El ascenso del 99 cambió la historia reciente en el CCFArchivo

25 años de ascensos imborrables

Desde La Voz hacemos un repaso con protagonistas que vivieron en primera persona los éxitos del 99, 2007 y 2014. El domingo, una nueva oportunidad

Estos son días para viajar por el tiempo. Por aquellas páginas que reescribieron la historia de un club que, por momentos, ha ejercido como un gigante dormido. Todos los ascensos son especiales. Con sus historias y sus altos y bajos. Sus semanas de dudas y, cómo no, sus celebraciones. Así que hoy queremos detenernos en los tres últimos ascensos de los últimos 25 años. Los más especiales quizá. Pero si hablamos de esto, la primera parada de la estación, por orden cronológico y sentimental, debe ser para Cartagena.

El día que cambió la historia reciente del Córdoba

30 de junio del año 99. El Córdoba había llegado a ese momento cuando nadie había dado un duro durante la campaña. De ir eludiendo el descenso de la mano de Pepe Escalante y de hacer un amago de encierro en El Arcángel hasta creer que el sueño de jugar la promoción era posible. Cultural Leonesa, Racing de Ferrol y Cartagonova. Ese fue el grupo que le tocó en suerte al equipo blanquiverde, que selló su presencia en la liguilla tras vencer por 0-2 al Plasencia en la última jornada gracias a los goles de Espejo y Juanito. Y, aunque las derrotas en León y Ferrol (1-0 y 5-0, respectivamente) parecían dejar todo visto para sentencia, al cuadro cordobesista se la abrió una opción después de ganar por 2-0 a la Cultural Leonesa en casa: se la jugaría frente al Cartagonova. Eso sí, solo le valía hacer un 6 de 6. Nada más y nada menos.

Parecía todo preparado. Txutxi Aranguren, técnico de los cartageneros, dio descanso a los titulares en El Arcángel para contar con todos en el segundo partido. Les valía un punto pero fallaron: 2-0 en Córdoba y 1-2 en Cartagena. Los goles de Óscar y Ramos son ya historia del club. En aquella plantilla destacaba la presencia de un hombre de banda izquierda, habilidoso y con una técnica con el balón que asombraba: Rafa Navarro. «Aquello fue un antes y un después en todo lo que ha sucedido luego», recuerda. «Todo lo que se ha avanzado se debe a ese ascenso». Y pone como ejemplo el crecimiento de la afición. «Antes eran los 3000 de siempre y ahora son los 11, 12 o 14.000 de siempre. Los chicos jóvenes ya llevan la camiseta. Eso en nuestra época era imposible», prosigue.

Lo peor de aquella semana previa para Rafa fue la espera, así que puede entender perfectamente qué pasa por la cabeza de la actual plantilla durante estos días. «Se hace largo porque lo que quieres es que llegue lo antes posible y meterte en el lío. Durante la semana pensaba mucho en el partido. Fue complicado evadirse», reconoce. Y será complicado hacerlo ahora porque «el ambiente va a ser de Primera División», avisa. De hecho, va un paso más allá. «Ahora nuestros jugadores se van a enterar de lo que es de verdad la afición del Córdoba», dice.

Y, para que todo fuera más redondo, estaría bien que esa presión le pudiera también a los jugadores del filial culé. «Ojalá les pese esa sensación a los chicos del Barça Atlètic. Será complicado pero estoy convencido de que el Córdoba va a ascender», porque «esta afición y esta ciudad no son ni de Segunda, son de Primera». Pero, eso sí, todas las reservas del mundo puestas sobre la mesa en relación al filial de Rafa Márquez. «Todo puede suceder ante un equipo imprevisible como es un equipo 'B'. Si tienen su día te la pueden liar», por lo que lo importante será «buscar el equilibrio y no especular», ya que «si vas al 0-0 estás muerto».

La «locura» del Chapi Ferrer que terminó con el equipo en Primera

Porque si gloriosa fue la página dorada escrita en Cartagena, no menos lo fue la del Estadio de Gran Canaria. Por cómo transcurrió el partido... y la temporada. Abocada al desastre más absoluto. Y eso que el inicio no fue malo con Pablo Villa como técnico pero, un mal tramo a finales de año, terminó con su destitución en los primeros meses de 2014. Tras un paso como interino de Luis Miguel Carrión de solo un encuentro (derrota por 3-0 en Soria), le llegó el turno a Albert Ferrer. El 'Chapi' llegaba con la misión de ordenar una situación insostenible y que no hacía sino empeorar sin remisión. El conjunto blanquiverde, aún así, no levantaba cabeza y se presentó a falta de 10 jornadas en El Molinón para medirse al Sporting, candidato al ascenso, y con un match ball para su técnico: si se perdía en Gijón, adiós a Ferrer. Y el Córdoba, que realizó aquellos dos viajes en autobús, ganó 1-2. Empezó el duelo a solo un punto del descenso y allí, sin saberlo, sentó las bases de todo lo que vino después.

Lo que vino, ni más ni menos, fue un balance estratosférico de 5 victorias, 3 empates y una derrota que hicieron al Córdoba equipo de play off. Y como séptimo clasificado, ya que el Barça B (precisamente) quedó tercero. «No se podía ascender de una manera normal», recuerda riendo José María López Silva. «En el vestuario nos decíamos: 'como nos metamos, subimos'. Estábamos convencidos. Pensamos que estaba para nosotros, encima siendo séptimos», relata. Eso sí, desvela que «no queríamos a Las Palmas. En liga habían sido superiores, pero...» la historia ya se sabe.

Gol de Uli Dávila en Las Palmas que daba el ascenso a PrimeraArchivo

Mucha parte de culpa de aquel logro la tuvo Albert Ferrer. «Todos los días nos decía lo mismo, que estuviéramos tranquilos porque íbamos a ascender», revela. Algo que ahora le hace esbozar una sonrisa. «Nosotros nos mirábamos y decíamos: «este hombre...» pero bueno, teníamos buen vestuario y se dio. Ascendimos sin ganar un partido y por el valor doble de los goles fuera de casa», recuerda el onubense que, además, detalla con claridad cómo vivió aquellos momentos de tensión en Gran Canaria. «Creo que estaba de medio campo hacia atrás por si había una contra. Estaba tieso porque llegué muy justo. En el momento en el que empiezan a saltar al campo recuerdo que me acerqué a Nauzet Alemán para decirle que era la segunda vez que me privaba de un ascenso y pedirle la camiseta, pero entonces pasó lo que pasó. Metimos el gol y a partir de ahí fue todo un poco loco», subraya.

Ahora el destino ha querido que el Córdoba tenga la oportunidad de subir en casa por segunda vez en su historia. «La plantilla tiene muy buenos futbolistas y El Arcángel al final tira. Deseo que suba el Córdoba. Ojalá esté en la categoría de plata y que más pronto que tarde pueda disfrutar de nuevo de la primera división».

El doblete histórico de Asen en Pasarón

Como el Cartagena o Gran Canaria, siempre habrá otro partido en la carpeta de duelos históricos que el cordobesismo no se cansará de recordar. Y eso que este no fue el definitivo. Aunque sí el que desató el convencimiento en que el Córdoba iba a ascender el año 2007. Lo selló en El Alcoraz, pero aquel 2-2 en Pasarón de la primera eliminatoria fue como un ascenso anticipado. «No sabía ni cómo celebrarlo», recuerda el bigoleador de aquella tarde, Asen. «Es una de mis celebraciones más icónicas. Lo sentí. Lo tenía tan dentro que no lo pude ni expresar», dice a este periódico. «Ese año la diferencia la marcó la confianza: pasamos de no tenerla a recuperarla después del 0-0 en casa con el Pontevedra. Después vino el 2-2 allí y de ahí salimos pensando que íbamos a ascender», relata.

Imagen de archivo del partidoArchivo

Y eso que el curso no fue fácil. Porque la temporada, como casi siempre cuando se trata del Córdoba, fue de altibajos. De dominar la categoría casi con mano de hierro a tener que esperar a otros resultados favorecieran a los blanquiverdes para poder disputar la promoción. Mención especial al duelo de la penúltima jornada frente al Melilla, donde los hombres de Pepe Escalante perdieron 1-2 y, por consiguiente, el depender de sí mismos para firmar la promoción de ascenso. «El ambiente que viví ese día fue el que se repitió el año después con la salvación en San Sebastián. Era la sensación de que ya no dependía de ti», dice Asen. Algo injusto según su forma de verlo, ya que «nos merecíamos estar en play off. Habíamos sido muy superiores durante la temporada y nosotros mismos lo habíamos perdido. Al final pensé que si el fútbol quería íbamos a estar ahí», prosigue.

Y el fútbol no solo quiso sino que, además, les dio el ascenso a Segunda. Algo que Asen espera volver a ver el domingo. Y, como en aquel 2007, con El Arcángel a reventar. «Fuimos a Pontevedra, tenían el campo lleno pero no era lo mismo. Este estadio lleno tiene que pesar», dice. Y es que, de cara al partido ante el Barça Atlètic, aunque el exjugador blanquiverde intente ponerse en la piel de los actuales protagonistas, «no diría que desde fuera se siente lo mismo que desde dentro». En su caso, cuando a él le tocó en 2007, sí percibió que «se movía otra energía en la ciudad. Todo el mundo habla de eso y se genera una sensación de pertenencia que estando fuera no la tienes en el día a día», dice.

El ascenso está a solo 90 minutos (120 por la vía de la prórroga) pero no será nada sencillo. «Es un partido bonito, pero el Córdoba no puede pensar que está hecho. La gente no debe darlo por hecho ni pensar que el resultado es favorable», pues «va a ser un partido de tu a tu y un equipo filial se siente cómodo en cualquier terreno y puede dar la vuelta al resultado», sostiene. Por eso, Asen cree que los de Iván Ania «tienen que apretar en todo momento al Barça y hacerse dueños del partido. Que no haya ni un momento de distracción», pero «el equipo debe tener la confianza de todo el mundo en que eso va a salir adelante», apostilla.

El domingo a eso de las 23:30 horas saldremos de dudas. Todo o nada. No hay término medio.