El rodadero de los lobosJesús Cabrera

Bienvenida sea la Feria

Todo discurre en El Arenal. Allí, los políticos traen a sus líderes regionales y nacionales a hartarlos de salmorejo y de berenjenas fritas

Hoy mismo hay numerosas ciudades en España que miran de reojo a Córdoba con una envidia de las que hacen época. Aquellas que saben que la Feria de la Salud comenzó en la noche del viernes y que desde ayer los cordobeses no piensan más que en la jarra de rebujito y en el flamenquín bien troceado se lamentan de porqué a ellas no se les habría ocurrido antes organizar una fiesta por todo lo alto en la última semana de mayo.

Todo municipio goza de sus ferias y de sus fiestas patronales, concentradas durante el verano, ya sea en el 15 de agosto o en el 8 de septiembre o en cualquier otra fecha estival. Lo de Córdoba, ya saben, es algo mucho más refinado, porque toca en torno al 25 de mayo, por lo que o llueve o te puedes morir de calor. Hasta última hora no se desvela el enigma.

Pero el motivo último de la envidia a los cordobeses es por el motivo de que la Feria de Salud, cada cuatro años, coincide con las elecciones municipales, lo que hace que la campaña electoral dure menos que en otros lugares. Hace ya muchos años que las campañas perdieron su razón de ser y aún mantienen elementos arcaicos de difícil justificación, como la jornada de reflexión o la prohibición de publicar encuestas.

Portada de la Feria de Nuestra Señora de la Salud de CórdobaEuropa Press

Las campañas, y más aún en estos tiempos de redes sociales, están orquestas y diseñadas para generar una serie de fotos y de vídeos con las que ganar presencia en los ‘smartphones’ de cualquiera. No hay más. Lo del programa hace tiempo que pasó a ser historia y los mítines son un recurso para salir en los telediarios rodeados de gente, recibiendo el aplauso de los suyos, algo que siempre tiene una componente terapéutica para aumentar la autoestima.

En Córdoba, cuando los primeros fuegos de artificio sobrevuelan El Arenal la campaña electoral cambia de registro cada cuatro años, lo cual siempre es una bendición. Ya no corres el riesgo de una candidata que no conoces de nada te diga en la plaza de la Mosca que ellos van a bajar el precio de los tomates o de que te zampen dos besos en Costasol y te den un folleto de un partido.

En esta última semana de campaña electoral todo discurre en El Arenal. Allí, los políticos traen a sus líderes regionales y nacionales a hartarlos de salmorejo y de berenjenas fritas. Sabes que desde ayer están los candidatos y los suyos de caseta en caseta. Aunque te toquen al lado, siempre te quedará el alivio de que el volumen de los altavoces te libre de una buena ‘chapa’. Bendita sea la Feria.