Estadio Nuevo Arcangel de CórdobaEuropa Press

Cesión del estadio

El círculo vicioso en que se ha convertido el estadio del Arcángel

Bellido asegura que mientras el Córdoba «no tenga regularizada la situación, las inversiones que pueda hacer son un riesgo»

La cesión al Córdoba CF y la reforma que traerá consigo del estadio del Arcángel se ha convertido en un asunto que promete, antes de empezar a ejecutarse, más extenso que las obras de El Escorial. El proyecto comenzó a moverse con la llegada de Baréin a la entidad (al control de su unidad productiva) y Javier González Calvo, anterior consejero delegado del club, se lanzaron señales de que la situación podía desatascarse.

De hecho, en la despedida de González Calvo el pasado mes de mayo, este puso al servicio su trabajo en este apartado para que la reforma del campo llegase a buen puerto. Pero la patata caliente recayó en Antonio Fernández Monterrubio. El nuevo CEO blanquiverde, al igual que su predecesor, ha dejado signos, pero a día de hoy no hay fechas y del proyecto poco se sabe.

Lo que sí se conoce es el estado semiruinoso de parte de las instalaciones de un campo de fútbol que, pese a sufrir varias reformas desde su ejecución en los años 90, se ha convertido en el paradigma de una obra inconclusa y hecha a modo Frankenstein.

Sobre ese estado del edificio se pronunciaba Facua esta semana. La organización ha denunciado ante la Policía Local el riesgo físico que supone para los asistentes de la Tribuna del estadio El Arcángel, la precariedad de las instalaciones eléctricas y los agujeros en el suelo.

Quejas

Y es que, la asociación ha recibido «quejas del mal estado en que se encuentra la zona de acceso a las gradas del estadio, con metros de cables eléctricos tirados por el pavimento sin ningún tipo de protección y/o señalización y que son pisados por miles de asistentes en cada evento deportivo que se celebra incluso en días de lluvia, además del ruinoso e insalubre estado en el que se encuentran los aseos».

«No somos los usuarios»

A ese respecto respondía el alcalde de la capital cordobesa, José María Bellido, quien recordaba que «somos los propietarios (del estadio), pero no somos los usuarios». A lo que reponía creer que «el Córdoba hace todos los esfuerzos necesarios para tenerlo en el mejor estado posible. Lo deseable qué es, lo que ya está bastante avanzado, que esa situación se normalice, de forma que el Córdoba ya pueda hacer mejores inversiones».

En ese sentido, Bellido ponía de manifiesto la especie de círculo vicioso en que se ha convertido el caso del estadio, ya que indicaba que la entidad blanquiverde, «en parte, no las hace ahora -igual que nosotros no podemos hacerlas porque no somos los usuarios y no tenemos permitido hacer inversiones mientras que el usuario sea otro-, porque el Córdoba está también en una situación compleja». Y añadía que «mientras no tenga regularizada la situación, las inversiones que pueda hacer son un riesgo».

El ejemplo

Bellido ponía un ejemplo: «es algo que no va a pasar, pero imaginemos que el día de mañana la ciudad decide recuperar el estadio y que el Córdoba dejara de ser el usuario (esto no está en la mesa, es un caso hipotético). Con lo cual el Córdoba mide mucho las inversiones que hace, lógicamente, mientras que no tenga un entorno seguro de disposición del bien».

Acuerdo sin fecha

En consecuencia, el regidor concluía afirmando que «lo que tenemos que hacer es cerrar de una vez por todas ese acuerdo, para que el Córdoba lo tenga en una situación normalizada y que esas mejoras que necesita el estadio se puedan llevar a cabo». Un acuerdo de cesión que se remonta a julio de 2022, cuando se desechó el primer pliego, y que -a día de hoy- aun no tiene una fecha concreta.