Gracias, Mónica
El siguiente paso será la implantación de la policía del buen vestir, que te abroncará por la calle y te llamará fascista si te ve con una rebequita de perlé
La ministra de Sanidad, Mónica García, además de médica y madre es también paremióloga. Entre sus muchos secretos que esconde al común de los mortales está la creación de refranes que, oiga usted, gozan de gran éxito. Suyo es el de «Hasta el 40 de mayo no te quites el sayo», que se repite de forma constante en estas fechas pero del que hasta ahora se desconocía su autoría.
Tenía guardado el misterio de este gran consejo para nuestra salud y ahora lo ha desvelado, cuando se ha decidido a iluminar a los españoles sobre la ropa que hay que ponerse tanto al estar en casa como al salir a la calle. Ya no vale mirar por la ventana, ni consultar en el teléfono la temperatura o si va a soplar el viento o no. A partir de ahora habrá que seguir las sabias recomendaciones de la ministra de Sanidad, autoridad indiscutible en el ‘outfit’ de todos nosotros.
Me malicio que, a la vista de la previsión meteorológica de estos días, en la que se espera una escalada del mercurio hasta los 38 grados, enviará a todos los móviles un parte de obligado cumplimiento con el detalle de cómo hay que salir a la calle. Así, hoy, por ejemplo, que la Aemet prevé una máxima de unos 36 grados, ordenará chanclas desgastadas, pantalón corto de múltiples bolsillos, camiseta de algodón ecológico y, por supuesto, gorra con algún pin subversivo a ser posible.
El siguiente paso de Mónica García será la implantación de la policía del buen vestir, que te abroncará por la calle y te llamará fascista si te ven con esa rebequita de perlé que siempre es tan socorrida si refresca por la noche.
A la vista de esta brillante y oportuna decisión del Ministerio de Sanidad, que es una aportación de altura para la salud de todos, no descarto que establezcan las zonas de la vía pública y del propio domicilio donde se podrá estar y en las que no. Serán unos mapas con puntos rojos en los que cualquiera no podrá ni siquiera parar un instante. «Ahí hay corriente» o «por la noche cae relente», prohibiciones máximas que García elevará a rango de ley mediante el correspondiente real decreto, que es su forma de gobernar.
Como esto siga así, dentro de poco entrará esa policía del buen vestir en nuestros domicilios y echará el candado a los armarios que guarden las pellizas, los calcetines de lana y los ‘saquitos’, esa prenda tan cordobesa que se le pone al niño cuando la madre tiene frío. «Oiga, ¿cuándo me va a quitar el candado?», «Cuando la ministra quiera», responderán con un punto de bordería los enviados del Observatorio de Salud y Cambio Climático, que no es ninguna broma, sino algo real que lleva funcionando unos años en el Ministerio.
En el fondo hay que aplaudir a Mónica García. Ante una agenda tan huérfana de actividad ha decidido pasar a la primera línea de la actualidad con esta recomendación inédita de usar ropa ligera en verano. Con esto, deja de ser una ministra y pasa a ser una madre para todos nosotros por cuidarnos como nos cuida. La queremos.