Inauguración del mercado central de la CorrederaLa Voz

Cuando el mercado central de la Corredera cambió la vida de los cordobeses

Supuso un avance en la mejora de las condiciones tanto de los vendedores como de los compradores

Posiblemente aquel 2 de agosto de 1896 hiciera el mismo calor que en estas fechas. Es probable. La diferencia está en que en aquella fecha se esperaba la inauguración del mercado central de la plaza de la Corredera y lo que queda de él es en estos días un espectro de silencio, oscuridad y la práctica totalidad de puestos cerrados.

La evolución social ha marginado el papel que los mercados desempeñaban en la vida de las ciudades hasta hace muy pocas décadas. El de la Corredera ha sido históricamente el que concentraba toda una actividad que se irradiaba a sus calles limítrofes donde hasta hace escasas fechas se concentraban comercios de lo más diversos que complementaban la oferta del mercado.

Inauguración del mercado central de la CorrederaLa Voz

Si hay que buscar un punto de inflexión en el cambio de esta dinámica se encuentra, sin lugar a dudas, en la llegada a los domicilios de los frigoríficos. Hasta ese momento no había forma de conservar muchos alimentos más allá de un día por lo que había que hacer la compra prácticamente a diario.

Los mercados como elemento social

Los mercados, además, eran lugar de encuentro, de relación social. Eran los lugares donde corrían al instante las noticias de todo tipo y para muchos era el único momento de esparcimiento con que contaban cada día.

En Córdoba era el de la Corredera el más importante, por antigüedad y volumen de venta. Pero también surgieron con el paso del tiempo otros mercados que se asentaron y que llegaron hasta hace unas décadas, como es el caso del de San Agustín o la Puerta de Gallegos, entre otros, donde la mercancía se vendía al aire libre y evitaba el traslado hacia la que también era conocida como 'la plaza grande'.

Mercado en la plaza de AladrerosLa Voz

La plaza la Corredera, a lo largo de los siglos, ha conocido diversos tipos de venta de su mercancía, ya sea en superficie, en un sótano, en el edificio que se construyó en su centro o, como en la actualidad, en los bajos de un edificio adyacente.

Sánchez Peña y Sánchez Muñoz

En este momento entra en acción la familia Sánchez, fundamental en el escaso desarrollo industrial de Córdoba en el siglo XIX. El padre, José Sánchez Peña, era un joven liberal que se vio obligado a exiliarse de España en los años más duros del reinado de Fernando VII. Aprovechó esta circunstancia para empaparse de aires europeos, conocer fundamentalmente Francia y aprender aquello que luego podría aplicar en Córdoba.

Y así lo hizo. A su regreso se hizo con la casa del Corregidor, en la Corredera, donde estableció la primera máquina de vapor que hubo en la ciudad. Creó una fábrica de sombreros con grandes adelantos sociales para la época, como una guardería para los hijos de los trabajadores, por ejemplo.

Mercado de la Corredera en el siglo XIXLa Voz

Su hijo, José Sánchez Muñoz, fue enviado a estudiar el bachillerato a Marsella cuando aún no había aprendido a afeitarse. Al cabo de los años volvió con una licenciatura en Comercio bajo el brazo.

A la muerte del padre se hizo cargo de la empresa familiar a la que decidió darle un giro. Los puestos que se instalaban en el centro de la plaza estaban expuestos a la intemperie, tanto en invierno como en verano, lo que condicionaba no sólo las ventas sino también las compras que se frustraban ante un mal día.

La aventura del mercado

Sánchez Muñoz pensó, en primer lugar, en habilitar la planta baja de su edificio -donde se encuentra ahora el mercado- pero no había espacio para todos. Luego, decidió embarcarse en la aventura de la construcción del mercado central, que no estuvo exenta de dificultades, ya que, entre otras, el suelo sobre el que se levantaría era del Ayuntamiento.

Este empresario dio los primeros pasos con la creación de una sociedad pero no encontró en Córdoba el respaldo económico necesario. Logró el capital necesario en el extranjero y en 1892 quedó constituida la sociedad Sánchez, Loubinoux, Laliaux y Cía. para la construcción del mercado, después de que el Ayuntamiento le hiciera la cesión del suelo por espacio de 50 años.

Altar con la Virgen del Socorro en la inauguración del mercadoLa Voz

En los trabajos no se escatimaron esfuerzos y terminaron en 1896 con un coste final de 409.460 pesetas. La inauguración se fijó para el 2 de agosto, con un solemne acto que contó con un altar presidido por la Virgen del Socorro, ante el que se fotografiaron las autoridades asistentes. Esta fecha importante en la pequeña historia de los cordobeses, ya que a partir de ese día pudieron realizar sus comprar diarias sin los inconvenientes de la lluvia o del calor, ya que los puestos estaban a buen recaudo, dentro de una amplia nave que daba comodidad tanto a compradores como a vendedores.

Finalizada la concesión, el Ayuntamiento decidió recuperar el suelo y demoler el mercado de Sánchez Muñoz para que la plaza de la Corredera volviera a ser la plaza que siempre fue.