De comienzo en comienzoElena Murillo

Un Patrón para los costaleros

Unos días antes de la fiesta de San Álvaro, celebrada por la Iglesia católica cada 19 de febrero, la Agrupación de Hermandades y Cofradías organiza un acto para honrar a su patrón. Este tenía lugar el pasado domingo y consistía una vez más en la celebración de la eucaristía, procesión con el busto del titular y una exaltación que este año ha alcanzado su edición número cuarenta y ocho.

Como encargada de pronunciar la correspondiente al presente 2023, he tenido la oportunidad de profundizar más en la figura de un fraile dominico que hace prácticamente seiscientos años hizo la fundación del convento de Santo Domingo de Scala Coeli en plena sierra de nuestra Córdoba. Sé que hay muchos puristas que consideran que es un error elevarlo a los altares. Y están en lo cierto, puesto que la Iglesia solamente ha reconocido su beatificación; pero cuando surge esta disyuntiva, de considerarlo beato o santo, no está de más tener a bien los muchos favores concedidos a lo largo de los siglos. En este sentido, no hay quien pueda negarle al pueblo cordobés darle ese tratamiento ya que seis siglos de veneración en este mismo santuario son un buen aval para ello.

El propósito de estas líneas es mi deseo de animar a la movilización de los costaleros cordobeses para que San Álvaro sea su patrón. Una idea promovida por Juan Rodríguez, conocido por todos en el mundo cofrade cordobés y más aún en el del costal, que ha sido secundada por una comisión que está recogiendo firmas para ello. Un proyecto tan ilusionante que debería contar con el apoyo del máximo número de cofrades para que se sustente en cimientos sólidos. La figura de Álvaro debe tener una mayor presencia en nuestra ciudad por lo que significó. Mi apoyo no solo está en la firma que ya he aportado, sino que dediqué unos versos con los que concluía mi exaltación y que ahora comparto:

Costaleros diocesanos

que queréis como patrón

a San Álvaro de Córdoba,

ese primer portador;

llevad a hombros a Cristo,

y recordad con fervor

los espacios recorridos

de soledad y de dolor.

Que sirvan como una ofrenda

desplegada en derredor

y se extienda por España

tan bonita devoción

a San Álvaro de Córdoba,

al que a Cristo acarreó.

Y a aquel que tuvo la idea,

Juan Rodríguez, sí señor,

Dios le conceda la gracia

y le otorgue el digno honor

de convocarlos a todos,

y de traer la reunión

a este mismo santuario

donde la historia empezó.

Que sea en Santo Domingo,

no encuentro lugar mejor,

para que sea proclamado

de costaleros, patrón.

Porque esta Escalera del Cielo

junto a Cristo, Redentor,

sigue acogiendo a San Álvaro

hoy y siempre protector.

Por último, recordar que el próximo 13 de junio se cumplen seis siglos de la fundación del santuario de Santo Domingo. Bien merecida será la visita a los restos de Álvaro de Córdoba en esta efeméride. Sin duda un día grande para la Orden Dominica y para nuestra ciudad.