La vergüenza de siempre tras una segunda parte inadmisible (4-0)

Es la crónica de siempre. Las mismas sensaciones de siempre. El mismo hastío de siempre. Con la única diferencia que, durante los primeros cuarenta y cinco minutos, pareció que todo podía ser diferente. Pero ya no sabe uno si pensar si fue más mérito cordobesista o dejadez local. Porque en cuanto los de Rubi aplicaron un mínimo de intensidad sacaron a relucir todas las carencias de un equipo que no está a la altura de la competición cuando sale de El Arcángel. Le cayeron cuatro como podían haberle caído seis. El Almería hizo lo que quiso con el Córdoba en la segunda mitad. Pozo, Baptistao por partida doble, y Luis Suárez terminaron por amargar la noche a un equipo blanquiverde que seguirá toda la semana en puestos de descenso a Primera Federación.

La mejor primera mitad de la temporada lejos de El Arcángel

Con apenas tres días justitos entre que acabó el Córdoba-Zaragoza y el duelo de esta noche, Iván Ania se vio obligado a mover el árbol. Más de lo que se pensaba, eso sí. Porque de inicio introdujo hasta cinco novedades en el equipo titular. En defensa tres de ellas: Albarrán, Sintes y Martínez; Genaro regresó al doble pivote en lugar de Theo y Adilson a la izquierda en sustitución de Yoldi. Y, contrariamente a lo que pudiera pensarse, los blanquiverdes firmaron la mejor primera parte de la temporada. Se vio mucha de esa personalidad que tanto reclama el ovetense para los suyos. La conexión entre Albarrán y Carracedo generó peligro, como también lo hizo Adilson Mendes. Varias opciones tuvieron los blanquiverdes para adelantarse, pero sin llegar a tener esa ocasión clara que probara a Maximiano.

Estaba siendo una primera parte bastante seria de los hombres de Iván Ania. Sin errores propios y soltándose por momentos en ataque. La tranquilidad solo la rompió, y por momentos, un envío largo sobre Luis Suárez que Carlos Marín terminó resolviendo sacando un pie milagroso. Aunque de nada hubiera valido, ya que la acción fue invalidada por fuera de juego. De ahí al final los de Rubi dieron un paso hacia adelante y contaron más presencia en área rival, aunque sin llegar a conectar acciones de peligro.

Carrusel de cambios nada más empezar un segundo acto nefasto

Porque se dieron 4 sustituciones en apenas siete minutos. Al técnico del Almería no le estaba convenciendo nada lo realizado por su equipo en la primera, por lo que introdujo a Leo Baptistao y a Pubill. No fueron las únicas modificaciones, ya que las lesiones hicieron acto de presencia en unos y otros. Los rojiblancos tuvieron que meter en el campo a Gui por la lesión de Baba y el Córdoba hacer lo propio con Martínez. Sigue sin aguantar un partido seguido el onubense, que dejó su sitio a un Marvel que arrancó con dudas desde que saltó al terreno de juego. Y, fruto de una de ellas, con la colaboración de Calderón, nació el 1-0. Balón largo sobre Baptistao, que dejó de cabeza un servicio perfecto para que Pozo ajusticiara con un potente derechazo que besó la red tras pegar en el palo.

Poco iba a mejorar la cosa desde entonces. Al contrario. Empeoraba por momentos. El Córdoba no se enteraba de absolutamente nada y, otro balón al espacio con el conjunto blanquiverde totalmente descolocado y lejísimos de su portería, iba a terminar convirtiéndose en el 2-0. Luis Suárez conectó con Baptistao para que el brasileño rematara a placer. Y no se quedó ahí. El cuadro cordobesista, que había introducido a Álex Sala y Theo para modificar la dinámica, decidió dimitir y dejarse ir. Y eso, ante un equipo como el Almería, es sinónimo de salir escaldado. Cada balón largo era un drama. Luis Suárez y Baptistao lo aprovecharon para terminar cerrando un más que sonrojante 4-0 que deja al Córdoba en zona de descenso antes de visitar El Molinón el próximo domingo.

De aquí a final de año el Córdoba tendrá que ir todavía a Gijón, Valencia para jugar contra el Levante y Oviedo. Que nadie piense que hoy se ha podido ver lo peor. Una vergonzosa segunda mitad enciende todas las luces de alarma. Veremos si alguien se digna a alzar la voz y asumir alguna responsabilidad.