Original Picasso
Cuando la creatividad y el ingenio se unen, surgen proyectos de gran calado, ideas que dan a conocer a personajes sobresalientes haciendo cercana su figura a individuos de cualquier edad y condición. No son pocos los docentes que, movidos por una vocación extraordinaria, son capaces de ver más allá de la evidencia, de sumergirse en espacios intuidos para revelarlos como los más auténticos, contagiando a otros compañeros y dejando una huella profunda en los alumnos y en sus familias. Una muestra de ello acontecía hace una escasa semana con la puesta en escena, en uno de los teatros de nuestra ciudad, de la representación poética y musical Picasso 2030. En el quincuagésimo aniversario de la muerte del pintor y utilizando sus cuadros como punto de partida, el espectáculo hacía un recorrido por un buen número de los Objetivos de Desarrollo Sostenible redactados por la Organización de las Naciones Unidas para la mejora de nuestro mundo. Una propuesta singular que venía de una mente tan clarividente e innovadora como la de Isabel, docente en el CEIP Concepción Arenal.
Isabel Azañón Agüera es una de esas maestras que sueñan con una escuela en continua renovación, que se entrega por entero cada día en las aulas porque sabe que la educación es el instrumento más poderoso para transformar el mundo. Aunque reconocida con galardones de prestigio como el premio «Joaquín Guichot» que otorga la Consejería de Educación de Andalucía, el mejor reconocimiento se lo conceden los niños y niñas que tienen la suerte de tenerla como guía y referente en su formación escolar.
Los protagonistas de esta historia, alumnos de sexto curso de Educación Primaria y del aula TEA de su colegio, difícilmente olvidarán su contacto con las tablas. No solamente han conocido más de cerca a Picasso, su vida, su obra pictórica y escultórica, sino que han sabido entender que a pesar de las diferencias, a pesar de tener compañeros con distintas capacidades, se puede confluir en un mismo escenario sin hacer ningún tipo de distinción y entendiendo que la integración real es posible. De lo dicho se desprende que la función fue un éxito, tanto por la impecable escenificación como por el poso emocionante que quedó en los espectadores.
Fue inevitable que vinieran a mi memoria los años en los que conocí a Isabel. Yo era una simple colegial pero que contaba con el enorme privilegio de aprender de la mano de otra Isabel, su madre, la persona más innovadora y creativa que he conocido y que también marcó mi forma de entender la enseñanza. Entonces ella, todavía estudiante, ansiando seguir sus pasos, bebía de la mejor fuente. Años después veo con ejemplos como el suyo que sigue habiendo esperanza y que esta profesión es, sin duda alguna, la mejor del universo.