El asunto más básico no es qué es lo mejor, sino quién debe decidir qué es lo mejor"Thomas Sowell

Qué duro debe ser para los ciudadanos descubrir que la «vaca del Estado» que tanto tiempo hemos dedicado a alimentar, no sólo es que se encuentre en estado raquítico, sino que además no es capaz de dar leche y a su vez se le han detectado graves enfermedades que si no se atajan a tiempo pueden convertirse en crónicas. Nunca el Estado había tenido tanto peso en la economía como lo tiene hoy, nunca el Estado había tenido tanta influencia en la vida de los ciudadanos como la tiene hoy y por supuesto, nunca el Estado había sido tan costoso para los ciudadanos como lo que es hoy.

Comenzó el año 2023 con una mejora en las perspectivas económicas de nuestra economía, pero conforme ha ido pasando el año los datos no solo no mejoran, sino que empeoran en algunos casos. Los mejores trimestres para nuestra economía ya han quedado atrás y la última parte del año casi nunca suele ser muy boyante para nuestra economía. Los datos hablan por si solos, por ejemplo:

- El sector industrial vuelve a caer en el mes de agosto en sus tres indicadores que son el PMI compuesto (de 51,70 a 48,60), el PMI servicios (de 52,80 a 49,30) y el PMI manufacturero (de 47,80 a 46,50) todos ellos por debajo de 50 puntos básicos lo que indica que se encuentran en fase de contracción. La inflación sigue siendo el tema de conversación en cada supermercado y vuelve a la palestra la famosa y temida estanflación. Las pensiones seguirán siendo un problema para nuestra economía mientras sigan ligadas al IPC, y esto significa que este año toca de nuevo un gran desembolso para cumplir con el 4,7% de revalorización (8.962 millones) de cara el año 2024. Es importante recalcar también que solamente entre abril y junio de este año han quebrado 12.700 empresas y como consecuencia en el futuro, como es lógico, hará que la productividad y competitividad de nuestro mercado laboral siga cayendo. La mitad de los adultos del país no trabaja, el turismo nos deja datos un tanto agridulces y el 60% de los que han perdido su empleo en agosto eran indefinidos. Efectivamente, ¡¡¡Houston, tenemos un problema!!!

Los retos de nuestra economía siguen siendo los de hace varios años, lo que ocurre es que no se atajan porque ningún partido político gobierna en favor de los intereses de la economía española sino de sus propios intereses, y como he repetido en diferentes ocasiones, atajar los desequilibrios actuales de nuestra economía significa dolor intenso en el corto plazo y bienestar y prosperidad en el medio/largo plazo lo que quiere decir que ningún político ejecutará lo que necesita nuestro país ya que viven instalados en el cortoplacismo más absoluto. Los retos a los que se enfrenta nuestra economía, en mi opinión, son los siguientes;

• Reto demográfico: Tenemos una población envejecida y baja natalidad.

• Mercado de trabajo: Nuestra tasa de desempleo sigue a la cabeza de los países desarrollados. Además, los salarios son comparativamente bajos a nivel internacional.

• Sector público: Con una deuda pública notable, debemos ser más eficientes para promover mejoras productivas en proyectos empresariales productivos.

• Pensiones: Aclarar el sistema hacia el queremos ir, ya que el actual está quebrado y es insostenible.

• Fiscalidad: Los españoles somos los ciudadanos europeos que mayor esfuerzo hacemos para contribuir con las obligaciones tributarias.

Con todos estos retos encima de la mesa no debemos olvidar el ingente volumen de deuda pública que tenemos en la actualidad, que como economía nos impide invertir de forma eficiente los recursos donde sí fueran rentables, y también el déficit público crónico que ya hemos normalizado. Todo ello sumado a una economía estancada en productividad y competitividad con unos niveles de inflación y bajo crecimiento económico aún preocupantes. Espero y deseo que la frase de 'Houston, tenemos un problema…' no se quede corta.