La intensa historia del Morabito del Campo de la Merced
De sala de oración para los marroquíes heridos en la Guerra Civil pasó a biblioteca y sala de conferencias
Medio escondido en la fronda de los jardines del Campo de la Merced se encuentra el Morabito, una sala de oración musulmana que cuenta con una dilatada historia de más de ocho décadas y que en la actualidad es gestionada por la Asociación de Musulmanes de Córdoba después de que fuera cedida por el Ayuntamiento hace más de tres décadas.
Ahora, en este edificio, el más exótico de la plaza de Colón, su actividad se amolda al horario y al calendario del culto musulmán, con una mayor intensidad en los días del ramadán, cuando al anochecer cobra más actividad esta zona de los jardines.
La inauguración
Así, como es en la actualidad, debió ser en sus inicios, tras su inauguración el 30 de julio de 1938. Si finalidad original era que sirviera de lugar de rezo a los musulmanes que formaban parte del ejército del general Franco y que estaban hospitalizados en los centros sanitarios improvisados en el colegio Ferroviarios y en el Grupo Colón. Los jardines que quedaban entre ambos edificios eran una zona verde en la que los heridos podían pasear para recuperarse de sus heridas y dolencias atendidos por la congregación de las Hermanas de la Caridad.
El arquitecto del Morabito fue Carlos Sáenz de Santamaría, quien al cabo de unos años sería arquitecto diocesano bajo el pontificado de fray Albino y autor de los numerosos templos que se se erigieron en esos años, como los de Cristo Rey, San Antonio de Padua, Jesús Divino Obrero, San Acisclo o Santa Victoria, entre otros muchos repartidos por toda la Diócesis.
La inauguración del Morabito, construido por el Ayuntamiento de Córdoba, se hizo con toda la pompa posible dentro de la austeridad marcada por la marcha de la guerra. Aun así, además de las autoridades militares, contó con la presencia del bajá de Alcazarquivir, Mohammed el Melali, quien presidió el acto en nombre del jalifa y condecoró con la Orden de la Mehdauia tanto a las monjas como a las enfermeras que atendían a los enfermos marroquíes.
Biblioteca
Terminada la Guerra Civil, el Morabito continuó como sala de oración para los musulmanes, hasta que en la primavera de 1949 se plantea convertir el inmueble en una biblioteca, ya que la municipal estaba cerrada por traslado de sus fondos al edificio consistorial.
La inauguración de la bautizada como Biblioteca Popular se retrasó hasta octubre del año siguiente y se aprovechó la visita a Córdoba de los asistentes al segundo Congreso Internacional de Arquitectura Paisajista, que se acababa de celebrar en Madrid. Entre los asistentes estaba el alcalde de Alejandría, Mohammed Roafat Bey, así como el barón Sven August Hermeling, o los arquitectos Richard Colman, Georg Georgsen, John O'Dea o Dante Tassotti, la figura más destacada en la arquitectura italiana de postguerra.
Los primeros fondos de esta nueva biblioteca fueron donación de la Alta Comisaría de España en Marruecos y a partir de ese momento contó con una buena aceptación por parte de los cordobeses que acudían a estos jardines para leer en el horario establecido por el Ayuntamiento de 15:30 a 18:00.
Al poco, fue enriquecida con libros aportados por el Ayuntamiento y directamente relacionados con la historia de la ciudad y de las culturas que por ella han pasado. Como curiosidad, por estar ubicada en el Campo de la Merced, el Ayuntamiento no dudó en dotarla con los tres primeros tomos de la enciclopedia taurina de José María de Cossío.
En poco tiempo, la Biblioteca Popular del Morabito se convirtió en un foco cultural. La Real Academia de Córdoba aprovechó como sala de conferencias del Instituto de Estudios Califales. A finales de la década de los años 50 se celebraron numerosos actos protagonizados por los intelectuales de la época, como Rafael Castejón o Manuel Ocaña.
Última actividad y decadencia
En esos mismos años, también fue el Morabito un aula en la que el profesor Sid Mohamed Abdelgafur Erkiuac impartió clases de árabe a quienes quisieron iniciarse en esta lengua. Donde mejor.
Con el desarrollismo de los 60 comenzó el declive y el consiguiente deterioro del Morabito. Entró en fase de abandono hasta que la primera corporación democrática, encabezada por Julio Anguita, buscó una utilidad para este edificio. Frustrada por un escándalo la cesión del convento de Santa Clara, la comunidad musulmana recibió la cesión y desde 1992 cumple de forma ininterrumpida su misión como sala de oración para los musulmanes residentes en Córdoba.