La culpa fue de walt disneyBlas Muñoz

Las fachas son ellas

El muy loco dijo que quería igualdad para su hijo y su hija, hubo silencio

A los amantes de la democracia, los del discurso progresista y los que la definen en base a su calidad, se les llena la boca con esa palabra que, para ellos, es solo eso, un sustantivo que utilizado apropiadamente da cuenta de su pretendida superioridad moral.

Esa palabra la escuchamos a boca llena en numerosos representantes de la izquierda, en separatistas e independentistas, como si los contrarios (centro derecha y derecha) fueran pequeños discípulos de Hitler, cuando ellos son los que recibieron el legado de los Lenin, Mao y algún que otro golpista.

En estos párrafos ya he cometido un error capital y ya podrán llamarme facha a boca llena. Y no ha sido otro que utilizar el masculino, como buen hijo del patriarcado más despreciable. Además los he criticado, de ahí a dictador va un paso. Ese es el juego, la democracia es lo que digan ellos, o sea, como en la República Democrática Alemana, comunismo.

El ejemplo de esa intransigencia se ha visto esta semana en el pleno del Ayuntamiento con la moción sobre el 25N. Ocho mujeres (alguna podría ser del chiringuito, perdón la Plataforma contra la violencia contra las mujeres de Córdoba) jaleaban, como en un partido de fútbol, las intervenciones de los partidos de izquierda y hubo incluso aplausos para Cs y PP. Con David Dorado, que el muy loco dijo que quería igualdad para su hijo y su hija, hubo silencio, como en los toros. No convenció al respetable.

Pero esperaban a la Badanelli, la de Vox. Las ediles de IU y Podemos, Alba Doblas y Cristina Pedrajas, ya habían calentado el ambiente (como en un Betis-Sevilla) en la previa y la reacción de las espectadoras de género no se hizo esperar. La Badanelli abrió la boca y el jaleo en la grada fue memorable. Dicen que hubo hasta una peineta, pero yo no la vi. En cambio, sí escuché un canto feminista y la desaprobación previa ante quien pide que endurezca las penas a los asesinos, sean de hombres, mujeres o quien fuere.

Pero eso no es lo que quieren los adalides de la democracia, que llaman al escrache libertad de expresión y, si te insultan, es legítima defensa. No pensar como ellas es de facha, pero las fachas son ellas y no lo saben ¿O sí?