'Como en un espejo. Antología de poesía espiritual'

Quién mejor que un poeta para explicar lo inexplicable (Morante de la Puebla)

El salón de actos del Obispado de Córdoba ha acogido el acto de presentación del libro. El Obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, ha evocado que «uno de los caminos de acceso a Dios es la belleza», siguiendo los postulados del teólogo suizo Hans Urs von Balthasar.

El acto de presentación ha contado también con la intervención del sacerdote Adolfo Ariza, autor del prólogo, quien ha abordado el contenido del libro así: «Quién mejor que un poeta para explicar lo inexplicable», verbalizando unas palabras de Morante de la Puebla.

Asimismo han tenido ocasión de intervenir las editoras Mercedes Castro y María Luz Escuín, que han explicado la gestación del volumen hasta lograr publicarlo, agradeciendo la participación de los poetas participantes.

El título

Se construye en un símil: Como en un espejo. Lo primero que hice fue asociarlo con el espejo renacentista que escribe Shakespeare en su obra más conocida (III, iii), ese «mirror up to nature». La literatura como el reflejo de la vida.

Pensé en Aristóteles con sus postulados sobre la mímesis, refutando elegantemente a Platón para quien la literatura era sombra de la realidad (ahí está su conocido capítulo VII). Rememoré a Philip Sidney con su apología y me acordé de Erich Auerbach con su obra señera.

Abro el libro y leo, tras la dedicatoria a María del Pilar Palomo, esta cita de San Pablo a los Corintios (13, 12). «Ahora vemos como en un espejo, en enigma. Entonces veremos cara a cara». Aquí está la respuesta y la explicación sobre el título.

Prólogo

Seis páginas introducen los poemas en el Prólogo que escribe Adolfo Ariza Ariza. El sacerdote de la Diócesis de Córdoba agavilla conceptos de belleza, estética y poética arropando sus postulados con una docena de notas emanadas de Chesterton, Newman o Bloy.

Alude, con Newman, a las ideas sobre el principio místico o sacramental, reveladoras de lo eterno. Escribe que «en gran medida la fuerza de la poesía radica en esa capacidad de auscultar este principio místico y sacramental […]».

Horizonte de corolas

Diecisiete creadores participan en la antología, presentados cronológicamente desde Francisco Carrasco, con «Los ciclos de la vida» hasta el cordobés José Daniel García que colabora con «Poema sacro» y «Fantasma duchampdiano».

Carlos Clementson en «Todo empezó aquella noche…» narra «la armónica ternura de unos hitos de luz / para seguir la marcha del hombre por la historia».

Juana Castro escribe una composición rotulada «La atadura se ha roto. / El pájaro está libre» (Libro de los Samos, 125, libro V) cuyo arranque es: «Se te ha abierto la luz, como en un ancho / horizonte de corolas, / y puedes ya volar, desde la libre / espuma de tus alas». Escribe también «Epístola en febrero», «Agosto»y «Solos».

Revelación

Soledad Zurera participa con «Agnus Dei», «Los signos de la luz», «A Jesús Nazareno», «Mística experiencia» y «Virgen de la Soledad».

Hay nueve piezas del poeta espejeño Alfredo Jurado englobadas bajo el título: «En aquel sosegado silencio de la noche»: «Ascensión», «Predilección», «Ceremonial», «Doxología», «Nimbo», «La fuerza desatada», «Fe», «Revelación» y «Tierra prometida»

De María Luz Escuín constan siete poemas de los cuales cinco están encabezados mediante citas bíblicas que sirven de inspiración a sus versos.

Heptálogo y díptico

Mercedes Castro figura en el volumen con tres poemas: «Revelación», «Dios mío» y «Tabla rasa». Cuatro son los de Manuel Sanchiz: «Incógnita», «La palabra secreta», «El principio» y «El conocimiento».

Manuel Gahete Jurado incluye dos piezas seguidas del «Heptálogo íntimo a la Madre de Dios», distribuido en los siete poemas que anuncia su título.

Seguidamente está Antonio Varo Baena con un díptico titulado «Dios» cuya primera entrega es «Sé que Dios existe» y la segunda «Sé que Dios no existe».

Madres en Dios

Rafaela Hames figura con cinco composiciones: «Oráculo», «Oír», «La música de las esferas», «Pasa una estrella fugaz» y «El nombre».

A continuación, se leen los versos de Pilar Sanabria, segmentados en cuatro poemas: «El incendio», «La lucha», «Madres en Dios» y «La soledad contigo».

El primero de ellos invoca al inicio una cita Paul Dirac. El segundo contiene estas palabras de Martin Luther King: «La fe es dar el primer paso, incluso cuando no veas la escalera completa».

Dios de lo pequeño

Araceli Sánchez participa con «Bodhi» y «Fulgor». María José Mures escribe «Tu nombre», «Cuando te fuiste», «La tormenta» y «Línea de vida». Jorge R. Colmenero entrega «Una fotografía hechizada» y «¿Soñar o mirar al misterio?».

Para terminar, antes de llegar a José Daniel García, están los versos del malagueño Daniel Cotta articulados en estos cuatro poemas: «Dios de lo pequeño», «Está sucediendo ahora», «El punto de vista de Jesús» y «Plan para enredar a Dios».

Un camino

Finalmente voy a parafrasear las palabras del Obispo pronunciadas como colofón a la presentación cuando subrayaba la importancia del mensaje poético: Estos poemas espirituales son necesarios para el hombre de hoy día porque en ellos tiene un camino para encontrar(se) con Dios.