Joaquín Alberto Nieva, párroco de San Francisco, junto a la imagen restaurada

Joaquín Alberto Nieva, párroco de San Francisco, junto a la imagen restauradaAguilera

La resurrección de San Pedro Alcántara

La restauradora Rosa Cabello detalla a La Voz de Córdoba el trabajo realizado en la imagen de Pedro de Mena que se encuentra en la parroquia de San Francisco y San Eulogio

La imagen de San Pedro de Alcántara, esculpida por Pedro de Mena y ubicada en la parroquia de San Francisco y San Eulogio de Córdoba, ha sido restaurada tras un meticuloso proceso que ha durado más de un año. La intervención ha sido realizada por la reconocida restauradora Rosa Cabello Ramírez, quien cuenta con más de 35 años de experiencia en la conservación del patrimonio artístico.

Durante el análisis inicial, se ha constatado que la obra no había sido intervenida anteriormente, lo que, a juicio de Cabello, ha resultado tanto un reto como una ventaja. «Es curioso porque una pieza de esa época y que haya llegado hasta ahora prácticamente sin haberla tocado es rarísimo», ha afirmado. Aunque la acumulación de deterioro era considerable, el hecho de no haber sufrido restauraciones previas ha permitido trabajar sin tener que eliminar policromías superpuestas, un aspecto que ha facilitado el proceso.

La restauración ha consistido en la consolidación de grietas, la reintegración de algunos elementos perdidos y una limpieza profunda. Según ha explicado la restauradora, «había piezas de madera sueltas, separadas, incluso piezas perdidas; la adherencia de la preparación y de la capa pictórica estaba mal, había que consolidar todo eso». No obstante, ha subrayado que, aunque ha sido una labor intensa, ha disfrutado del trabajo: «Trabajar con una obra buena añade un plus porque todo lo que se le hace la pieza lo agradece».

La limpieza ha sido uno de los aspectos más laboriosos de la restauración, ya que la talla había acumulado polvo, suciedad del humo y restos de cera a lo largo de los años. Sin embargo, Cabello ha manifestado que, a medida que avanzaba el trabajo, ha ido apreciando cada vez más la calidad de la obra: «Me sorprendía cada vez que veía la pieza, porque veía el estofado de la túnica, los pliegues hechos de una hechura tan primorosa... todo era tan delicado que a mí me fascinaba cada vez que me metía en el trabajo».

A pesar de los retos, Cabello ha declarado que no ha encontrado grandes dificultades, sino más bien una labor extensa y detallada: «Difícil no ha sido nada. Ha sido muy laborioso, pero he disfrutado un montón». La satisfacción de la restauradora ha sido evidente, al destacar el placer que le ha proporcionado trabajar en una obra de tal calidad.

Finalmente, Cabello ha indicado que, aunque no se ha hallado documentación oficial sobre la pieza, los expertos la han datado en torno al 1740, basándose en comparaciones con otras obras de Pedro de Mena. Este dato refuerza el valor histórico y artístico de la imagen restaurada.

La restauración de San Pedro de Alcántara ha sido posible gracias a la financiación pública, que cubrió el 80 por ciento del coste total, mientras que el 20 por ciento restante provino de donaciones particulares de la parroquia. Con esta intervención, la imagen ha recuperado su esplendor original, y vuelve a ocupar su lugar en la iglesia de la Axerquía, lista para ser admirada por los fieles y visitantes.

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