Marzo no ha sido ventoso y en abril no ha llovido, pero mayo nos ha traído a Juanma Moreno florido y hermoso. El pasado miércoles nuestro presidente andaluz aterrizó en Córdoba para ver los patios. Viniendo de Puente Genil, donde estuvo la noche anterior, no resultó un aterrizaje forzoso o sí, porque el mollate de allí invita a nacionalizarse pontanés, pero como Juanma es tan presidente del vino de Puente Genil como del de El Puerto, o como de las coquinas de Huelva, puede aterrizar donde quiera porque presidir todo eso y más no lo consigue ni Petro.

El caso es que Juanma se paseó por Córdoba y el alcalde candidato Bellido se vistió igual, con pantalones beige y americana azul y camisa clara. Eso si le ocurre a dos señoras, consejera y edil – un poner- puede resultar catastrófico y no es este un comentario machista sino nacido de la observación empírica. Pero aquí producía un efecto Hernández y Fernández, con nuestra concejal de cultura a su vera como una Milú entrañable y primaveral.

Juanma viene a los patios y triunfa. De hecho Juanma ya triunfó cuando y como tenía que hacerlo y empezó a labrarse la mayoría absolutísima en Córdoba también, con un perrito caliente del Lucas. Ya comenté yo aquí que esa foto era semióticamente un triunfo electoral y no me equivoqué, y Moreno regresa sin escoltas, y sonriente, y creando tendencia beige y azul. Y uno se acuerda de otros presidentes y de otras épocas oficialmente más del pueblo pero sin el pueblo ni los redactores ni la gente. Resulta que la derecha, que dicen que viene a privatizarlo todo, es más accesible, menos estirada y prepotente que cualquier Zarrías de la vida pasada o un consejero chavesiano de hemeroteca.

Juanma señala al cielo y avisa que si no llueve igual corta un poco el grifo, pero no importa, porque lo dice de esa guisa y además estamos seguros de que lloverá tarde o temprano a pesar de Pedro Sánchez. Y cuando la sequía ya no sea un problema aún a costa del pantanicidio podemita, a ver qué le sacan a Moreno que no sea la manida sanidad.

Juanma estará en otras cosas que son las nuestras a la postre, en calidad de andaluces. Y lo esperaremos un año más en los patios, donde se hace fotos con todos porque todos se la piden antes de volver al parlamento y recordarle a Espadas su bandazos posturales con los regadíos y Doñana, que antes merecían abstención y ahora son el santo grial de la oposición.

Y Juanma se lo recuerda con la misma naturalidad que pasea por los patios de San Basilio, barrio florido y hermoso.