La Biblioteca
«Ahora son los lugares a los que se regalan los libros que molestan en una mudanza o que se heredan y no se sabe bien qué hacer con ellos»
No entiendo el interés de unos y otros por la apertura de la Biblioteca del Estado cuando el libro en papel es en la actualidad un placer reservado a determinadas generaciones, cada vez menos, mientras el resto sólo presta interés a lo que aparece en una pantalla. El libro es un residuo nostálgico que poco a poco pierde valor, no porque carezca de él, sino porque cada vez más gente desconoce las posibilidades inmensas que encierra.
Este cambio generacional no ha surgido de forma espontánea. Al mismo ha contribuido grandemente el desmantelamiento intelectual de los planes de estudio. Cuando el aprendizaje memorístico queda arrinconado en favor de otras experiencias y sensaciones educativas, que molan más, es cuando se ha sentenciado a muerte al más eficaz de los elementos transmisores del conocimiento.
Es cierto que las librerías viven un buen momento, que tras la pandemia se ha estimulado la venta de libros y el placer de la lectura, pero también es verdad que quienes disfrutan de esto son quienes lo han hecho toda la vida. El mercado editorial, que vive un auge inusitado, en la actualidad no llega, ni por asomo, a los segmentos inferiores de la población.
Esto no quiere decir que el interés por el libro en papel desaparezca en su totalidad, en absoluto. En unos años pasará a tener un papel secundario, si no terciario, en la cadena del saber. Será un objeto de lujo que sólo una minoría sabrá valorar en toda su magnitud.
Por esto, las bibliotecas de todo tipo están pasando a tener otro cometido diferente al de hace unos años. Ahora son los lugares a los que se regalan los libros que molestan en una mudanza o que se heredan y no se sabe bien qué hacer con ellos en unos pisos cada vez más pequeños. Si no se lo cree usted, preste atención a los frecuentes expurgos que realizan.
En este panorama, la Biblioteca del Estado, que con toda justicia llevará el nombre de Grupo Cántico, estará operativa en un futuro, ojalá que no sea muy lejano, y será un elemento fundamental en la vida cultural de Córdoba. Esta importancia le vendrá dada por la magnitud y valor de sus propios fondos, iniciados con lo que se expolió en las desamortizaciones del siglo XIX y aumentados por lo que sucesivamente se ha ido enriqueciendo con aportaciones y adquisiciones.
Dicen que será la biblioteca más moderna de España. Puede ser. Cuentan que tendrá una importante dotación tecnológica. Es posible. Pero lo más valioso será siempre su contenido, esos libros en papel a los que le queda tanto por contar. El riesgo que puede correr este edificio es que la función de servicio público de préstamo de libros quede arrinconada por unas magníficas instalaciones que serán una magnífica sala de estudio para preparar exámenes. Ah, y con vistas a los jardines de la Agricultura.