La culpa fue de Walt DisneyBlas Jesús Muñoz

El derecho a ser buscado

Todo lo que se quiera uno imaginar -y lo que no- sufren los padres que buscan a su hijo, durante años

A veces, la vida se te escapa como el agua entre las manos. Cuando se sufre la pérdida, el dolor y el vacío se unen para provocar la mayor de las tristezas. A todos se nos ha ido alguien y sabemos lo que es la muerte, aunque siempre nos quede el don de la fe para mantener la esperanza.

Pero hay otro dolor, silencioso, que es casi imposible de comprender si no se ha sufrido y, afortunadamente, no todos hemos vivido. Cuando alguien desaparece, además de la persona implicada, sus familiares y amigos padecen un calvario de ausencias, inquietudes, incertidumbres y dudas.

Rosa María Sánchez, madre de Paco MolinaAyuntamiento de Córdoba

Todo lo que se quiera uno imaginar -y lo que no- sufren los padres que buscan a su hijo, durante años, como los del joven cordobés Paco Molina. Isidro y Rosa, Rosa e Isidro estuvieron este jueves en el salón de plenos del Ayuntamiento de Córdoba y, más de un lustro después, mantuvieron la fotografía de Paco, entre sus manos, porque no cabe rendirse.

Rosa intervino en la sesión con motivo del día de las personas desaparecidas y reivindicó el derecho que tienen a ser buscados. Su alocución fue breve, intensa, potente. No cabe más que intentar dar visibilidad a un problema, que en demasiadas ocasiones es invisible, como las horas de esos padres que sufren, cada día, ese desasosiego de la pérdida inexplicada de su hijo que tiene el derecho a ser buscado y a que nosotros lo recordemos.