Andrés Calamaro, en el centro, junto a dos de sus músicos, en CórdobaSamira Ouf Calero

Andrés Calamaro regresa al futuro en Córdoba

El tour 'Agenda 1999' llegó al teatro de La Axerquía para recordar el álbum Honestidad brutal, que cumple 25 años

Confesó Andrés Calamaro sobre el escenario del teatro La Axerquía de Córdoba que el tour 'Agenda 1999' celebra «sottovoce» el cuarto de siglo de uno de sus mejores elepés. Una confesión bajo una gorra azul y tras las calamaristas gafas de sol que llegó cuando ya habían sonado varias de las canciones de un disco doble, inmenso, compulsivo, hermoso y, sobre todo, lleno de desamor. Honestidad brutal (1999)está considerada la obra maestra del argentino. En ese disco, también sostuvo Calamaro, se dieron las «extrañas coincidencias» del prestigio y el éxito, aunque ya venía precedido por Alta suciedad (1997) tras el cierre de persiana de Los Rodríguez, y que tendría una continuación aún más excesiva en El Salmón (2000), que a la postre han sido los álbumes que han conformado el setlist en Córdoba (y presumiblemente en toda la gira), aunque con Honestidad brutal como protagonista absoluto hasta en el rojo predominante de las luces en el escenario.

Un concierto que abrió con No va más, un blues que es una declaración de intenciones de lo que le espera al público, un repaso nostálgico pero alejado de toda tristeza, porque «hay que ser varón y bancársela». El tiempo ha hecho su trabajo y ayuda a colocar todas las emociones en su sitio, y es en el momento de Cuando te conocí, cuarta de la lista, cuando el respetable comenzó a cantar, levantarse de las sillas (ay las sillas) y grabar con los móviles.

Andrés CalamaroSamira Ouf Calero

Los singles de antaño - hace 25 años los había- son los éxitos celebrados de ahora, y otro momento álgido llegaría con El día de la mujer mundial , más pausada pero salvajemente rockera en esta versión de 2024. Muy ajustada a su original aire brasileño sonó Los aviones justo antes de un medley entre No tan Buenos Aires y Clonacepan y circo. Un salto hacia delante en el tiempo lo dio el argentino con All you need is pop , para regresar de nuevo a la senda del álbum conmemorado con piezas imprescindibles como Te quiero igual , Cuando no estás , y sobre todo Paloma, una de esas canciones que canta más el público que el propio autor y que supuso el cierre antes del único bis que tuvo un concierto que Calamaro dedicó al guitarrista Vicente Amigo y a Manolete.

Aunque ya había aparecido Flaca en la recta final , el bis sería para Alta suciedad. Es Crímenes perfectos, curiosamente, la canción de Calamaro que mejor define el espíritu de un álbum que llegaría después, dos años más tarde. Y con toda probabilidad una de las mejores y más crudas composiciones del argentino. Alta suciedad, la canción, cerraría un concierto en el que el propio protagonista se preguntaba en voz alta si había tan poco público (poco más de un tercio del aforo, unas 1.200 personas) debido a su actual y confesa postura ideológica, alejada de lo políticamente correcto.

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Pero Calamaro quizá desconocía que este fin de semana había sido un tanto inusual en cuanto a actuaciones y que un domingo, tras la noche blanca y flamenca, no era la mejor fecha ni incluso para él, un señor que llenó La Axerquía, eso sí, de rock sin trucos, pantallas ni ambages. Con la misma honestidad, o más, que la que conmemoraba 25 años de carretera.