El socialismo es el largo y tortuoso camino que va del capitalismo al capitalismo"Marlene Moleon

Con el paso del tiempo nos hemos acostumbrado a escuchar afirmaciones dentro de acalorados debates despreciando y denigrando al capitalismo sin saber realmente a que aluden sus detractores para lapidarlo y también, que destacan sus intensos feligreses para defenderlo, pero realmente ¿Qué es el capitalismo? ¿Es justo o es injusto? ¿Es el mejor sistema para todos? Y Dios, ¿tiene algo que ver con el capitalismo?

Todos aquellos creyentes que lean este artículo confluirán en la opinión de que Dios nos hace libres para tomar nuestras propias decisiones y en función de ellas coger un camino u otro en la vida. Bien, esto queridos lectores, no es ni más ni menos que el capitalismo. El capitalismo permite la libertad a cada cual, para decidir, por ejemplo, dónde invertir su dinero, y aquí es donde viene la siguiente pregunta; ¿Es el capitalismo justo o injusto? En varios debates en los que he participado referentes al capitalismo como sistema económico he escuchado argumentos, por parte de los enemigos del propio sistema capitalista, que argüían que éste es injusto ya que un futbolista gana más que un médico o que un cantante de reguetón (con todos mis respetos al género), o que un científico en busca de la cura del cáncer.

Ahora bien, es cierto lo que argumentaban, pero lo que ocurre es que el capitalismo no es que sea injusto porque permita que se den esas situaciones, sino que te hace más libre para que tu mismo elijas donde quieres poner tu dinero (por hablar del ejemplo que pusimos al principio) y resulta, que la mayoría de las personas en el mundo prefieren -y no sólo prefiere, elijen- poner su dinero en el fútbol antes que en los hospitales. Por otra parte, las personas libres también elijen dar su dinero a la industria del reguetón antes que a los científicos que puedan estar inmersos en proyectos en busca de la cura del cáncer. Dicho lo cual, queda de manifiesto que no es lo que el capitalismo hace con nosotros sino lo que nosotros hacemos con el mismo, cosa que es muy diferente y que debería dar que pensar y reflexionar, aunque dudo mucho que eso pase.

Al capitalismo no le gusta el fútbol o el reguetón por encima de salvar vidas o de que nadie muera de hambre, no. Lo que sí hace el capitalismo es valorar y poner como principal motor toda tu libertad aunque te equivoques. ¿Os suena de algo, amigos creyentes?

Tras esta reflexión levántate, mírate al espejo y observa realmente qué dicen tus acciones y qué apoyan las mismas antes de escupir veneno al capitalismo, que lo único que hace en última instancia es respetarte cómo eres. Al igual que todos los males de este mundo no son culpa de Dios, tampoco son culpa del capitalismo. Dale vueltas.