Fútbol
El Córdoba deja un aburrido empate frente al Murcia
Blanquiverdes y pimentoneros firmaron tablas (sin goles y sin apenas ocasiones) en el Arcángel
Los partidos comienzan, nacen y mueren -la mayor parte de las veces- con la emoción por bandera. Y en el de este sábado, el Córdoba lo inició robando un balón, lanzando una contra y con una clamorosa ocasión de Toril errada, cuando estaba solo ante el meta visitante. Quizá, de ahí que se esté buscando a un tercer delantero, porque el balear tiene las limitaciones que tiene y Casas es un ariete de rachas.
A partir de ese momento, la primera fue un quiero y no puedo de los de Iván Ania, que dominaban pero no eran tan dominadores como en encuentros precedentes. Con, tal vez menos frescura, Carracedo era el hombre llamado a desequilibrar y con Recio y Kuki Salazar mostrando cositas, pero se necesitaba más.
Lo mejor de los primeros 45 minutos fue que el Murcia, bien ordenado, no fue relevante de tres cuartos de campo hacia adelante y eso lo agradecieron los de Ania que tienen la defensa como la tienen.
La cosa no iba a mejorar a la vuelta de vestuarios y, los casi 12.000 aficionados que se desplazaron al Arcángel, asistieron a la versión más aburrida de un Córdoba que, aunque cuenta con la zaga en mínimos, en ataque no dio señales de vida.
Signos de agotamiento
Los blanquiverdes no crearon juego ni ocasiones (salvo una de Toril) y dieron una sensación de agotamiento mental y falta de frescura, que se trasladó a los jugadores que entraron desde el banquillo. Carracedo salió por un Simo que está lejos de su mejor versión. Y, si Kuki Salazar dejó detalles, su suplente, Kike Márquez, no marcó una sola diferencia. Antonio Casas tampoco dejó muestras de que pudiera marcar diferencias, tras sustituir Adilson.
La suerte del Córdoba fue que delante tenía a un equipo en reconstrucción que, aunque apenas generó peligro, se sintió mucho más cómodo de lo que seguramente esperaba. Y así se llegó a un añadido de ocho minutos (que fueron nueve) donde los blanquiverdes dieron un arreón que no les valió para ganar un partido aburrido en el que el empate fue lo más justo.