Una de las propuestas culturales más atractivas de cuantas se presentan en verano y, me atrevería a decir, uno de los eventos más reseñables de la actualidad, es la que ofrece la Fundación Las Edades del Hombre. Desde aquella primera edición que acogiera Valladolid en 1988, se han organizado hasta veintisiete convocatorias con periodicidad anual o bianual, haciendo una invitación a planear algo distinto al tiempo que interesante en el periodo vacacional.

La convocatoria de este 2024 conduce a los amantes del arte hasta Villafranca del Bierzo y Santiago de Compostela. Ambas son localidades que representan la esencia del Camino. Hospitalitas, el nombre para esta cita, define con bastante rigor a los habitantes de la ruta jacobea, a esas personas que se caracterizan por su hospitalidad y cercanía. De hecho, ya lo dice la Real Academia, la hospitalidad es una «virtud que se ejercita con peregrinos, menesterosos y desvalidos, recogiéndolos y prestándoles la debida asistencia en sus necesidades». El paso por el Bierzo para los peregrinos entraña esa antesala de la llegada a Galicia, muestra la cercanía de la ciudad que guarda la tumba del apóstol, incluso permite cruzar la Puerta del Perdón a aquellos que no pudieran alcanzar la meta en Compostela.

Aunque he tenido la ocasión de visitar algunas de estas exposiciones, ésta que describo se ha revestido de una atmósfera especial. A finales de junio, recorriendo los caminos en peregrinación, el final de etapa en este municipio de la comarca del Bierzo me permitió alcanzar la iglesia de Santiago e imbuirme en una original experiencia audiovisual; un templo histórico convertido en una sala de cine que te sumerge en la magia de la hospitalidad. La segunda sede, situada en la colegiata de Santa María, se distribuye a lo largo de cinco zonas en las que sobresalen portentosas obras escultóricas y pictóricas de nombres tan relevantes como Gregorio Fernández, Luisa Roldán o El Greco, simplemente por citar una parte de los artistas de nivel que se dan cita en Villafranca del Bierzo.

En Santiago de Compostela, la cripta del Pórtico de la Gloria y el Monasterio de San Martín Pinario, refugio de peregrinos desde el siglo XVI, ocupan los nueve espacios expositivos: Santiago apóstol y peregrino; el peregrinaje y la hospitalidad en el mundo cristiano; una catedral para los peregrinos; santos peregrinos; los peregrinos a Compostela; hospitales, hospitaleros y devociones en la acogida al peregrino; la labor de las órdenes religiosas y militares; las catedrales del Camino; y un camino de acogida y solidaridad: la gracia del encuentro.

Una exposición que nunca defrauda, que despierta suficiente interés como para planear una visita. Y, si priman otros planes en vacaciones, queda la posibilidad de escaparse a admirar esta muestra en otra fecha ya que permanecerá abierta hasta el mes de noviembre. Vale la pena conocerla.