El rodadero de los lobosJesús Cabrera

La melancolía improductiva

Hay un epígrafe sobre la titularidad y lo que pone es «Iglesia Católica» y otro sobre la gestión y lo que aparece escrito es «Cabildo Catedral». Sin más

Actualizada 05:05

El PSOE en particular y la izquierda en general tienen una serie de comodines que airean cada vez que quieren distraer la atención del personal. Cortinas de humo se llaman. En el plano nacional son bastantes y conocidos, y en el plano local tenemos el de la titularidad de la Mezquita Catedral, todo un clásico, que hace años gozó del favor de muchos y que con el paso del tiempo se ha desinflado hasta quedar reducido a la irrelevancia folclórica.

La firma de un convenio entre el Ayuntamiento de Córdoba y el Cabildo Catedral ha sido la excusa para que se desentierre lo olvidado y se intente airear de nuevo lo que ya está más que superado hasta por la vía judicial. El portavoz socialista, Antonio Hurtado, no ha querido desaprovechar la ocasión y ha desempolvado el añejo argumentario de la titularidad y los 30 euros en el mismo día en que el jefe regional de los socialistas, Juan Espadas, se echaba adelante con que la Junta no contrate a los medios de comunicación que dan ‘fake news’. Qué cruel casualidad.

La gran Mezquita consta de dos zonas diferenciadas, el patio o sahn porticado, donde se levanta el alminar (bajo la torre renacentista), única intervención de Abd al- Rahman III, y la sala de oración o haram. El espacio interior se dispone sobre un concierto de columnas y arcadas bicolores de gran efecto cromático. Cinco son las zonas en las que se divide el recinto, correspondiendo cada una de ellas a las distintas ampliaciones llevadas a cabo.

Mezquita Catedral de Córdoba.

Hurtado puso un tuit y envió a los medios esta semana un audio grabado con un tono de presunto enfado porque el alcalde, José María Bellido, había reconocido a la Iglesia Católica como propietaria del monumento. Rafa Ruiz, desde ABC, contestó con rapidez de forma impecable: Bellido no ha firmado nada distinto de lo que rubricó en su día Isabel Ambrosio.

Pero ahí no queda el asunto. No hay más que revisar el expediente de la inminente restauración de la Capilla Real de la Mezquita Catedral, de hace justo un año, para comprobar la oportunidad que ha perdido el PSOE de quedarse callado. Y los de Hacemos Córdoba y los de Andalucía Laica también, que no han perdido la oportunidad de chupar rueda con días de retraso.

El proyecto es un tocho de 375 páginas y para que nadie pierda el tiempo les aconsejo que se vayan directos a la página 5, al apartado Ficha Identificativa del Bien. Ahí están reflejados los datos fundamentales del monumento y hay un epígrafe sobre la titularidad y lo que pone es «Iglesia Católica» y otro sobre la gestión y lo que aparece escrito es «Cabildo Catedral». Sin más.

¿Quien firma este documento? ¿Un fascista al uso, acaso? No, ni mucho menos. Este proyecto de noviembre de 2022 tiene un generoso membrete en el que, por orden, aparecen: Ministerio de Cultura y Deporte, Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes, y Subdirección General del Instituto de Patrimonio Cultural de España.

¿Quién era el responsable de todos estos organismos en noviembre de 2022? El ministro Miquel Iceta. ¿A qué Gobierno pertenecía en ese momento este gran socialista catalán? Pues al de Pedro Sánchez y también al de Yolanda Díaz, Ione Belarra, Irene Montero y Alberto Garzón, por lo que todas las sensibilidades que se han sentido impostadamente heridas por el convenio firmado por Bellido son responsables directas por pensamiento, palabra, obra u omisión de lo que aparece en el proyecto de la restauración de la Capilla Real.

Claro, alguien puede pensar que esto es sólo una referencia sin mayor importancia, aislada en un montón de folios, sin relevancia alguna. No es así, ni mucho menos. En el Pliego de Prescripciones Técnicas hay otra perla que no conviene pasar por alto. Tiene sólo 25 páginas y en el penúltimo folio, al hablar del lugar de la prestación, afirma sin ambages: «Los trabajos se llevarán a cabo en la Capilla Real ubicada en el interior de la Iglesia-Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Córdoba». Esto lo llega a poner Bellido en su convenio y le cae la del tigre, pero como lo ha hecho Pedro Sánchez hay que silbar y mirar para otro lado.

Cuando se licitaron estos trabajos, en enero de este año, descubrí estas dos perlas y decidí guardarlas porque sabía que tarde o temprano la condición de la burra es la de volver al trigo. Lo que no esperaba es que fuese tan pronto cuando se desempolvase el tema de la titularidad pública, algo que, ya está más que demostrado, sólo genera melancolía improductiva a quienes siguen creyendo en él.

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