Álvaro TarikA.Sánchez de Puerta

Tarik y Yonka: cuando dos hombres y un destino se citaron en el Bar Amapola

«Allí estábamos setenta tipos – y tipas, no se ofendan- que probablemente nunca pisaremos el MadCool en un par de décadas»

Desde la colgada que le hizo C. Tangana con el videoclip de Soy Ateo grabado en plena Catedral de Toledo -hay que joderse- a la quizá meliflua y actual buenrrollista Conferencia Episcopal, no vi nada igual. Video espectacular con Nathy Peluso, por otra parte. Y temazo. Yo qué sé. Ellos sabrán.

Yo nunca uso mocasines, pero anoche me dio la impresión que Tarik, Yonka y yo hemos envejecido bien. O lo que es lo mismo, Tarik y la Fábrica de Colores y Corazones Estrangulados, dos hitos en la historia de la música popular cantada en español -¿es que hay otra?-, incluso más allá de lo local, y el menda que aquí les escribe, seguimos siendo unos tipos razonablemente guapos. ¿ Que no?

Con todo el billetaje vendido desde hacía meses, la encantadora y gamberra sala Amapola resplandeció anoche. Allí estábamos setenta tipos – y tipas, no se ofendan- que probablemente nunca pisaremos el MadCool en un par de décadas. Por las pintas que traes. Juraría que todos parecíamos felices. Pablo Limbo se encargó de hacerlo todo bien.

Yonka y Corazones Estrangulados

Esta noche han ganado el Córdoba y el Atleti, así que voy a ser generoso. Arrancó la noche con Vero guapa como nunca, recibiéndonos a la entrada del Amapola, con una sonrisa que llenaba estadios. Fartusco como soy, me puse colorao. Cámara Nikon en mano, buscando hueco -perdón, déjenme pasar, va prensa local- conseguí tirar algunas fotos mientras escuchaba a Yonka cantar algunas de las canciones que han marcado a un par de generaciones. Intentadas el menos, que ya es algo.

Yonka, en el AmapolaASP

Alguien me hablaba algo al oído, mientras me hacía el guay como reportero, cuando me crucé con un falangista de izquierdas y un sueño no cumplido. Desgranó Yonka, así como es él, estilo y utillaje, una docena de canciones redondas como una glorieta de Ciudad Jardín.

Yonka, en el AmapolaASP

Entre la melancolía y la belleza hubo algún bostezo conceptual, dicen. Pero yo estaba en otra cosa. Yonka mola tanto como un poema de Gil de Biedma en un afterhour, vamos, que mola.

Tarik y porque hoy es domingo (y por las pintas que traes)

Insuflados de un maravilloso provincianismo, entró después Álvaro Tarik en el escenario. Bigote afilao, pelao de mil duros, americana algo cara y -¡Dios mío!- algo de gracejo. A Tarik no se le puede pedir que te imite a Chiquito de la Calzada. No es su estilo. Quizás en la intimidad. Tampoco es necesario, me da la impresión. No, no va por ahí definitivamente.

Y pasó. Tema tras tema, en acústico, la lió.

Tarik, en el AmapolaASP

Guitarra en mano empezó con lo suyo hasta emocionar como pocas veces he visto. Copla tras copla nos cantó por qué nuestras vidas son lo que son. De Moët Chandon y futbolín. Gracias a Dios.

Al menos uno de esos tipos del Amapola iba con camisa de tipo ganador. Y, gracias a Dios, no fui yo.

Porque, hay veces, pocas, que uno tiene que ponerse la camisa de un tipo ganador. Y porque hoy es domingo y, mañana, lunes.

Yo nunca he estado en el Primavera Sound -todas mis ex sí, tendría otras mejores que hacer- pero que se jodan por no haber estado en el sitio ni el momento adecuado. Y anoche lo fue.