurrida en Valencia es una luz hermosa en medio de tanta oscuridad: la del corazón bueno de la gente. Chari y David son dos policías locales de Montilla que han acudido, como otros muchos españoles, a echar una mano a la zona sacudida por la gota fría. Hicieron noche en un colegio de Paiporta, una de las localidades más golpeadas por la riada y dejaron su mensaje en una de las pizarras. Como recoge el diario Levante- El Mercantil Valenciano, en una foto que se ha compartido por WhatsApp, se puede leer: «Hemos dormido en vuestra clase. Somos policías de Montilla (Córdoba). Hemos venido a ayudar, muy pronto seguro que ya estáis en el cole. Os deseamos lo mejor, todo va a salir bien y ojalá podamos haceros una visita», se puede leer, escrito con tiza.

«Nos han encantado vuestros dibujos», añaden, lo que sin duda alguna alegrará a los alumnos del aula. Hasta ahora no ha trascendido el centro escolar donde estos policías montillanos dejaron su mensaje de ánimo y cariño.

Los niños en las catástrofes

Los expertos recomiendan un enfoque de cuidado especial para ayudar a los niños a enfrentar el impacto emocional y psicológico después de una catástrofe. Esto implica proporcionar un entorno seguro, validar sus sentimientos, y mantener una estructura en su vida diaria, ya que los niños pueden sufrir estrés postraumático, ansiedad, y problemas emocionales o de comportamiento si no reciben el apoyo adecuado.
Es recomendable así mismo que, siempre que sea posible, se restablezcan las rutinas diarias para darles una sensación de normalidad y seguridad. Mantener una estructura ayuda a que los niños sientan que, a pesar de la adversidad, aún existe estabilidad en su entorno .