La culpa fue de Walt DisneyBlas Jesús Muñoz

Un problema de cabeza

Actualizada 07:54

El deporte, como casi todo, es un estado de ánimo. Hay días que el futbolista -en el caso que nos ocupa- se levanta mejor, otros peor y otros medio pensionista.

Por eso, aunque entrenes como el que más, se empata, se pierde y se gana. Es lo mejor que tiene el juego, que no es una ciencia exacta y lleva una parte de azar considerable. Por eso nos gusta tanto ver un partido de fútbol o de fútbol sala, porque siempre hay sorpresas.

La grandeza que te da la adrenalina hasta que todo empieza a ponerse negro y la derrota se convierte en compañera de viaje. Es más aburrida que la victoria y suele dejar en la mente la rémora de que uno no puede y hasta se le olvida cuando sí podía.

Ese parece, a grandes rasgos, el caso del Caso del Córdoba Patrimonio de la Humanidad. Un equipo que, casi todos sus partidos, los juega bien, compite y da la sensación de que va a ganar. Pero luego llega el minuto y medio o los dos minutos fatídicos en los que le acaban remontando y de los 40 minutos, solo queda en el resultado la fracción mala. Y sacarse eso de la cabeza no se antoja sencillo.

Tampoco lo es pensar en qué pudo pasarle al Córdoba CF hace un mes cuando se le olvidó ganar. Desde el Puente de la Inmaculada hasta hoy solo ha ganado un partido, ha perdido cuatro y ha empatado dos. El problema pasaba supuestamente porque algunos jugadores tenían la cabeza en el mercado de fichajes.

Pero, tras lo visto este domingo en Salamanca, también podría pasar por una mejorable gestión del grupo y de aquello de poner de inicio a los fichajes. Con ellos en el césped se vislumbró al Córdoba de antes y para el gol faltaron minutos y es que estuvieron más de una hora en el banquillo. Algo que solo entiende la cabeza de un entrenador.

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