El rodadero de los lobosJesús Cabrera

La macsura y su circunstancia

El Cabildo no para y es algo de agradecer. Ahí está la valoración de los turistas o el reconocimiento de la Unesco en 2014 de su Valor Universal Excepcional

Los cordobeses ya hemos aprendido que la presencia de andamios en la Mezquita Catedral no sólo es algo permanente sino que es la causa del buen estado de salud del monumento. Cuando no es una zona de las cubiertas, es una portada o se trata de los machones del Patio de los Naranjos. Y mientras tanto, un cuadro, un bordado, una escultura, un portapaz o un retablo están en el ‘quirófano’ recuperando su salud.

El Cabildo no para y es algo de agradecer. Ahí está la valoración que hacen los turistas tras su visita al templo o el reconocimiento de la Unesco en 2014 de su Valor Universal Excepcional, algo que puso de los nervios, porque no se lo esperaban, a quienes pretendían desacreditar la gestión del monumento.

La clave es ésa: no parar. Cuando hace sólo unas semanas se presentaban los trabajos en las cubiertas de los brazos del crucero ya han llegado los andamios a las cubiertas de la macsura. Van a ser tres años tan intensos como apasionantes para el equipo multidisciplinar que se va a encargar de ello. Salvo muy puntuales intervenciones en los últimos 250 años van a poner sus manos en una de las zonas de la Mezquita Catedral que aún se encuentra virgen, tal y como se construyó en su momento, de lo que ya ha transcurrido más de un milenio.

Mihrab de la Mezquita Catedral de CórdobaLa Voz

Los casi dos millones de visitantes que el pasado año pasaron por templo, y que serán muchos más en este 2024, son quienes garantizan estas intervenciones en uno de los primeros monumentos del mundo que obtuvieron con todo merecimiento el título de Patrimonio de la Humanidad. Con los ingresos que generan, no sólo se mantiene el culto de forma ininterrumpida, algo que ha aplaudido la Unesco, sino que se realizan innumerables obras caritativas en la Diócesis, también de apoyo y fomento de la cultura y el deporte, y, cómo no, de mantenimiento, conservación y restauración del monumento.

Estas intervenciones no se circunscriben exclusivamente a los cuatro potentes muros de la Mezquita Catedral. El Cabildo tiene más allá de estos sillares proyectos que son sumamente interesantes y uno de los que podría iniciarse en un futuro no muy lejano es el de la construcción de una nueva sede para albergar el rico y voluminoso archivo catedralicio, cuya parte musical se ha catalogado recientemente en dos gruesos tomos y que custodia fondos generales que se remontan hasta la Edad Media.

Ahora le toca a la macsura y en breve comenzará a verse el resultado de este trabajo que tendrá un coste cercano a los cuatro millones de euros y que el Cabildo afronta en solitario. Conforme avance la restauración se verá poco a poco el resultado de un proceso largo de estudio y de preparación cuya finalidad, además de embellecer el monumento, es la de darle una larga vida.