La aceraAntonio Cañadillas Muñoz

Beethoven

«Nada tenían a su favor estos pioneros por aquella época. Pero la ilusión y el amor por la música lo podía todo»

Hoy me encontré con Beethoven, pero no con el genio que revolucionó la historia de la música, ese paquete de notas ordenadas debidamente que nos hacen gozar en las numerosas formas de composición, y a veces, hasta soñar. Y es que esta disciplina artística resulta verdaderamente apasionante.

Resulta sorprendente comprobar como el sonido se convierte en una obra de arte tan compleja, y tan bella. La relación del hombre con la expresión musical hunde sus raíces en la antigüedad, incluso se puede hablar de la música en otros tiempos. La lira, la flauta y los instrumentos de percusión son los primeros que poco a poco se fueron utilizando. También la iglesia utilizó la música para las ceremonias religiosas y son famosos los cantos gregorianos en la liturgia cristiana, entre otras. Pero el Renacimiento y el Barroco son épocas en las que van tomando gran nombre compositores de toda Europa y se crean numerosas escuelas. Y en los siglos XVIII y XIX surgen los nombres inmortales de la música: Mozart, Beethoven, Schubert o Chopin, que con sus obras sinfonías, óperas o conciertos, son conocidas en todos los rincones.

Existe otro Beethoven y es con ese con el que hoy estuve. Uno de esos aventureros enamorados de la música que allá por los años 60 dieron vida y música a todos los rincones de la ciudad. Bohemios a los que les debemos todo lo que hoy somos en la cultura pop-rock en Córdoba, y que sin duda estamos aún en deuda con ellos.

Nada tenían a su favor estos pioneros por aquella época. Pero la ilusión y el amor por la música lo podía todo. No había métodos para estudiar el instrumento, encontrar discos de rock era un imposible. No existían los «HomeStudio», ni por supuesto las redes sociales o videos didácticos… Por el contrario, había muchas ganas de cambiar el mundo, ganas de comérselo, originalidad e ingenio para salir adelante y mucha ilusión por esta profesión.

El protagonista, en la portada del libro

Y hoy quiero ponerlos en valor. Para hacer referencia a estos pioneros del Rock, estoy con José Santiago «Beethoven», maestro de muchos músicos en activo y un referente en nuestra ciudad. Por suerte, aparte de dedicarse a la música, ha sabido conducir su curiosidad sobre las formaciones de Rock en Córdoba y dispone de un registro documentado con la mayoría de estos héroes. Muchos hasta ahora anónimos que más tarde quedaron inmortalizados en una publicación dirigida por Asociación CEMAC, como una obligación para dar a conocer su historia, en el libro de tirada limitada de 100 ejemplares, «Los pioneros del Rock cordobés».

En nuestra ciudad, como en cualquier parte del planeta, también llegó a oírse la música trepidante de los sesenta. En la publicación se insiste en que, …«Aunque fue a finales de los cincuenta cuando se empezó a escuchar a Neil Sedaka, a Elvis, o a grupos como «The Beatles», gracias a un programa pionero de Radio Madrid que presentaba Raúl Matas, y llamado «Discomanía». A la gente más menuda le picaba la curiosidad de esos ritmos y sonidos tan desconocidos hasta entonces. Y aunque siempre hubo buenas bandas en Córdoba, han destacado grandes músicos». No a toda la juventud le gustaba la música ligera -como entonces se le llamaba-, ya que se estuvo muchos años influenciados por el folklore y la canción española, … «Fueron muy pocos los que nos atrevimos a colgarnos una guitarra eléctrica, ya que entonces se nos miraba como bichos raros». Entonces había varias orquestas que sonaban muy bien y hacían giras por el extranjero, … «La mayoría eran músicos de carrera pertenecientes a la banda municipal que entonces dirigía D. Dámaso Torres o a la banda militar que dirigió muchos años D. Reginaldo Barberá».

La banda 'Flor y Nata'

También se desvela, …«Entonces los más jóvenes, influenciados por las orquestas que veían en sus viajes por Europa, se atrevieron a incorporar la guitarra eléctrica como uno más de sus instrumentos. Así, hay que destacar a Paco Surbano, Alfredo Baquerizo o Pepe Báez como los primeros que introdujeron en Córdoba la guitarra eléctrica. En la calle Claudio Marcelo se movía el ambiente junto al escaparate de Martínez Rucker, donde estaban expuestas las «Hofner “alemanas, las “Jomadi» (hechas en Bilbao) o las «Invicta», que tenían nombre de televisor. Pero como la mayoría no tenían posibilidades económicas o alguien que se las regalara, hubo quien se las ingenió para fabricársela injertándole el mástil de una flamenca, poniéndole cuerdas metálicas que vendía Miguelito en calle Alfaros».

Nuestro Beethoven, el de ahora, comentaba que …«Empecé con 7 años tocando la bandurria, estuve en el conservatorio y en el Centro Filarmónico. Éramos muy pocos alumnos, y nos hicimos llamar por sorteo Mozart, Chopin, ... y a mí me tocó Beethoven. Allá por el año 62 comencé a obsesionarme con los sonidos que traían grupos como los Beatles, o bien con aquellas canciones que llegaban de América, como las de Elvis. Las emitían en la radio, y en televisión con esos programas musicales -como el de Raúl Matas- donde aparecían «Los Brincos», «Los Sirex», ... La guitarra era mi obsesión». Ya con catorce años, compaginando el trabajo en la platería y coincidiendo con el grupo «Los Gióvanes», su padre pudo comprarle una guitarra pagada a letras. También le hizo falta un amplificador, de 8 W, que era lo mínimo que existía.

En todos los grupos en los que José Santiago ha trabajado ha dejado su sello, compartiendo multitud de vivencias con músicos conocidos en este largo camino hasta nuestros días, … «Aquellos comienzos con «Los Difíciles», «Los Califas»... Tantos guateques y locales como el Teatro Duque de Rivas. Ya con más experiencia pasé a Los Clakers en el 67; luego a Las Manos con los que estuve hasta el 70, para llegar a «Flor y Nata» en el que permanecí hasta el 74. A partir de aquí constituimos «Trinidad», cuya vida llegó hasta el 78 -hicimos conciertos por toda Andalucía y Alicante-. Ya en el 80, tres componentes de «Trinidad» decidimos llevar a cabo el proyecto de «Banda Sureña». Hasta el año 96.»

La Banda Sureña

«La Banda Sureña» fue una institución en esta ciudad… «Como te he referido, salimos unos compañeros de «Trinidad», y junto a Ricardo Fernández como cantante montamos la banda, con la idea fija de grabar discos y realizar giras, con muchas ganas de triunfo. En el 82 fuimos a Madrid a grabar el primer disco. Sonó en muchas emisoras y funcionó muy bien Se vendió satisfactoriamente. Giramos por toda España y fue un conjunto con una gran duración, y muchísimos componentes que formaron parte de este proyecto».

Si la publicación de «Pioneros del rock cordobés» ya se quedó pequeña para contar la historia de la música rockera de los 60 a los 80 en Córdoba, y hubo que seguir escribiendo en medios escritos y en emisoras de radio contado detalles no recogidos por en la publicación, permítanme que solo les diga algunos de los nombres que forman parte de la vida de muchos de nosotros que pudimos vivir y disfrutar de una época incomparable, irrepetible y maravillosa, alguno de los cuales aún siguen deleitándonos con sus composiciones. Desde «Medina Azahara», «Mezquita», «De pie en la vida», «Expulsión», «Flor y Nata», «Las Manos», «Los Cisnes», «Los Saltos», «Los Califas», … hasta «Los Caníbales», «Los rebeldes», ” Delfines azules”, «Grutas de manteca», «Tren eléctrico», «Los hurones», «Los condes», «Los cucos», … Y una lista interminable que cierra el mismo José Santiago con uno que formó junto a miembros de su familia «La banda Beethoven», «Guateque» y La Botica blues band.

José Santiago «Beethoven» aguantó hasta el último momento para darnos su música. Sí, hasta el momento, en que ya sus dedos, afectados por una terrible artritis, no podían hacer sonar el saxofón ni tampoco hacer tocar la guitarra de punteo, la rítmica o la gaita. El 14 de octubre de 2023, hace un año, se despide de la música, su pasión y su vida, con un concierto con «Guateque».

'Beethoven'

Hoy, algo afectado al contarnos los enormes recuerdos de toda una vida dedicada a la música, «Beethoven» me ha transmitido algo más que una historia. He visto brillar su arte en sus ojos, escuchado su música mientras me hablaba y he palpado su humanidad.

Y en una ciudad en la que se suceden los reconocimientos de Instituciones y premios de entidades a personas que entregaron su vida por ella y escribieron una página más en la historia de la misma, ¿Habrá lugar para que José Santiago Toledano, «Beethoven», el nuestro, sea galardonado y reconocido alguna vez?. Ahí queda mi propuesta.