Pavos

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El portalón de San Lorenzo

La carrera del pavo

Al desaparecer esta organización la carrera cayó en un total declive

No nos vamos a referir a la carrera política y profesional que pudiera haber tenido José Santiago Murillo, simpático y excelente persona, al que jugando al fútbol le apodaron El Pavo por su forma de saltar en busca del balón. Conocimos a El Pavo en sus tiempos de trabajo en Westinghouse en donde prestó sus servicios profesionales como técnico de organización en la División de Transformadores. (Fue técnico de organización y no de urbanización como lo identificó algún periodista de Córdoba).

De su trayectoria como futbolista puedo decir que demostró buenas maneras. Yo le conocí en el Club Atlético San Lorenzo. Pero posiblemente quien mejor estudió su trayectoria en el equipo del Martos (Jaén) de la tercera división, fue Pedro Salinas González, que, como profesional de la abogacía, estudió su carrera partido a partido en el citado equipo. Incluso pidió un informe a la Federación Andaluza de Fútbol en el que le indicaban que durante dos temporadas jugó en todas las demarcaciones menos en el puesto de portero.

Pero al final dejaría el balón y fue fichado por el PSOE para concurrir a aquellas primeras elecciones al Ayuntamiento de Córdoba de 1979, en las que saldría elegido y formó parte de aquel Consistorio que presidió Julio Anguita.

En el recordado Bar Cabello del Polígono de la Fuensanta, al que se denominó 'El Ayuntamiento Chico' por el número de concejales que allí solían reunirse a diario, se supo que para la siguiente legislatura ya no iría en la candidatura a la alcaldía por el PSOE que encabezaría José Miguel Salinas Moya.

A José Miguel Salinas, sobrino de Pedro Salinas, el abogado investigador e hijo de José Salinas, el presidente que subió al Córdoba CF a Primera División en abril de 1962. No cabe duda de que le tocó completar y cerrar el círculo político de los Salinas, de los que la historia nos dice que fueron bodegueros, estuvieron con la Monarquía, las dictaduras, la Iglesia y este último Salinas se postuló con el PSOE.

José Miguel Salinas salió elegido presidente de la Diputación Provincial y se llevó a José Santiago Murillo 'El Pavo' como asesor en temas deportivos. No cabe duda de que su espontáneo desparpajo y su popularidad le hicieron acreedor a este puesto de asesor deportivo.

Desde la orilla de influencia del PSOE, con toda seguridad, se le nominó para presidir la Delegación de la Federación Andaluza de Fútbol en Córdoba en donde estuvo 35 años a satisfacción del fútbol modesto.

Pero se ve que esto del fútbol en todos los tiempos estuvo bastante podrido, pues, sin ir más lejos, a Santiago Murillo 'El Pavo' una sentencia del Tribunal Supremo le condenó a pagar 30.000 pesetas al entonces presidente de la Federación Andaluza de Fútbol, don Ginés López Cirera, al que había llamado públicamente en un periódico «chorizo».

Pero aquí no vamos a hablar de fútbol, porque con el lío que hay formado por el señor Rubiales y compañía, las amenazas de la UEFA y FIFA y por la presunta intromisión del Gobierno de Pedro Sánchez en asuntos de las Federación Española, esto deberá quedar para los expertos.

Aquí vamos a hablar de ciclismo.

Aquella prueba ciclista

En tiempos de la Puerta Nueva, y por las crónicas de nuestros antiguos, sabemos que desde esa Ronda de Andújar salía la Romería de Nuestra Señora de la Cabeza. Eso me lo relató una vez el emblemático José Álvarez Obrero 'El Mudo', aquel hombre que tenía allí cerca su taller de motos y bicicletas, conocedor como pocos de aquel entorno. Nunca sabrá el pobre mudo que su simpática calle Polifemo se la borraron los políticos del callejero de la Huerta de la Reina.

De forma rápida me describió los personajes o lugares más singulares de aquella calle de Ronda de Andújar: En primer lugar citaría el Bar Puerta Nueva regentado por Luis Bravo Jurado, en donde además de la Peña Puerta Nueva, tuvo por aquellos años de 1950-60 mucha actividad la afición al ciclismo aficionado de Córdoba, en donde destacaban Vicente Luque Serrano, Isidoro Muñoz Cortés, Rafael Torrecilla Valenzuela, Antonio Álvarez Gutiérrez, etcétera. Era cuando se utilizaba las urbanizadas carreteras del incipiente Polígono de la Fuensanta, que al estar sin apenas pisos construidos, se convirtieron en excelente circuito de carreras.

También nos indicó el simpático Mudo"que la Puerta de Andújar estuvo en la misma Ronda, pero entre las bocacalles, que dan acceso a la plaza de la Magdalena y la que da acceso a la calle Abéjar. Según parece, ahí estuvo el Castillo del Alcaide de los Donceles, y todavía se pueden observar restos de muralla en unos pisos de nueva construcción que ahí se levantaron. Curiosamente en ese edificio vivió durante bastante tiempo la Jeringuera de la Magdalena.

El Mudo, que aunque no hablaba se expresaba perfectamente, nos indicaba que el barbero que había a continuación de la taberna Puerta Nueva tuvo la desgracia de morir atropellado cuando, en una celebración de boda, intentó cruzar la carretera que daba acceso al Hotel del Pilar de la Carlota. Luego habló del paciente chatarrero que tenía una gran serenidad para ir detrás de su hijo cuando este montaba la bicicleta de carrera, que le había proporcionado Purito. El chatarrero era un hombre muy prudente al que casi no le pegaba el trabajo de especular con la chatarra.

Luego estaban los drogueros de Padilla Hermanos, Joaquín, Francisco y Juan Padilla, que llegaron a montar posiblemente el almacén más importante de Córdoba, con tiendas en distintos sitios de Córdoba, pero que las grandes superficies, acabaron con toda la potabilidad de estos negocios.

Después nos dijo que había un colegio de niñas al frente del cual estaba doña Gertrudis Blanco Bejarano, que vivía en la Plaza de San Lorenzo, en la que fue Casa de la Lechona, casa que sería suprimida para comunicar la calle Escañuela con la plaza de San Lorenzo. A este trayecto de calle o pasaje, el Ayuntamiento lo denominó Pasaje de Isidoro Álvarez, Don Arturo, en atención a lo que este hombre hizo por el Carnaval y las carrozas de romerías y cabalgatas.

La Carrera del Pavo

Nos diría también que en esta taberna de Puerta Nueva se gestó y organizó en 1948, la primera y simpática Carrera del Pavo y fue una carrera en línea entre Córdoba-La Carlota, lógicamente ida y vuelta. La meta estuvo en Córdoba en el paseo de la Victoria a la altura del kiosco de la Música. Aquella primera prueba la ganó Antonio Cabello, al que le correspondió un pavo, segundo fue Francisco Ortega al que le entregaron una pava, el tercero fue Rafael Cabello al que se le entregó un gallo, el cuarto fue Alfonso Gómez al que se le entregaron dos conejos, y a continuación se clasificaron, Juan Dueñas, Fernando del Pino, Luis Peralbo, Francisco Adamuz, Martín Madrid y José Castro, que también recibieron su premio.

Aquella simpática Carrera del Pavo de Navidad la estuvo organizando la Obra de Educación y Descanso, y ya en años sucesivos de los 1950, se celebraba en el circuito del Paseo de la Victoria de Córdoba, en donde los mayores daban 25 vueltas, los jóvenes 20 vueltas y los infantiles tres vueltas. Al desaparecer esta organización la carrera cayó en un total declive, pues al parecer los pocos dineros que hubiera eran pocos para pagar a los políticos. Detrás de aquella organización estuvo Agustín Romero Fernández, funcionario y gran aficionado al ciclismo.

Sería largo relacionar los muchos corredores que destacaron en Córdoba, pero quiero citar por la proximidad, a Isidoro Muñoz Cortes, Antonio Álvarez Gutiérrez, Rafael Torrecilla Valenzuela, Vicente Luque Serrano, Antonio Gómez Sánchez, Francisco Roldán Díaz, Manuel Nevado Castaño, Diego Haro Naranjo, Segundo Lorente Valiente, Juan Gómez Márquez, Antonio Vergara y Salvador Navarrete. No me quiero dejar atrás al simpático y desaparecido José Castillejo 'Panduro', que aunque tuviera fiebre, lo disputaba todo. Igualmente pasaba con Francisco Roldán 'Tati' personaje que además de comer lo suyo, tenía ocurrencias sin límite.

Aquellas pruebas ciclistas organizadas por la citada Educación y Descanso, funcionaban como un reloj. Incluso había empresas de la ciudad que colaboraban de forma habitual, como Bicicletas Herme, Ciclos Ortegui, Bicicletas BH, Repuestos Osario etcétera. Al final, y cuando desapareció la citada Educación y Descanso, eran los participantes los que hacían un escote para poder costear el pavo.

Fue una época de ciclistas en Córdoba que en toda Andalucía se nos temía, pues de una forma u otra siempre solíamos ganar allá a dónde íbamos. Te puedo asegurar, me dijo el citado Isidoro Muñoz, que llevar a Antonio Álvarez para disputar cualquier sprint era una garantía de triunfo. Era por así decirlo nuestro Miguel Poblet.

Los asiduos a la taberna de Puerta Nueva

Otra cosa que siempre nos llamó la atención fue la gran afluencia de ciclistas y bicicletas en torno a la taberna de Puerta Nueva, y algo de ello debió tener la culpa Francisco Ortega 'Purito', aquel gran aficionado al ciclismo, que vivía muy cerca, en la esquina de la calle Borja Pavón, en la casa en donde estuvo el balcón desde el cual disparó su arcabuz Pedro Moreno (juez de paz) contra el general francés Dupont que acababa de derribar a cañonazos la puerta de Puerta Nueva (1808), Pero aquél disparo solo alcanzó al caballo, a consecuencia de lo cual el militar cayó por los suelos. A raíz de aquello, este militar ordenó una terrorífica represalia contra los cordobeses y sus inmuebles. Y lógicamente arremetieron sin piedad contra la familia de Pedro Moreno un antiguo piconero, que había progresado a fuerza de mucho trabajo, De su casa solo se salvó una niña de pañales que da su nombre al Jardín de Puerta Nueva,

Aquí la leyenda o la historia nos dice que quien salvó a esta niña fue un militar francés Mathieu que se negó a matar aquella pequeña criatura en contra de las órdenes que había recibido. De esta forma surgió la Niña del Milagro.

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