La mala baba
Resultó una avería generalizada. Es mala pata que ocurra cuando se inaugura el alumbrado navideño.
Ayer viernes, día del alumbrado navideño, se fue la luz. Saltaron los plomillos. El magnetotérmico se amohinó. Y la gente se puso histeriquita.
Enseguida, los próceres de las redes sociales comenzaron a ilustrar a la humanidad con todo tipo de fotos, vídeos y teorías al respecto. Como quiera que coincidió con el pulsado de botón en la calle Cruz Conde, básicamente las hipótesis tanto de Vecinoscentro, como de Informadores Independientes y también de los chicos de Somos Rápidos y Precoces comenzaron a relacionar el apagón con el botón municipal de marras. En concreto venían a decirnos que la culpa es del PP. De Bellido, para más señas.
Ayer, la infantería progre se encontró con un regalo navideño, ellos que son tan laicos. Y algunos que no son progres también. Ayer pudimos observar un pelín de mala baba de esa que está recocida y que se suelta ante un apagón o una caída accidental de un teniente de alcalde si pisa una cáscara de plátano. Eres guay hasta que te estampas sobre el pavimento. En algunos casos esos comentarios provenían de elevados espíritus defensores de las causas justas y sostenibles, de los que aprovechan la caída de luz para soltar la bilis. ‘Justicia poética’, se llegó a leer. Todo muy gracioso, por lo visto; que se fastidie el espectáculo luminoso y los niños y todo el equipo de gobierno, claro, que es el que molesta.
Resultó una avería generalizada. Afectó a varios barrios. Endesa levantó la mano. Es mala pata que ocurra cuando se inaugura el alumbrado navideño, pero en el país de Benito y Manolo S.L puede pasar eso y mucho más en una tarde de enchufes múltiples y no me refiero solo a los eléctricos. O simplemente fue una casualidad. Un imponderable. Una anécdota elevada a scoop y a chiste oportunista por aquellos de la mala baba que además tienen la suerte- curiosamente- de contar con subvenciones, presentaciones de talleres municipales, cursos de costura y respetos por los mismos que son su objeto de mofa.
Se ve que la mala baba va en el precio de algo que nunca consiguen comprar.