Es la hora, sobran los parches
«Los parches ya han sido muchos y un reventón puede hacer que no lleguemos a la meta. Y la meta es la que es. Ya saben»
Esta mañana me asomé al balcón par ver qué día hacía. Ya me fio poco de los partes meteorológicos de la TV. No es que se equivoquen mucho o poco los informadores, sino que lo que pasa es que desde el informativo de las 9 de la noche a las 8 de la mañana del día siguiente pasan muchas cosas y el despejado cielo y temperatura agradable, se convierte por arte de magia en un día oscuro, nublado y lluvioso. Para andar hay que ir con la ropa adecuada si no quieres terminar una semana en la cama con cuarenta. Me refiero a una temperatura alta que te obligue a tomar medicamentos, no seáis mal pensados.
Al salir a la calle y comenzar mi recorrido, cuando no había dado ni quince pasos por la acera fría de la mañana, me sonó el móvil. Era un correo de C,s Ciudadanos. Y me dije, «nada importante, luego lo miraré». Pero mientras caminaba me vino a la cabeza una época, -solo tres meses-, en la que me sentí en la obligación de hacer algo que ahora les explicaré.
Era el año 2015, casi a principios del mismo, cuando viendo las movidas que partidos políticos estaban intentando hacer con el nacimiento de nuevos partidos de izquierdas, y la constitución en nuestra ciudad de la delegación en Córdoba de C,s Ciudadanos, encabezado por José Luis Vilches, decidí colaborar en la formación electoral de este nuevo partido político. Mi objetivo era que los afiliados de aquella formación consolidada en Cataluña, obtuvieran la máxima orientación y preparación para concurrir a las elecciones y contrarrestar de alguna manera la fuerza que los nuevos de izquierdas pudieran conseguir. En esta labor estuvimos algunas personas. Pero no fue fácil.
El ansia por coger un puesto de representante, bien en el Parlamento de Andalucía, en el Ayuntamiento de Córdoba, en el Congreso de los Diputados o el Parlamento Europeo, era el objetivo de muchos de los que conformaban aquel recién nacido partido. Algunos sin empleo, otros en otra situación de mejora. Como siempre existían personas que no dudaban en ofrecer su profesión, conocimientos y preparación en pro de un proyecto ilusionante. Era la época de Isabel Albás, Vilches, Torrejimeno, Marcial o David Dorado.
Recuerdo que mi última colaboración fue el texto del mitin que la ya parlamentaria autonómica, Isabel, tenía que pronunciar y la camiseta naranja con el naranjito en el pecho, que lució en el mitin al que acudía Inés Arrimadas como responsable de juventud y figura del partido, ya que Albert no pudo estar.
Pero volvamos al motivo de la presente reflexión, porque todos conocemos la evolución de Ciudadanos que, de llegar a ser la fuerza más votada en Cataluña y la tercera en el Congreso de los Diputados, por culpa de diferentes tomas de decisiones, fue perdiendo apoyos en todos los campos de batalla. Tras no cumplirse las expectativas en las elecciones siguientes, quienes días antes de los comicios se mostraban esperanzados que el partido obtuviera representación, vieron que no fue así. Y hubo dimisiones importantes.
Después de la marcha de Rivera y la refundación del partido, la formación naranja se quedó sin ningún diputado en el Parlamento Europeo, al perder los siete que había logrado en los anteriores comicios de 2019. Las urnas europeas confirmaron la debacle del partido en las últimas generales, autonómicas y locales, convirtiéndose de nuevo en la formación que más perjudicada salió en todos los comicios. Le habían dado la espalda prácticamente la totalidad de quienes lo votaron unos años antes.
Muchos de los más importantes representantes, ante el vació que se presentó en el partido y en sus vidas, acabaron formando parte de las listas del PP o trabajando en los equipos del mismo, tanto a nivel local, autonómico, o central. La impresión es que Ciudadanos había desaparecido.
Pero no es así. La VII Asamblea General de Ciudadanos celebrada los días 26 y 27 de octubre pasado en Ciudad Real, concretamente en el Paraninfo Luis Arroyo de la Universidad de Castilla-La Mancha, bajo el lema «Cambiemos el Futuro», la formación liberal ha sentado las bases para ofrecer, una vez más, al electorado, un proyecto político, dicen, a la altura de España. El objetivo de la formación es volver a ser útiles a la sociedad española, transformar nuestro país y afianzando un espacio político que destierre la forma de hacer y ser del bipartidismo. Pero la verdad es que por mucho empeño que le echen, son los grandes desconocidos. Mucho les quedará por trabajar.
Entonces me paré al pasar por un parque y me dispuse a leer el correo recibido. En el mismo me pedían colaboración en una encuesta, …«Desde la Secretaría de Movilización os invitamos a participar y contestar a este breve formulario que nos permitirá recoger vuestras ideas y aportaciones, así como evaluar el nivel de participación actual por Comunidades Autónomas. Con ello, tendremos una visión general para ir preparando los grupos de trabajo sectoriales, que pondremos en marcha a la mayor brevedad posible. Tenemos por delante la oportunidad real de recuperar el espacio político ante un bipartidismo que no deja de manifestar su incompetencia e incapacidad. Por ello, más que nunca, necesitamos la colaboración de todos».
En un momento en el que el mismo Sánchez, para conseguir su permanencia en la Moncloa, trabaja a toda pastilla intentando fulminar a los partidos a su izquierda, intentando absolverlos o destruirlos, para conseguir más rédito político y espacio electoral, además de dividir o enfrentar a los existentes en toda su derecha, creo que no es cuestión de favorecer un futuro fácil para que España siga perdiendo. Por el contrario a lo que pudiera entenderse, la única forma de ganar a Sánchez es unir fuerzas para que el resultado electoral sea el más favorable para nuestro país.
La fracturación de un espacio político no provoca nada más que pérdidas y volatización de votos que se quedan en el camino, restando, no sumando, y dándole la tarta bien servida al adversario.
Desde el Centro, hasta la derecha, tienen que unir sus fuerzas olvidando y evitando cualquier enfrentamiento posible, y en último caso, conformar una lista mixta, fuerte y representativa. Si para ello hay que sentarse a hablar, que lo hagan. Ciudadanos tiene que tener muy claro a donde ir, con la izquierda o con el centroderecha, y si quiere sumar y no restar. Pero que no perjudique y juegue con las cartas bocarriba. Que no olvide que estar en el centro Liberal en los tiempos en los que estamos implica tener las ideas muy claras; es ir contra la extrema izquierda de Sánchez, o unirse al espacio en el que la mayoría de sus antiguos compañeros terminaron. Es ir a favor o en contra de Sánchez, democráticamente. Y que tengan cuidado con los infiltrados, que hay especialistas en ello.
Es el momento de poner al vehículo ruedas nuevas, ya que los parches han sido muchos y un reventón puede hacer que no lleguemos a la meta. Y la meta es la que es. Ya saben. El Rey, la Constitución y España, que somos todos.