Los cuentos de calleja: 'Una ciudad de libros', Edith Nesbit en español
Seis relatos muy bien traducidos en los que Londres es Madrid, Windsor Castle es El Escorial y la Union Jack es la bandera de España
No, querido lector. No voy a hablar de las milongas a las que los políticos nos tienen acostumbrados. Ya tenemos bastante con el esperpento de cada día. Más bien me voy a centrar en un libro que acaba de lanzar Ediciones Espuela de Plata que está editado, introducido y anotado por la catedrática Dolores Romero López. El prólogo lo firma la escritora Nuria Reina Bachot, autora del blog sobre Nesbit en español.
El libro contiene seis cuentos: «Una ciudad de libros»,«Kakatucán», «El usurpador», «Las cuentas que salen bien», «La princesa y el erizo» y «El dragón de hielo». En sus páginas relucen los dibujos de la época, tan bonitos, tan modernos, tan estilizados, que los niños pueden colorear a su gusto. Los ilustradores son Federico Robas, Fernando Marco y José Zamora. Esto escribe la profesora de la Complutense en su Introducción: «Esta edición está concebida fundamentalmente para un lector infantil y juvenil pero también para lectores adultos interesados en volver a leer aquellos cuentos de Calleja con los que tanto disfrutaron siendo niños».
El libro, desde la portada, conserva este sabor de época. Estamos ante las traducciones que publica Calleja en su editorial hacia 1923. Estamos ante esa «narrativa familiar» de Nesbit con enjundia para hijos y padres, para pequeños y mayores. Escribe Nuria Reina en su prefacio, elocuentemente titulado «La fórmula Nesbit», que estos cuentos gustan «a toda la casa» lo cual «no es nada sencillo, solo lo consiguen unos pocos: aquellos que dentro de una temática infantil logran insertar algún chascarrillo, indirecta o guiño hecho con salero y en exclusiva para los adultos».
Los cuentos, rebosantes de fantasía, tienen ternura. Por ejemplo, «Una ciudad de libros» se levanta en el espacio fronterizo entre lo mágico y lo real, entre el ensoñamiento característico de la infancia y la realidad. Los cuentos tienen mensajes. Por ejemplo «Una ciudad de libros» explota el tema de la desobediencia de los niños asomando en su moraleja que esa transgresión les permite aprender y madurar sobremanera. Los cuentos tienen romanticismo que se lee, por ejemplo, en «La princesa y el erizo».
Queda por esclarecer quién tradujo estos cuentos al español para Saturnino Calleja. Puede ser Enrique Díaz Canedo. También puede ser Zenobia Cambrubí. La profesora Romero López tiene un estudio sobre este asunto donde explica lo listo que era el editor para todo, también para traducir adaptando la cultura. Destaca la «viveza y expresividad» del estilo, con un lenguaje fácil de seguir y comprender. Dolores Romero López también ha editado el libro El universo mágico de Edith Nesbit (Renacimiento, 2018).
Los textos están aclimatados con excelencia y amor al arte, con arquitectura filológica. Un botón de muestra: en el primer cuento hay una referencia al castillo de Windsor que el traductor vierte como El Escorial. Otra muestra: el texto inglés alude a «la muerte de Nelson» que en español emana como «el combate de Trafalgar», de manera más inteligible. Otra: en el texto inglés los protagonistas Rosamund y Fabian levantan un castillo con catorce tomos de Shakespeare mientras que en el español Rosalía y Fabián levantaron su ciudad con catorce obras de Cervantes. Los ingleses aprovechan a sus ensayistas de cabecera para hacer los escalones, con los periódicos «Spectator», «Rambler», «Observer» y «Tatler». Los españoles alzan sus peldaños con la Gran Enciclopedia, la Biblioteca Minerva, Don Quijote y las obras de Calderón. La ciudad inglesa tiene un portón con los libros de Macaulay y Milton, la española edifica su precioso portón con dos tomos de Quevedo y las obras poéticas de Campoamor, que sirven de dintel.
Edith Nesbit soñaba con una sociedad mejor y estaba preocupada por la educación. Destaca por haber estado en el núcleo de la Sociedad Fabiana, donde se concitan nombres tan importantes como el dramaturgo George Bernard Shaw. Las reformas impulsadas desde el movimiento social, mutatis mutandis, se transmutan en sus cuentos con un vivo afán paidéutico, como una verdadera παιδεία. Quiero decir además que Nesbit, aunque hubiera preferido escribir poesía, coge la pluma para ganarse el pan y poder así alimentar a su familia.
Edith Nesbit nace en 1858, en plena época victoriana. Sus relatos recrean retazos de esa sociedad. Para situarnos bien: la autora nace un año después de la publicación de La pequeña Dorrit y tres años antes de Grandes esperanzas, de Dickens. Fallece en 1924, el mismo año que Franz Kafka y Joseph Conrad. Con Nesbit estamos ante una escritora central en el desarrollo de la literatura infantil del siglo XX.
Algunas historias de Nesbit han sido llevadas a la televisión, concretamente Cinco chicos y eso (1991, 2004), adaptada Helen Cresswell, y Los chicos del ferrocarril (1957,1968, 1970 y 2000). Tal como piensa y escribe Dolores Romero López: «estos cuentos podrían ser adaptados a videojuegos por su dinamismo en la acción y la descripción de sucesos extraordinarios».
La influencia ejercida por la obra de Nesbit es palpable en Pamela Lyndon Travers, la creadora de Mary Poppins; en Clive Staples Lewis, conocido, entre otros trabajos, por Las Crónicas De Narnia una serie compuesta por siete libros y en J. K. Rowling (Joanne Rowling), la creadora de Harry Potter. Ya lo decía T. S. Eliot, que la crítica es tan inevitable como respirar y que la obra de arte verbal tiene ese «historical sense» y esa tradición tan significativa y enriquecedora.
Editorial: Renacimiento. Espuela de Plata
Número de páginas: 244
Fecha de lanzamiento: 12/09/2022