Precios en una carnicería, a 11 de agosto de 2023Europa Press

¿Qué ocurre con la inflación? ¿No son efectivas las subidas de tipos?

Difícilmente se puede controlar un alza de precios como el experimentado en estos dos años sin infligir a la economía un correctivo en forma de recesión para reducir la demanda y, de este modo, atemperar la evolución del IPC

Las causas de la inflación no son, como suele decirse, múltiples y complejas sino simplemente el resultado de la excesiva impresión de dineroHenry Hazlitt

No debemos olvidar lo que afirmaba la vicepresidenta del Gobierno Nadia Calviño allá por septiembre de 2021 cuando la economía se doblegaba poco a poco a las presiones inflacionarias y decía que el fuerte repunte que estaban experimentando los precios no era en absoluto preocupante, puesto que era fruto del crecimiento económico tras el parón de la pandemia.

Meses después, cuando la inflación, lejos de frenar, seguía subiendo, el gobierno de la mano nuevamente de Nadia Calviño comenzó a culpar de todos los males habidos y por haber respecto a la inflación eran culpa de la invasión que acometió Vladimir Putin con el estallido de la Guerra de Ucrania.

Actualmente y tras los datos actualizados del mes de septiembre donde la inflación sigue persistiendo duramente, la pregunta que se plantea cualquier ciudadano es; ¿Nos engañan? ¿Todos los discursos políticos persiguen fines electoralistas? ¿No tienen ni idea de lo que hablan? No voy a pararme a responder estas preguntas, podría escribir un libro sobre ellas, pero lo que si tengo claro es que la lección que la gente debería grabarse a fuego es evidente: no se fíen de los políticos.

Tras conocer los datos actualizados del IPC de septiembre, vemos como sube de nuevo el interanual y, además, vemos en la evolución mensual que los precios han subido todos los meses de 2023 menos dos. Por otro lado, seguimos observando como la inflación subyacente sigue en unas cotas muy elevadas (5,8%) y con una inflación acumulada del 17% desde 2018. La guerra contra la inflación, por tanto, no es tan sencilla. De hecho, difícilmente se puede controlar un alza de precios como el experimentado en estos dos años sin infligir a la economía un correctivo en forma de recesión para reducir la demanda y, de este modo, atemperar la evolución del IPC. Aún no se ha alcanzado ese punto de inflexión.

¿Qué factores presionan la inflación al alza? Ya en las últimas semanas el petróleo ha superado la barrera de los 90 dólares el barril, nivel más alto de los últimos 10 meses lo que ha repercutido en los precios de la gasolina y, por ende, en la inflación. También, los costes laborales ejercen parte de presión en los datos de IPC ya que, los costes laborales, que en el caso de España registran un aumento del 5,6% interanual en el segundo trimestre del año. Es muy difícil que baje la inflación subyacente sin que caigan dichos costes.

Y, por último, el Gobierno, al igual que ya ha hecho en 2023 con los combustibles, pretende retirar en 2024 las bonificaciones fiscales que, hoy por hoy, disfrutan los particulares en sus facturas de luz y gas. Lo que supondría es que aproximadamente una familia media, con un consumo de 50 euros al mes y potencia contratada de 20 euros, la factura subirá casi 30 euros, pasando de 149 a un total de 176 euros.

En última instancia, todo dependerá de la acción de los bancos centrales. La respuesta no puede ser tibia y, de una u otra forma, terminará afectando al crecimiento económico. No, doblegar la inflación no será rápido ni fácil ni indoloro.