Sin periodismo no hay deporte
Sin periodismo, no hay deporte. Y sepa usted, querido lector, que esta columna viene a reivindicar el papel del periodista, cada vez en condiciones más precarias, de salvar un sector de vital importancia para la sociedad y de los motivos que llevan a ello. En Córdoba se generalizó -como con casi todo- hace una semana con lo pésimos que son los periodistas deportivos de Córdoba que no acudieron a una rueda de prensa de un futbolista del Córdoba. En la noche del lunes, en Cádiz, ningún periodista asistió a las ruedas de prensa post partido entre el Cádiz y el Mirandés.
Sepan ustedes que sin periodismo, no hay deporte. Y lo explico. Hay varios ejemplos que evidencian que una mala gestión de derechos televisivos, abocan al deporte en sí casi que a su desaparición o a una popularidad muchísimo menor. Y pongo varios ejemplos: Cuando la ACB pasó de emitir en abierto a hacerlo en privado y con altas exigencias para que el resto de medios emitiesen imágenes, el interés por el baloncesto desapareció. Algo similar está sucediendo con el fútbol sala en España o con la League One en Francia.
Y si los estamentos del deporte piden cada vez más dinero casi que por el derecho a la información, los medios de comunicación están cada vez más tiesos. La cultura de lo gratis y el internet de las cosas hace que usted, querido lector, exija información de primer nivel, pero gratis. Cuesta incluso suscribirse a lo que no cuesta dinero, imagínese. Las noticias no caen del cielo, hay que ir a por ellas, pero si un paseo a una rueda de prensa redunda en una ganancia de cinco, seis o siete euros, es lógico que muchos se pregunten si vale la pena.
El deporte local compite entre semana con la información institucional. Unos aportan dinero a los medios y los otros no. La presencia obligada está donde la moneda y lo otro ya lo apañaremos como sea, porque muchas veces (la mayoría) se dicen obviedades en todos los sitios. El caldo de cultivo no es nada positivo y la autocrítica tiene que llegar desde todas las ramas.
Para empezar hay que entender que el buen periodismo hay que pagarlo y poca gente está dispuesta a hacerlo. En segundo lugar existe una bunkerización del mundo del deporte que les hace competir entre sí por ver quién es el líder de 'me gustas' en redes y de alcance y en esa estrategia, los medios ya no están en medio (entre la institución y el pueblo), si no en el rincón de pensar.
Y sepan ustedes que sin periodismo no hay deporte. Si no hay nadie que cuente los partidos, dejará de haber interés; si no hay nadie que escriba a diario de tu equipo, el tiempo se ocupará con otras aficiones, y si nadie controla el poder (como bien decía Rafa Ruiz en su entrevista con los compañeros de Cordopolis), todo el mundo hará lo que le plazca.
En deportes, el caso Negreira lo destapó la SER y en Córdoba, los líos judiciales de los ex presidentes del Córdoba los ha contado la prensa. Sin ellos, sin nosotros, probablemente el club no existiría o sería otra cosa bien distinta. Sin esas noticias, en las que muchos nos jugamos muchas cosas, todo sería distinto.
Así que ya sabe, querido lector: Sin periodismo, no hay deporte.
