Reflexiones en voz altaJuan Rafael Toledano

Patriotas de todo a 1 €

«¿Les piensa reintegrar también el Estado las obras realizadas y el uso hecho de ellas durante todo este tiempo?»

Me ha resultado sorprendente el ataque de patriotismo que le ha entrado al gobierno social-comunista con el cambio de domicilio fiscal de Ferrovial. No ha habido ministro que se precie, empezando por el propio presidente de gobierno y los portavoces de los partidos políticos que lo sostienen, que no haya atacado de falta de patriotismo y solidaridad a Ferrovial y, ya de paso, a su presidente, Rafael del Pino.

Es curioso cómo les duele España cuando por su nefasta gestión económica, donde se asfixian a los emprendedores a impuestos y si les va bien se les insulta y denigran, deciden buscar un lugar donde encuentren mayor seguridad jurídica y un sistema económico más acorde con las inversiones que proyectan.

Sin embargo es fácil de entender si lo hacemos con el prisma de soberbia y autoritarismo con el que se desenvuelve el gobierno y adláteres, siguiendo la personalidad narcisista de su presidente ¿Cómo osan discrepar de sus políticas?

Ahora resulta que una empresa, bien dirigida, que ha conseguido una extraordinaria expansión internacional, que le ha llevado a estar implantada en numerosos países, hasta el punto de que se actividad en España ya no alcanza ni el 20%, es una traidora a su país por buscar un lugar donde poder seguir creciendo, sin el miedo a cambios demagogos cuando se acercan unas elecciones con el único fin de buscar un voto, donde se crean impuestos de la nada, con la excusa de que son «impuestos a los ricos», pero que, realmente, sólo persiguen el ansia desenfrenada por controlarlo todo y ser el eje de todo, para ser ellos quienes rieguen con subvenciones y dádivas y se les considere los salvadores del planeta.

Y si ya no es bastante con el ataque feroz por traición, se descuelgan, con esa demagogia que le es propia, con que tienen que devolver todo lo pagado por el Estado. ¿Les piensa reintegrar también el Estado las obras realizadas y el uso hecho de ellas durante todo este tiempo? O, simplemente, como siempre ¿les asalta la tentación de la nacionalización y la expropiación?

Sin embargo, ese patriotismo exacerbado para linchar a Ferrovial y a su presidente, no solo se les olvida sino que se sientan con ellos y los tienen como socios, cuando se ataca por los nacionalistas vascos y catalanes y por una gran parte de esa izquierda demagoga, los símbolos y la unidad de España.

Tanto que exigen al Partido Popular cumplir la constitución (cuando de ninguna manera la conculcan) para sus espurios intereses de meter mano en todas las instituciones, se olvidan de su obligación de hacer cumplir las leyes y obvian, por ejemplo, la Ley 39/1981, de 28 de octubre, por la que se regula el uso de la bandera de España, que no hace sino desarrollar el artículo 4 de la Constitución Española que en su primer artículo dice «La bandera de España simboliza la nación; es signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores expresados en la Constitución».

¿Dónde está ese patriotismo cuándo se ataca la bandera de España por sus socios? ¿Dónde ésta cuándo se sientan en mesas para negociar la ruptura de España?

Todavía no he visto (y sé que no veré a ninguno de esta izquierda soberbia y autoritaria) salir en defensa de la unidad de España y de sus símbolos, mientras que con el cambio de domicilio fiscal de Ferrovial parece que se ha producido un ataque militar a nuestro territorio. Pero claro, es mucho mejor atacar a los demás que reconocer fracasos.

Pero no sé de qué me sorprendo cuando tienen un prisma que sólo les deja ver lo que ocurre en el otro lado, pero, nunca, jamás, pueden reconocer que su comportamiento es erróneo. Y, así, por ejemplo, no es lo mismo la corrupción de la derecha (aun cuando se expulsen a los corruptos) que la suya, de la que no se debe hablar si ya han decidido que han tomado las medidas necesarias, en las que no sólo malversan dinero público sino que se lo gastan en atacar la dignidad de las personas. ¿Dónde está la ministra Montero para defender a las mujeres tratadas como mercancía? ¿Dónde están esas feministas de pacotilla?

Definitivamente lo importante es su puesto y su poder y engañar con palabras grandilocuentes que no sirven para hacer grande España y atraer a inversores sino para expulsar a los que se encuentran aquí, ante la falta de seguridad jurídica y posibilidades de expansión.