Un espejismo
Cuando tienes uno de los cinco presupuestos más grandes de la Primera Federación y eres sometido por el penúltimo clasificado, tienes un problema
Tras cada partido de fútbol, sea de la categoría que sea, se produce lo que en política tras un resultado electoral: siempre hay una excusa para ver el lado positivo. Es un optimismo impostado, pero el autoengaño, a veces, es como una especie de estupefaciente que consuela y produce hasta cierta felicidad.
Jorge Valdano hablaba de derrotas útiles, un eufemismo que habría quien comprara, pero que no era más que eso, un eufemismo. Otros muchos han hablado de que perder te ayuda a levantarte, etcétera. La realidad es que a nadie le gusta perder, salvo al que le da igual, el caso del indolente, que está más extendido de lo que se puedan pensar.
En el caso del Córdoba CF ha habido ejemplos de esos tres tipos, como cuando tras la derrota ante el Castilla el técnico se aferró a la última media hora de juego, cuando en la primera hora le pudieron haber caído seis chicharros y solo le enchufaron dos (uno se acoge a lo bueno). O cuando el presidente dijo que una victoria sería un punto de inflexión y, tras ella, ha vuelto la versión gris de los blanquiverdes. O la indolencia, este mismo domingo, de jugadores como Casas, Gudelj o Camus en el municipal de Talavera de la Reina.
Pese a todo, el Córdoba sigue de momento en puestos de play-off y puede que, pese al mal partido ante el Talavera, consiga hacer eso de la media inglesa este fin de semana, en su campo frente al Ceuta (por cierto, uno de los equipos más en forma de la categoría). Porque ganar siempre es la mejor medicina, mejor que una droga y el único objetivo verdadero del deporte. Lo demás es literatura, aunque sirva para analizar y aprender reflexionar sobre lo que pasó en diciembre y cómo un equipo sideral cayó en barrena sin previo aviso y como no es capaz de salir del lodazal en que se ha metido. Y que, pese a ganar cuando se gane, cuando tienes uno de los cinco presupuestos más grandes de la Primera Federación y no eres capaz de ganar y encima eres sometido por el penúltimo clasificado, tienes un problema y, probablemente, lo de la Cultural fue un espejismo.
