El mejor argumento contra la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante promedio.”Winston Churchill

En los últimos meses numerosos medios de comunicación, podcasts de distinta índole y sobre todo, la opinión pública ,debate -debido a la pesada losa de la inflación- acerca de los salarios y el poder adquisitivo que se tiene para afrontar los pagos y gastos correspondientes a un mes corriente. En definitiva se debate acerca de "la capacidad de vivir» que en general, tiene la ciudadanía. Ahora bien, lanzo la siguiente pregunta al aire; ¿Realmente son bajos los salarios en nuestra economía? ¿En general los ingresos de las familias son bajos?

La respuesta es no. La realidad es que no ganas poco, en absoluto. La raíz del problema subyace en que te quitan mucho.

Pongamos un sencillo ejemplo de un salario bruto y medio y cómo se descompone:

-Salario bruto: 18.000 euros/anuales (1.500 euros/mensuales en 12 pagas)

-Coste empresa: 471 euros (Seguridad Social a cargo de la empresa)

• Contingencias comunes: 23,60% (354 euros)

• Desempleo: 5,50% (82,50 euros)

• FOGASA: 0,20% (3 euros)

• Formación Profesional: 0,60% (9 euros)

• Epígrafe Accidentes de Trabajo: 1,5% (22,50 euros)

-Coste Trabajador: 239 euros (Seguridad Social e IRPF a cargo del trabajador)

• IRPF: 9,56% (143,40 euros)

• Contingencias comunes: 4,7% (70,50 euros)

• Desempleo: 1,55% (23,25 euros)

• Formación Profesional: 0,10% (1,5 euros)

Por lo tanto, el empleado finalmente percibe en su cuenta bancaria 1.261, 42 euros, 709,58 euros menos de lo que percibe por su salario real o lo que es lo mismo, entre un 36-40% menos. Casi nada. Es decir, un salario bruto de 1.971 euros, (que es lo que paga la empresa) se queda en 1.261, 42 euros. ¡Ah! Y gracias...

Como hemos podido observar en el ejemplo de lo que genera y posteriormente percibe un trabajador medio solamente en impuestos directos, es algo confiscatorio. Se le arrebata alrededor del 40% de sus ingresos, sin reparar en los impuestos indirectos y tasas… Si lo hiciéramos, daría miedo. Es más, cualquier rey absolutista habría soñado fervientemente en convertirse en presidente del Gobierno de cualquier país occidental ya que el diezmo (10% de impuesto) que recaudaba era una absoluta nimiedad comparada con los impuestos actuales, y cómo estos esquilman sin piedad a la sociedad. Y lo mejor de todo, sin respuesta alguna.

Todos estamos de acuerdo en que es importante favorecer con recursos públicos a aquellas personas incapacitadas y servicios mínimos como seguridad o justicia, pero en ningún caso es razonable mantener un elefantiásico Estado que, día tras día, se regocija en su bienestar a costa de robar de forma sistemática a todos los ciudadanos alrededor del 50% de lo que gana. No lo digo yo, lo dicen los presupuestos del Estado. Hagan una prueba, cójanlos y miren partida a partida dónde el aparato estatal destina nuestros recursos año tras año. Estoy seguro de que no les haría mucha gracia.

Es esta una sociedad adormecida con el foco puesto en la dopamina inmediata, en el resultado cortoplacista y con un argumento bandera que parece resultar indestructible: «Estoy orgulloso de pagar impuestos para que así pueda haber una buena sanidad y educación».

Sanidad (15,28% del gasto total) y Educación (10,03% del gasto total), pero ¿y el otro 75%? ¿Carreteras?... Les recomiendo que lo investigue y no sufran cuando lo analicen, por favor.

En conclusión, ¿Les pagan poco o les quitan mucho? ¿Qué opinan? Saquen sus propias conclusiones.