Pepe Domingo Castaño en enero de 2022GTRES

Historias de la radio

La idea de los discos dedicados cundió por toda la radio española y fue introducida en prácticamente todas las emisoras

Has estado trabajando hasta última hora. Y te has ido como el que se va de viaje, sin dar apenas ruido. Todavía recuerdo aquellos programas en la tarde de los sábados durante el largo confinamiento, que me hizo descubrir, o más bien redescubrir, tu categoría humana. Esos días, donde todos buscábamos algo de aliento y cercanía, recordabas una y mil anécdotas que te habían ocurrido en tu vida profesional, pero con una humildad y empaque que hasta el micro tenía que emocionarse.

Comentaste entonces que lo habías pasado muy mal cuando te «cazó» el dichoso covid, pero que habías intentado por todos los medios evitar acudir al médico, pues el efecto «bata blanca» no conciliaba con tu forma de ser. Te ofrecieron hacer el programa desde tu casa, pero no quisiste, pues siempre decías que en tu trabajo te gustaba «coger el toro por los cuernos».

No olvidaré tus comentarios sobre la corrida de toros que presenciaste en Pontevedra, un 2 de agosto del 2008 en la plaza de San Roque, porque podías charlar y saltar de tema en tema, como lo hacemos con amigos y conocidos. Toreaban ese día José Tomás, Finito de Córdoba y Sebastián Castella. De José Tomás recordaste las esencias del toreo que notabas en el que por esas fechas se consideraba como el «rey de la torería». Hablaste muy bien de mi paisano Finito, y en tu comentario lo enmarcaste con Córdoba y su maravillosa mezquita. Al francés Sebastián Castella lo elevaste hasta el Arco del Triunfo de París, con anécdota incluida de «Pepe Botella».

Recordabas también con cariño las veces que los alcaldes de tu Padrón natal te querían adjudicar el nombre de una calle, y siempre decías que no había motivos suficientes para ello. Finalmente aceptaste en 2023, porque propusieron poner tu nombre a la plaza de Las Traviesas donde transcurrió tu niñez con los amigos, tus juegos, y fue el lugar en el que pusiste a prueba tu maravillosa voz con aquellos versos que recitabas en los improvisados «teatrillos» que montabais en la plaza. Considerabas ese honor de renombrar la plaza como un homenaje a tus padres que te guiaron en esa niñez, por lo que ese día les llevaste un ramo de flores al cementerio. Eso demostraba una vez más el tipo de persona que eras.

El padre Gago

Fue emocionante oírte contar tu paso por Palencia cuando de joven, con 15 años, quisiste ser fraile dominico, aunque pronto te dieras cuenta de que eso no era lo tuyo. Desde entonces siempre llevaste muy cerca de tu corazón a esa olvidada ciudad castellana. Durante tu breve estancia allí, en el Convento de San Pablo, quién te iba a decir que coincidirías con José Luis Gago OP, uno de los grandes artífices de la Cadena COPE, y del que dijiste era un hombre «que reunía condiciones poco comunes de dirección por su capacidad de trabajo, inteligencia y saber darle a cada uno su sitio» y que además tuvo la rara virtud de saber marcharse a tiempo dando entrada a la juventud. Hoy día, cuando es moneda corriente reírse y mofarse de la Iglesia, o atacarla por cualquier motivo, muchas veces por personajes que se secularizaron tras ver también que aquel no era su sitio, qué distintos son estos comportamientos con el tuyo, siempre respetuoso y agradecido.

Porque, quizás, tu forma de ser pueda resumirse en lo que dijiste en una de tus charlas, que nunca querías lesionar con tus palabras a nadie, sino que buscabas siempre la forma de hablar lo justo y lo adecuado, como homenaje y respeto a la verdad.

Y como tu forma de comunicar me recordaba tanto a la de aquella emisora de radio «galena» que yo de niño solía escuchar con la entradilla «Aquí Radio Andorra”, tan peculiar como tu »Hola, hola...", voy a hacer una digresión como las tuyas, saltando de un sitio a otro, y voy a contar un poco de esta emisora de mi infancia.

Victoria Zorzano (1908-1998)

Radio Andorra

Después de la guerra civil, las malas cosechas de esos primeros años de posguerra fueron recurrentes (ya estaba por ahí la “pertinaz sequía"), en un país donde la gran mayoría aún vivía del campo. Además, las infraestructuras esenciales habían quedado prácticamente desmanteladas, y todo ello unido al «aislamiento» que ejercieron los países demócratas tuvo como consecuencia una terrible carestía, incluso de lo más básico, y la crudeza del hambre se extendió a gran parte de las capas populares de la población.

En aquellos duros años inmediatos al final de la guerra hablar de medios de comunicación como tal es un tanto aventurado, pues se establecieron una serie de periódicos a nivel provincial que tenían una estructura de información muy centralizada mediante agencias, y donde sólo se tenía en cada provincia la autonomía para dar información local prácticamente limitada a sucesos, actos, el número de la ONCE o los deportes.

En las emisoras de radio la situación de partida era aún más precaria, pues existían muy pocos receptores de radio. Apenas se contaba con medios o aficionados que elaboraban sus «galenas”. No obstante, la evolución fue quizás más rápida, pues pronto empezaron a entrar por Gibraltar los llamados transistores, pequeños aparatos de radio de uso individual que la gente fue adquiriendo, en muchos casos simplemente para oír el fútbol o los seriales narrados.

Ya en los años 50 había una serie de emisoras europeas que contaban con emisiones en castellano. Todos recordamos a Radio París, Radio Estocolmo, Radio Luxemburgo y, cómo no, La Pirenaica, emisora que funda el PCE y que empezó a emitir en Moscú en 1941, pasando en 1955 a Bucarest, y que dejó de de emitir el 14 de julio de 1977. Casi todos sus discos eran »dedicados a Franco" y no dejaba de ser la «agradable» voz del Politburó comunista adornada con tópicos hispanos.

Victoria Zorzano

Pero no quiero aquí hablar de política en la radio, tema muy aburrido y que parece que aún hoy impregna todo. Quiero rememorar aquella época de la radio que se llegó a llamar la de los «discos dedicados», y en particular la agradable voz femenina de: «Aquí Radio Andorra», la locución que nos conectaba todos los días con una emisora de propiedad privada nacida en los valles de Principado de Andorra, que durante la Segunda Guerra Mundial intentó ser neutral, y que despues se volcó con España, posiblemente por haberse refugiado su propietario en nuestro país.

La primera locutora que dio vida en nuestro idioma a aquella emisora fue María Escrihuela, que en 1940 abrió el micro para pronunciar por primera vez «Aquí Radio Andorra». Murió en 2013 a la avanzada edad de 99 años y siempre se quejó de que en algunas entrevistas sobre Radio Andorra se daba a la a la exmonja aragonesa Victoria Zorzano la autoría de aquella primera locución. La realidad es que Victoria fue su aventajada discípula, ya que ella se marchó a Badalona para casarse con su novio, maestro nacional, y una vez casados éste fue trasladado a Canarias. El caso es que María Escrihuela abandonó la emisora y lo que no cabe duda es de que la voz que nosotros escuchábamos en aquellos años 50, y que asociábamos con Radio Andorra, era la de Victoria Zorzano.

A ninguna de las locutoras mencionadas les pillaría la gran época dorada de los discos dedicados, que hicieron famosa y singular a esta emisora. Habiendo como había, por lo general, una emisora en cada provincia, eran muchas las personas que recurrían a Radio Andorra por su potencia de emisión, lo que permitía que se les pudiese escuchar en casi toda España.

En una entrevista que en su día le hicieron a Jacques Trémoulet, dueño y fundador de «Radio Andorra» poco antes de morir en 1971, comentó que la sesión de discos dedicados era el sostén principal de la emisora. Había peticiones desde todos los rincones del país, y muchas veces los solicitantes tenían que esperar cola.

Los discos dedicados

Contaba que por la Festividad de San José, entonces fiesta en toda España, se colapsaban las solicitudes, siguiéndole en importancia el día 1 de enero. El mes de mayo, por las Primeras Comuniones, y el mes de marzo, por la marcha de los soldados al Servicio Militar, eran también períodos propicios para las dedicatorias.

Hablaba también de precios y dijo que en un principio la tarifa era de cinco pesetas en 1950, pasando a diez en 1953, y así sucesivamente hasta llegar a las cien pesetas a mediados de los 60 (como se ve, la inflación no es algo novedoso de hoy día).

Por último, entre los discos que gozaron de la mayor aceptación y predilección por parte de los radioyentes citaba «Angelitos Negros», de Antonio Machín; «La Primera Comunión», de Juanito Valderrama; «Cocinero, cocinero», de Antonio Molina; «El cordón de mi corpiño», de Antoñita Moreno; «Soldadito español», de Marujta Díaz, y a última hora «Mariquilla», de José Luis y su guitarra.

La idea de los discos dedicados cundió por toda la radio española y fue introducida en prácticamente todas las emisoras. Se llenaban los espacios con novelas, seriales y discos dedicados. También con anuncios ingeniosos, como el del Anís de la Asturiana, que en los meses cercanos a la Nochebuena era como un disco dedicado"después del llamado parte de la noche.

Tras pasar su época de fama, Radio Andorra pasó por etapas difíciles y desapareció finalmente en 1984. Los tiempos y la radio habían cambiado bastante por aquel entonces. Esa que también ha cambiado con la marcha de Pepe Domingo.